BREVE HISTORIA DE CÁCERES
CIII
Las Conquistas
III
Crónica
desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
Los
desacuerdos entre los Reyes de Castilla Alfonso VIII y de León Fernando II,
dieron su terminación con los acuerdos de paz de Lavandera y Fresno, una de las
condiciones era que el Rey de León rompiera las treguas de paces que el Rey de
León tenía con los musulmanes, el tiempo de estas paces terminaban en la
Navidad de 1183 y comprometiéndose los dos monarcas en a hacer la guerra al
musulmán con buena fe y sin mala intención.
Soplaban
vientos de guerra, en realidad nunca soplaron de paz, ente los reinos de
Castilla y el de León, más corría el año de 1183 y ente los monarcas de ambos
reinos, esta vez sí, había buena intención de firmar un tratado donde e
garantizaba la paz.
“Fernando
II de León se encontraba en fresno Viejo, último lugar de la frontera con
Castilla de su reino, mientras Alfonso VIII hacia lo propio pero en Lavandera,
también ultimo lugar de su frontera, lugares estos muy cercanos entre ambos, y
n esta conferencia se llegó al acuerdo que fue confirmado por los obispos de
los reinos”
“En este
tratado de paz, se confirmaron las villas y lugares que pertenecían a cada
reino, delimitando así las fronteras entre lo mismos. Se comprometieron a
respetar durante un tiempo de diez años, las fronteras trazadas en el trazado
de Fresno y Lavandera, y se afirmaron los lugares de expansión, estas fueron
las bases para la que resultó ser la paz definitiva entre los dos reinos”
En
septiembre de 1183, encontraba el de León, preparando campaña de
conquista de Cáceres, con él marchaban el conde de Armengol de Urgel, a este le
había dado Santa Cruz de la Sierra y Almenarilla en 1181, Fruela Ramírez,
portaestandarte del Rey, el todo poderoso y respetado Fernando Rodríguez,
llamado el Castellano, los condes Gómez González, Fernando Ponz y Alfonso
Ramírez, y los obispos de las diocesis leonesa, estos, ponían a disposición de
la corona, los bienes de la iglesia para la lucha contra e infiel.
El punto
de encuentro de las huestes estaba fijado en Coria, que pasando por el castillo
de Alconetar, en las márgenes del Tajo, por el vado próximo al
puente romano de Mantible, este castillo de Alconetar, era encomienda del
Temple desde el año de 1181, que tenían como Maestre a Ponce de Osor, y el
camino que siguieron para a invasión fue el que construyeron los romanos , Vía
Lata, o Vía Ancha, también Vía Balata que la denominaron los árabes, (no se de
donde salió lo de Vía de la Plata, pero esta denominación es errónea a todas
luces) y la calzada que unía con Coria, Vía Dalmacia, aunque esta no esta
descrita en el itinerario de Antonio Caracalla, por esta vía debieron llegar
las huestes de Fernando II de León frente a las murallas de la villa cacerense,
allí se encontraba ya el monarca era Enero de 1184, y desde sus reales,
levantados en el cerro de San Marquino, para tener buena perspectiva de las
defensas de la ciudad, despachaba documentos, esto está documentado y datado, y
así lo atestigua por ejemplo, los privilegios otorgados a la Orden de Santiago,
y al Maestre Pedro Fernández con fecha de 22 de febrero de este año, de la
cesión de la Aldea de Villoruela cerca de Salamanca, y la exención a los
caballeros de la Orden del pago de nuncio, y algún privilegio más, estos
documentos están firmados con la formula:
“facta
Carta, apud, Canceres, VIII ralendas marcii, eraMCCXXII, regnante rege domo
Fernando, legione, Callecia y Asturias, Extremadura, Facta carta, apub,
Cazzeres, XIIII kalendas febraurji etc. facta carta in obsidione Cazzeris,
mense maii, En marzo concede privulegio a la catedral de Coria, que esta
fechado en calendas aprilis facta apus, Cáceres, cuando obsidebat a rege”
Estos
documentos demuestran al cronista la estancia con el sitio montado a la villa
cacerense por las huestes del soberano Fernando II de León, y tiene el valor
que dan a conocer los tres nombres con el que Cáceres era nombrado entre las
huestes llegadas a la conquista, sonando al oído Cazzires que se fue
transformando en Cáceres y que fue esta afección ultima la que sobrevivió en
lengua romance como nombre de la ciudad.
Y se
estableció sitio, y este fue largo y muy duro y según la crónica el que tuvo un
comportamiento ejemplar fue el Obispo de Oviedo, don Rodrigo, que aparte de
otros muchos servicios aportó a este empresa de conquista del Rey Fernando II
de León, casi 700 Auros que apenas habían entrado en sus arcas, ya que los
acababa de recibir en el pleito tenido con el obispo de Burgos y como
compensación y concordia a cerca de la iglesia de los Asturias de Santa María y
de Campoo, ese proceder se hizo digno de recompensa, la cual no regateo el
monarca leones, ya que estando él, en el cerco de Cáceres, en 27 de marzo de
1182, concedió a la iglesia ovetense el diezmo de los ingresos reales de
Coyanza.
Sucedía
que, siendo la situación muy apurada por tan largo tiempo de asedio, no podían
faltar los socorros del arzobispo de Compostela, aunque tal hecho supusiese un
tremendo esfuerzo, Pedro Suero, prestó grandes servicios a la corona en esta
expedición contra los musulmanes, obsequiando al rey su persona y su iglesia
con gastos y deudas, y como es normal tampoco se quedaría sin su recompensa.
Más no
fueron solo los obispos los que hipotecaron fortunas e iglesias
(inmatriculaciones) ya que también acudieron a la llamada de conquista,
seglares, uno de ellos, quizás el mas famosos de su tiempo Pedro Peláez, tenido
por muy bravo y valiente y al que por su oficio llamaban Alférez, y que según
parece este caballero se esmeró y mucho en la lucha contra el moro así como con
algunos cristianos enemigos, destacó y de tal forma que, el propio Rey le
recompensó en el mes de mayo, mes en que todavía persistía el asedio a Cáceres.
Esta
empresa militar tuvo su término en el mes de junio, los días 8 o 9 de este mes
del año de 1182, el monarca con su corte se encontraba en Ciudad Rodrigo,
recompensando sus servicios.
Y según
los cronistas, nunca dejo de tener la vista puestas el Rey Fernando II de León,
en sus tierras de la Extremadura, hasta que la parca vino a visitarle el día 22
de enero del año de 1188 en Benavente (Zamora).
Le
sucedió entonces Alfonso IX de León y Galicia, que había nacido en Zamora u 15
de agosto del año de 1171, y que a la muerte de Fernando II, su padre hereda la
corona, más tuvo que sostener luchas contra doña Hurraca López, que a la sazón
era su madrastra, y contra Alfonso VIII, este apoyaba a doña Hurraca, que se
apodera de un buen número de castillos, casas fuertes y pueblo del reino de don
Alfonso.
Tras la
nulidad de su matrimonio con Teresa de Portugal, e casa con doña Berenguela de
Castilla, y ya con paces con este reino de Castilla, se enfrasca en la
reorganización y repoblación de ciudades como León, en afianzar y engrandecer
su fortuna personal, someter a la nobleza y a la guerra contra el moro, donde
había que poner frontera, primero en el Tajo, después en el Guadiana, por las
paces de Castilla y el reino leones en 1213, se confederaron sus reyes contra
el musulmán, “ ficieron paz, e ficieron pleytos “ que fuese cada uno con sus
huestes sobre el moro por sus fronteras y lugar natural de expansión de sus
respectivos reinos.
El camino
de la invasión de las tropas castellanas era por Córdoba, hacia Sevilla el de
las huestes leonesas, Alfonso IX de León y Galicia, contaba con la ayuda del
Castellano Diego López de Haro, hermano que lo era de doña Hurraca López, noble
este que, aunque había luchado contra Alfonso IX, luego fue vasallo suyo, pero
que había vuelto a Castilla en 1206, y debía conocer bien la Extremadura,
ya que había sido teniente de la misma, otro noble que viajaba con la hueste
era López Díaz, y según parece el monarca sentía predilección, ya que lo casó
con su hija bastarda doña Hurraca.
El camino
hasta llegar a Cáceres, fue desde Ciudad Rodrigo, faldeando la Sierra de Gata
por Perales del Puerto y Coria, esta ciudad era centro de aprovisionamiento
para la hueste así como de ayuda la tropa, franquearon el paso por Portezuelo,
y desviándose hacia Alcántara por el puente de Alconetar, ciudad esta de
Alcántara que al punto fue tomada, y yha tenemos a las huestes de Alfonso IX de
León y Galicia ante las murallas de Cáceres, según indica la crónica
latina de Castilla.
“No se
puede tomar la fortaleza de Cázzeres, dado lo avanzado de la estación, por
considerarla peligrosa y poco prometedora, los castellanos parecen recelaban en
que se volviera Alfonso al principio o no querer terminar lo proyectado, y
acaso ese era el motivo de haberle enviado refuerzos de caballeros, a pesar de
esto Alfonso IX con su ejército tomó el camino de regreso a su reino.
Alcántara
tras su conquista por las huestes de Alfonso IX, fue dada a la Orden de San
Julián de Pereiro, que cambia el nombre por la de Alcántara, y desde entonces
empezó a renacer esta ciudad árabe y comienza la construcción del convento de
la orden, y levanta un alto castillo como defensa del puente Romano.
Firmadas
paces con el reino de Portugal y el de Castilla, el monarca Alfonso IX, prepara
nueva campaña de conquista contra la Extremadura, ya estamos en el año de 1218,
que tomó carácter de cruzada, el día 16 de julio, fecha esta memorable, pues el
mismo día del año 1212 se había ganado la batalla de las Navas de Tolosa. se
reunieron en Ciudad Rodrigo, en capitulo las Ordenes Militares de Calatrava y
Alcántara, y se acordó en esta asamblea que, los Calatravos cedieran Alcántara
a la del Pereiro, Alcántara por que su casa matriz quedaba oscurecida, pero
reclamándole el derecho de visita, por lo que cuenta el cronista esta reunión
debió de ser muy lucida, si miramos la lista de los asistentes a la misma, ya
que acudieron a ella todo el que significa algo en la época, incluido el
Maestre de la Orden del Temple, el Prior de los Hospitalarios, el Prior de los
de Pereiro, el Obispo Lombardo de Ciudad Rodrigo, Pedro Suarez, hermano del
Rey, y demás de ilustres personajes.
En el mes
de noviembre del año de 1218, el Rey de León y Galicia, habiendo reunido un
gran ejército, desencadenó luchas contra los musulmanes, los caballeros de las
ordenes militares de España, con auxilio de gentes de Castilla, de León y de
cualquiera que quisiese venir, incluida gente de Gascuña, estas tropas eran
mandadas por el caballero Savarico de Mancheón, también porte, que había estado
algún tiempo en la corte de Alfonso IX, entre los cruzados castellanos afectos
a la Orden de Calatrava se encontraba don Rui Bermudo hijo de Bermudo Pérez,
que en esta ocasión recibió del concejo de Plasencia, punto de apoyo de los
castellanos, el castillo de Mirabel, que había sido construido por Alfonso
VIII, y que había sido destruida por los musulmanes en su incursión por la
Extremadura tras la batalla de Alarcos que tuvo lugar en 1195, que habían
llegado a Plasencia y Trujillo, y también van a los caballeros de la Orden de
Monfrang, aunque esta Orden ésta sumida ya en la oscuridad, en carta partida en
1218 ofreció :
“todo lo
que no avemos, en todo este mundo a la orden, Domingo Pérez y su mujer doña
Enebra”.
A
mediados del mes de noviembre, pero con tiempo muy malo, fueron los cruzados a
cercar Cáceres, plaza que era de mucho peligro y de muy difícil conquista, esta
plaza preocupaba y mucho al Rey leones, y que ocupa un lugar estratégico de
máximo importancia, y sin ella en su poder no puede seguir avanzando, y además
Alcántara seguía estando comprometida. Los cruzados atacaron y pusieron el
empeño, pero no pudieron tomarla, así que desbastaron a fuego e hierro todo el
campo, arboles viñas, sembrados y cuanto había en los alrededores de la ciudad.
(Anales
Toledanos)
(fuentes
Orti Belmonte-las Conquistas)
(fuentes
Floriano Cumbreño-Historia)
(fuentes
Benito Simón Boxoyo-Noticias)
(Fuentes
Orti Belmonte-Conquistas)
Agustin Díaz Fernández

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