BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                                       CIV    

Las Conquistas IV                                   

Crónica desde la calle cuba de mi Llopis Ivorra

Seguimos en el año de 1218, y en aquel asedio el cerco duró poco más de mes y medio, poco antes de navidades tuvieron que levantarlo, al parecer les llovió mucho, por lo visto se les oxidaron las armaduras, este personal era poco dado a lavarse y viendo que no escampaba iniciaron el regreso a León que, aunque llueve más, allí tenían casa para recogerse.

“y desde allí todos juntos bajaron hasta los muros de Cáceres, plaza esta que era el primer objetivo, dada su importancia de los cruzados. Toda clase de estragos por los campos, produjeron en su llegada hasta las inmediaciones de la villa cacerense, la rodearon haciendo alarde de la mucha tropa cristiana con la que concurrían, más habían emprendido muy tarde las operaciones en la campaña, ya que en esta comarca de cuando en vez, suelen producirse otoñadas y tormentas con lluvias torrenciales y que duran hasta semanas enteras, pues en aquel año de 1218, tuvo que ser de aquellos, los anales cuentan que:

“Fazia tan grandes aguas, que non pudieran durar”

Y aunque en escaramuzas y ataques varios, obtuvieron los cristianos algún que otro éxito, se vieron precisos a levantar el cerco por Navidad, volviendo a cruzar la marca del Tajo.

El Papa Honorio III, concedió indulgencias a los que se alistasen en las filas Expedicionarias, haciendo el llamamiento de Cruzada para este intento de rescata de la villa de Cáceres.

En el año de 1219, vuelve el monarca leones raziar la tierra de la Extremadura, era ya cansino el de León y Galicia, el Jocó para sus amigos árabes.

Junto con las ordenes de los freyles milites, llegan en esta ocasión hasta las puertas de Sevilla, no pudieron entrar a visitar la giralda, allí le esperaba para darle le bienvenida y hacerles de cicerón un ejército de musulmanes que quisieron hacerles tragar las cruces que lucían los infieles, pero no pudo ser, los cristianos los derrotaron en Tejada, cerca de Huelva, y que encima de derrotarlos le cobraron un copioso botín, siguen razziando y se presentan en Badajoz, pero como no habia llegado el café Cubano de Portugal del nuevo mundo todavía, siguieron camino, y llegaron hasta Alcántara que la ocuparon. Con esta conquista y con la posesión de Alburquerque, que estaba en manos de un Alfonso Téllez donde los cristianos venían sosteniéndose a duras penas desde 1217, estaba debidamente protegido el avance por el Oste de la provincia cacerense, pero en esta empresa de conquista no se les vio ni de cerca aparecer por Cáceres, que con tanto cariño y buen recibimiento les hicieron en las otras tentativas de conquista.

Otra vez en 1220 se realiza otra nueva expedición, esta estaba mandada por el infante Sancho Fernando, hermano a la sazón del monarca, y que quedaron constancia en los anales Toledanos:

El Infante sancho Fernández

Un sucedido allá por el año de 1220, y hacia la parte de las Altamira, que resulto cuando menos curioso, y es que en la corte de Alfonso IX, figuraba entre los magnates y de mayor influencia, el Infante don Sancho Fernández, hijo de Fernando II y de su última esposa, doña Urraca López de Haro, viuda, con la que caso don Fernando al fallecimiento de su segunda esposa doña Teresa, don Sancho era , hermano de padre de don Alfonso, y se le honraba como Infante de León, ocupaba puestos destacados en la corte, fue Tenente de Montenegro y Sarria, y más tarde de León, Zamora, Transierra y Extremadura, desempeñando la Real Alferecía desde 1214 hasta 1218, inquieto y de mucho valor y aventurero, estimulado por su madre trato de heredar el trono a la muerte de don Fernando, pero al ver que los derechos que pretendía no se reconocían, decido ponerse a las órdenes de su hermano el que prestó buenos y grandes servicios, tano en paz como en guerra.

Este don Sancho, fue uno de los pocos caballeros leoneses que acudieron a la batalla de las Navas de Tolosa, donde figuró como bravo en la pelea, con gran distinción tambien en las incursiones que los leoneses hicieron por Castilla, pero sin dejar de pretender la corona, en su pensamiento estaba suceder a su hermano, ya que no pudo hacerlo a su padre.

En el año de 1218, desaparece de la corte, sin más, posiblemente enemistado con su hermano, inclinado este, en resolver el problema sucesorio en favor de las Infantas doña Sancha y doña Dulce, el hecho es que no se vuelve a saber más de él, hasta que, en 1220, aparece por Toledo, reclutando gente para pasar a Sevilla, donde el Rey de Marruecos, contaba, “le avie dar grandes averes”. Consiguió que le siguieran muchos cristianos tambien muchos judíos, y, dicen las crónicas que llego a juntar entre los unos y los otros una tropa de más de cuarenta mil hombres, y con ellos tomó el camino del Sur, dirigiéndose según dijo a Sevilla, más desvió su ruta yendo a parar a Cañamero, donde se encontró un castillo abandonado, el cual pobló con gente suya, y desde que empezó a correr la tierra “haciendo mucho mal ende a moros e a cristianos”. Cierto día, salió a montear por aquellas sierras, en las que por entonces habitaban gran cantidad de osos, y habiendo levantado una de aquellas fieras, el Infante se lanzó a él, pero el oso lo mato. Tres días más tarde el gobernador de Badajoz se presentó con un nutrido contingente de moros, sitió el castillo, lo tomo “e descabezolos a todos” *

 

“e fue un día martes e muerte e vino un osos e mató a Sancho Fernández, al tercer día Joves vino el Rey de Balladosa, Coria, con gran poder de moros y prisió cañamero y decabezolos a todos, esto fue XV días de Agosto de la era MCCLVIII!.

*El relato tal como aparece, es cuando menos extraño, primero no está claro cuál fue la intención del Infante al pasar a Sevilla, si fue el cobrar del Califa o ponerse a su servicio y su gente, en segundo lugar, el número de los reclutados es, o al menos aparece exagerado, ya que cuarenta mil hombres, son muchos hombre, y que desde luego no podrían caber en el castillo de Cañamero, y que tanta tropa para reducirla se necesaria una campaña en toda regla, y por otra, una degollina general de cuarenta mil hombres parece una evidente exageración, algún cronista cree que en vez de los XL mil soldados que transcribió el copista de los Anales, sea en realidad XL milites, los que acompañasen al aventurero Infante*.

fue la expedición llevada a cabo en 1221, por el Maestre de la Orden de Alcántara, don García Sanchez a la región fronteriza del rio Seber, durante la cual se apodero de Valencia de alcántara, formando en ella una encomienda, que llego a ser una de las más rica de la Orden.

Con esta conquista y con la posesión de Alburquerque, donde los cristianos venían sosteniéndose a duras penas desde 1217, estaba debidamente protegido el avance por el Oste de la provincia cacerense,

Nueva Intentona

En el año de 1222, de nuevo intenta Alfonso IX, la conquista de Cáceres, durante el invierno habia terminado los preparativos de campaña, y al comenzar junio el ejército leones, en el que entre sus filas figuraban, como era habitual, todos los caballeros de las Ordenes Militares, bajaron a sitiar la villa cacerense, ese ataque seria uno con que más ahínco y fuerza se efectuara en todos los intentos de conquista, la plaza fue batida por todos lados, utilizando grandes maquinas e ingenios de guerra, almajaneques o arietes, especia de vigas oscilante reforzadas con hierro, con las que golpeaban los muros, hasta abrir en ellos grandes brechas, los moros se defendían bien, con valor, y haciendo frecuentes y rápidas salidas, con las que hacían gran número de bajas entre el ejército cristiano, más, insistiendo los sitiadores en sus ataques, consiguieron derribar torres y acitaras (Antemuro o muralla baja) y hasta llegando a ganar varios tramos del adarve, todo presagiaba una inmediata caída de la plaza, cuando se presentaron en el campamento cristiano emisarios del Rey de Marruecos*, ofreciendo a Alfonso IX, una gran suma de dineros si accedía a levantar el sitio y renunciar a entrar en tierras de moros, el Rey leones, quizás por no contar con fuerzas suficientes para realizar el ataque definitivo, quizás por la promesa de dinero, el caso es que consintió en la retirada que, más pronto hubo de lamentarlo, los moros no solo n le pagaron lo convenido, si no que les persiguieron en la retirada, matándole muchos cristianos y haciéndole gran cantidad de prisioneros.

*Más en aquella ocasión, llegó al campamento cristiano el embajador del Miramamolín, y en nombre de su amo le ofrece una suma gruesa de dineros, depositando en el suelo de la tienda del Rey parte de la cantidad ofrecida para que desistiera de apoderarse de la plaza, a divirtió don Alfonso, que allí no debía haber la cantidad ofrecida, el moro le replico que el resto se le entregaría en plazos, acepto el monarca, alzó el cerco y se retiró, más la totalidad de maravedis ofrecida por el moro por el precio de la retirada, jamás fue satisfecha.

La soldadesca murmuró del proceder de su real caudillo al recibir la orden de retirada, repitiéndole el adjetivo de Jocó con que los árabes lo designaban*

“Esta espantada donde se tachó a Alfonso IX de haberse prestado con demasiada facilidad al soborno de los moros, termino en una desastrosa retirada, y todo producto de la falta de la previsión táctica que aconsejaba tener dispuestas reservas necesarias, para completar la ocupación de la villa en un ataque decisivo, y para mantenerla una vez conquistada, en previsión de una contraofensiva por las tropas moras de Trujillo, Santa Cruz, Montánchez, Mérida.”

“El Rey de León y Galicia, fizo cruzada por tierra de moros y fue cercar Cazares, e fueron todos los freyles de España, e grandes gentes de España, e dierondola con almajaneques de a libra, e derrumbaron torres, e citaras, e estaban en hora de prender , más anduvo el Rey de Marruecos con el Rey de León, para gran aver que le prometió que descercarse la villa, e non entranse en tierras de moros, e fizolo así, e mataron mucha gente de guerra, y cautivaron muchos chistianos, e mujeres, e murieron muchos sin cuenta, más después el rey moro falleció de los maravedis que prometio, estamos  en e año de 1222 de la era MCCLX.”

En el año de 1223,volvieron a la carga los del reino de León, y repitieron los mismo pasos que ya hicieron el año anterior, y para preparar debidamente esta campaña estos señores que debían de aburrirse mucho en sus casas y en cuanto calentaba un pelín el sol, salían a guerrear con los amigotes, el caballero “Enrique Fernández dejo hecho testamento, con la manda de que, por si el acaso acontece que muera allí, en esta expedición que hago, y que es cosa que suele acontecer a los mortales, fuera enterrado en Sobrado (León), esto ya lo habia mandado en otras ocasiones y además daba a este  monasterio su heredad de Nugueiurusa, entre otras disposiciones , estas y otras disposiciones la hizo cuando nuestro señor Rey don Alfonso iba con su expedición sobre Cáceres”.

En 1225, repiten estas las mismas correrías las huestes de Alfonso IX de León y Galicia, por los campos de Cáceres, donde arrasan viñedos, huertas y olivares.

Ya en 1226, otra vez de vuelta la burra al trigo, era un  no parar, y hasta el obispo de Astorga queda hecho testamento, por si no regreso dice el hombre, y Martin Muñiz, apodado el Flacón, realiza una incursión por la Extremadura, combinada con su hijo Fernando el Santo y el Rey de Portugal Sancho II, este estuvo a punto de darse prisionero en Elvas que estaba en poder del moro.

El Rey de León, buscando apoyarse en Valencia de Alcántara y Alburquerque, penetra en tierras de Badajoz, las Kalendas de Uclés, en 27 de enero, fijan la muerte de 23 caballeros de la Orden de Santiago, peleando contra el infiel muy cerca de Mérida.

(Orti Belmonte-Conquistas)

(Floriano Cumbreño-Historia) 




Agustín Díaz Fernández

 

 

 

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