BREVE HISTORIA DE
CÁCERES
CXXVII
Linajes Cacerenses
Los
Golfines (I)
Crónica
desde la calle cuba de mi llopis Ivorra
Los
Golfines tienen su leyenda, tan documentada que en algunos casos ha llegado a
pasar por historia, algunos dicen que son de procedencia francesa, y de extirpe
de reyes, por descender de los Delfines de Francia, otros les da la ascendencia
bastante menos honrosa, Golfín, y en ello están de acuerdo los especialistas
que equivale tanto como decir ladrón o salteador de caminos, y así es como se
nombran en los textos del siglo XIII,
Aquellos
de aquellas flores
Son los
que se llaman Holguines
Que en
Francia fueron mayores
Pues
vienen de los Delfines
De
quienes tomaron valores
(hace
alusión al Blasón de esta familia)
Más tarde
parece que esta palaba tuvo el significado de cuatrero o robador de ganados,
equiparando toda la época medieval el golfín con el malandrín castellano y el
malsín aragonés, plaga social de aquellos tiempos, lo mismo en los campos que
en las ciudades, para defenderse de la cual se armaban las poblaciones, se
creaban milicias concejiles y se formaban hermandades. Pariendo de esto los
historiadores llegaron a deducir, que los Golfines, la familia, no fueron en un
principio si no maleantes, bandoleros, que en sus fechorías adquirieron poder y
riquezas suficientes para llegar a escalar en las posiciones de la nobleza, Sin
darse cuenta nos dice don Antonio Floriano, que en aquella época era más
comprensible y hasta tolerable que un noble se hiciese bandido que el bandido
se convirtiera en noble.
Del
nombre nace la leyenda, y esta aparece por las tierras cacerenses en los
comienzos del reinos de Alfonso X a Alfón Pérez Golfín, al que algunos llaman
para hilar la leyenda “ El Golfín” ,el territorio que se extendía al Este del
término, fue siempre vivero de golfines, los habia en las Altamiras, en
Jaraicejo, en las articulaciones de la Sierra de San Pedro y de Montánchez y
hacer de Alfonso Pérez Golfín un “golfín” les vino a los forjadores de la
leyenda al pelo, sin necesidad de extremar la inventiva, ni más ni menos
que un capitán de robadores de ganados, bandolero de azarosa vida, que vivía
del asalto a los viandantes, robaba rebaños y saqueaba villas y castillos, como
todo bandido de leyenda tenía su corazón, y así quedo prendado de María Gómez Tello,
hija del opulento Gómez Tello, por amor a la cual renunció a su vida de
aventurero ladrón, obtuvo el perdón del Rey que le concedió nobleza, y se
estableció en la villa cacerense, gozando del amor de su esposa, de las
influencias de su suegro y de las grande riquezas acumuladas por él en los días
que atacaba en despoblado a ganaderos, trajinantes y peregrinos, aun es más,
cuentan que fue tan agradable al monarca este arrepentimiento, que lo
premió concediendo al arrepentido golfín el adehesamiento de Torres-Arias y
Fuente de la Higuera, como esto último era lo que más interesaba acreditar,
trato de justificarse con una falsedad documental.
Verdad o
leyenda, lo cierto es que Gómez Tello es una personalidad histórica, se
sabe que vivía hacia 1253 y que tuvo tes hijos, entre los que se encontraba
María, la que se supone pacificadora del aventurero primer Golfín de Cáceres,
pero la duda es que, si fuera histórica la personalidad de Alfonso Pérez
Golfín y este fuera en efecto el primero de su linaje que asentó en la villa
cacerense, no se encuentra razón para que se silenciara su nombre como tronco
de toda la familia en el letrero genealógico de la sala de armas de la casa de
los Golfines, en la que indica claramente que esta comienzo con Pero Domingo,
con la imprecisión de su vecindad en Cáceres ( que puede aver doscientos annos
que fue vecino della), y la declaración de que no hay memoria de quien fue su
mujer (a Pero Domingo se le consideraba como el progenitor de la casa, por ser
el primero del linaje que nació en Cáceres) sin saberse la razón por que
habría de que al nombrar a Pero Domingo en el referido letrero se silenciase el
apellido Golfín antes del siglo XV.
Pero
Domingo es, llámese Golfín o no, el primero del linaje en Cáceres, donde consta
que estaba establecido en el cuarto final del siglo XIII, y que aún vivía en el
año 1328, también se sabe que tuvo dos hermanos, Fray Juan Álvarez Golfín,
Comendador de Castilnovo, de la Orden de Alcántara en 1284 y Alfonso Pérez
Golfín, Canónigo de Coria y Juez del Rey, quizás en Cáceres sobre el 1291. Los
genealogistas casaron a, Pero domingo con Juana Gómez de Valverde, otros lo
niegan, en el letrero de la sala de armas del solar de los golfines, cuya
declaración de ser desconocido el nombre de la esposa, se refuerza con el hecho
de dejar el escudo que a este corresponde en blanco, al lado del que se
atribuye a su esposo. No hay fecha de la muerte de, Pero Domingo, su hijo Alfón
Pérez Golfín, llamado el “viejo” aún vivía en 1337, figurando en las listas de
los caballeros cacerense del reinado de Juan I.
Se baraja
la hipótesis, ante tanta confusión en los orígenes de este linaje, nos cuenta
don Antonio Floriano, en su Historia de Cáceres, una que no está exenta
de serlo: Entre 1280 y 1300 vivía en Alburquerque una familia que usando su
nominación, los nombres de Domingo y Pedro, se estableció allí desde los
tiempos de la conquista, familia que figura entre la segunda nobleza y que sus
miembros estaban vinculados a la Orden de Alcántara, Hacia 1289 eran miembros
de esta familia los hermanos Domingo Martin y María Domingo, vecinos de
Alburquerque hijos de un Domingo, que casaron con un otro par de hermanos
vecinos de Cáceres, María domingo con Pero Matheos y Domingo Martin con la
hermana de Pero, llamada María Matheos , todo esto puede llevar a pensar
que ¿¿¿ pudiera ser Pero Domingo el progenitor de los Golfines, hijo de domingo
Martin y de María Matheos , que llega a Cáceres para enlazar con los Tello,
familia también procedente de Alburquerque, casándose con María Gómez Tello????
Esta teoría deshace la leyenda del legendario primer Golfín, relegando a Alfón
Pérez Golfín a la categoría de personaje de leyenda y engrandeciendo la
personalidad de Pero Domingo como progenitor de a estirpe en la villa
cacerense, como figura en el letrero de la sala de armas y coincidiendo con la
fecha de “doscientos annos que puede aver que Pero Domingo fue vezino de
esta villa” rechazando el nombre de Juana Gómez de Valverde como esposa
de Pero Domingo, así las cosas y suponiendo que María Gómez Tello , como hija y
no hermana de Gómez Tello II y nieta de Gómez Tello I el poblador de Cáceres,
lo que se ajusta más en el tiempo.
Todo esto
es como se comprenderá hipótesis, al faltarle documentación que lo avale
concienzudamente, tiene muchas lagunas, pero ofrece verosimilitud que los que
vienen aduciendo para justificar la leyenda del Primer Golfín cacerense.
La Mancha, Toledo, Talavera, todos unidos en la lucha común, pero no
Cáceres, Plasencia ni Trujillo, sin saber el porque estas ciudades no se les
unieron, cuando a nuestras villas tambien llegaban los cuadrilleros, y hasta
los habia de sus vecindarios, un Sebastián González Montero, natural y vecino
de Cáceres, comisario de la Santa Hermandad de Ciudad Real, en esta villa.
La principal guarida de estos malandrines, era el castillo de Jara, junto
al pueblo de Jaraicejo, confluencias de los territorios de Cáceres, Toledo y
ciudad Real, tierra de abundancia en castillos, desde donde dominaban todos los
contornos, siendo uno de sus jefes de aquellas bandas dañinas en tiempo de
Alfonso X el Sabio, Alfón Pérez Golfín, el primero que sometido a la obediencia
del Rey, y dejaba su vida de vandalismo,
estableciéndose en Cáceres y fue el tronco de una poderosísima familia, que
aunque Alfonso Ulloa y Golfín, dice que los sometidos a esta familia fueron
algunos, no los nombra, ni se ocupa más que de Alfón Pérez.
Pero este Alfón Pérez, no se estableció en la villa cacerense, por miedo
a la justicia del Rey, que en constante lucha con su hijo Sancho y sus
secuaces, andaba escaso de soldados y dineros, fue cosa de amor, el causante de
que este Alfón Pérez Golfín, sencillamente se enamoró, y fue la causa que le
hizo dejar el monte y entrar en obediencia del Rey.
Corría el año de 1262, cuando se le dio la dehesa, hacía años que moraba
en Cáceres, casado con Maria Gómez Tello, hija del alcalde de la villa
cacerense, Gómez Tello, al menos que tan principal caballero como sin duda don
Gómez lo era, consistiese en casar a su hija con el capitán de los bandoleros,
y por tanto enemigos del Rey, siendo él autoridad en Cáceres, y se aviniese a
que su hija, pasase la vida de madriguera en madriguera, con los sobresaltos
consiguientes de la peligrosa vida del marido.
Entre sus hijos el primogénito Pedro Domingo Golfín, y Alfonso Pérez
Golfín, canónigo de Coria y juez del Rey en Cáceres. Antes de 1291 y a frey
Juan Álvarez Golfín, Comendador de Castilnovo, en la Orden de alcántara en el
año de 1284, estos cargos requerían madurez de juicio y respetabilidad, aunque
antiguamente se proveían los cargos, en niños, mitras, maestrazgos y otras
dignidades, lo hacían en personas de las familias reales o de algún prócer de
los que estaban muy cerca de los monarcas, y los Golfines ni sus allegados no
llegaban a tanto.
Nos dice el cronista que:
Alfón Pérez Golfín, vio a Maria Tello, no se sabe dónde ni cuándo pero la
vio, y se enamora de ella al punto, y que para logar su mano tuvo que prometer
y quizás abandonar por anticipado su vida de aventuras, ya casado, se acomodó
al ben vivir de toso hombre temeroso de dios y la justicia, Gómez Tello, su
suegro, era una de las personas más ricas e influyentes de la villa, figurando
entre los capitanes que habia ayudado al Rey Alfonso IX de León, a conquistar
la villa del poder del moro, y en el reparto que este hizo de parte de los
terrenos del terminó entre los que vinieron a auxiliarle, y en premio de su
ayuda, Tello fue de los más agraciados, que además de rico era alcalde del
Concejo de la villa cacerense, cargo que equivalía a los que andando en el tiempo
seria como el de Corregidor, y desde entonces y como un siglo más, los Tello
ejercieron gran influencia en el municipio, a veces decisiva, por lo que es de
suponer y lo más razonable, que estuviera empeñado en que su yerno Golfín, se
labrara buena fortuna acosta del
Municipio, cosa que se hacía con regularidad, y que se repetía a lo largo
de los tiempos, su gestionar en la
Corte, donde otros Tello, parientes suyos, estaban en gran privanza y servían en la casa real, que
hicieron valer la retirada de Alfón Pérez Golfín del bandolerismo, como
retirada realizada en servicio de la corona, obteniendo de Alfonso IX, la carta
que ordenaba al concejo cacerense que le diera dehesa, esto es casi con
seguridad lo que ocurrió, aunque con las debidas reservas.
Pero con esto no se puso fin a la aventura de los Golfines, muy al
contrario, siguieron con sus fechorías durante siglos, como lo demuestran las
muchas de las albalás (Cedula Real, por la que se concedía privilegios) cartas
pueblas además de otros privilegios, llegando a equivaler la palabra Golfín a
un ladrón de ganados y malandrín; Pero paisano de la villa cacerense, fue Alfón
Pérez Golfín, y que recorriendo su descendencia llegamos hasta otro Alfón Pérez
Golfín que debio ser nieto de aquel, y apodado el viejo, que alcanzó hasta el
reinado de Juan I, y que fuera padre de tres hijos, que fueron cabezas de tres
casas principales, Alfón Pérez Golfín,
que fuera el progenitor de los caballeros Torres, Mariscales de Castilla,
Pedro Alonso Golfín, “el viejo“, poderoso caballero y que fuera el mantenedor
del rango y apellido de su casa y Gómez Pérez Golfín, procurador de la villa
con Gómez Tello, su tío, en las Cortes de Valladolid en 1333 y que dio nombre a
la dehesa de Gómez Pérez, de la que era
de su propiedad.
Pedro Alonso Golfín, “el viejo”, el mantenedor del apellido y rango de la
casa y familia, dos de los hijos, de los varios que tuvo, fueron a su vez,
cabezas de las dos casas principales de los Golfines cacerenses, los Golfines
de Arriba y los Golfines de Abajo, y que cuando la parca vino a por él en 1426,
fueron tantos los bienes que dejó, que aun repartidos entre los otros seis
hijos, pudieron estos figurar entre las familias mejor acomodadas de la villa,
tambien influyo en que tanto él como sus hijos, habían ido eligiendo por
esposas a las damas más afincadas del término, como Tello, Mogollón, Valverde,
Maimones, Sotomayor, y de generación en generación habían ido aumentando los
haberes de la familia.
Alfonso Golfín. Señor de Torres Arias, Fuente de la Higuera y Corchuelas
y García Golfín, Señor de la Casa Corchada, este fue el jefe de la casa de los
Golfines de Arriba. Ubicada en la hoy calle de los Condes, el primero, fue el
jefe de la casa de los Golfines de Abajo, ubicada en la plaza de los Golfines,
solar que originalmente fue la casa de los Tello, familia que a lo largo de los
tiempos volvieran a unir sus apellidos. Tenían sus enterramientos los de esta
familia, en san Mateo, entre la capilla de los Sande, que sería después
sacristía, y de los Saavedra, donde se aprecian en sus sepulcros, escudos con
las armas de Golfines y los Ulloa con los que estaban enlazados, y que habiendo
tenido los Golfines de Abajo, sus enterramientos en el convento de las Monjas
Jesus, y que la capilla mayor edifico uno de los de aquel apellido y les
pertenecía, y que cuando se derribó el convento, los restos fueron trasladados
a la cercana Santa Maria.
(Fuente Publio Hurtado-Ayuntamiento y familias)
(Fuente Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)
(Fuente Simón Benito Boxoyo-Noticias)
(Fuente Orti Belmonte-las Conquistas)
Agustín Díaz Fernández


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