BREVE HISTORIA DE CÁCERES
LXXXVIII
Palacio de Galarza.
Solar primitivo de la
familia Cohen, llamada casa de los Trucos, porque según la leyenda dice que el
rabino Sergas Cohen, era aficionado a los pasadizos y habitaciones ocultas, y
según otros cronistas es por haber dado cobijo durante últimos del siglo XVIII
y primeros del XIX, a juegos así denominados, edificio de mucha amplitud pero
de poco interés que ver en su interior, el Obispo García de Galarza lo adquirió
en 1595 para casa suya de la familia Dávila, señores de Loriana, que a su vez
lo habían adquirido de la familia Mesia-Ovando, doña Maria de Ovando, que fuera
hija del capitán Diego de Cáceres de Ovando, paladín de los Reyes Catolicos, y
que estos lo adquirieron de la familia Cohen tras su expulsión por los Reyes
Catolícos, familia judía de gran capital y muy extendida por la villa
cacerense.
La torre del homenaje
que es la que da vistosidad a la casona, se eleva en la esquina de la calle
empedrada (General Ezponda) con la de Santo Domingo, domina con su gran altura,
y avanza un poco sobre la construcción, pero si llegar a ser albarrana, se abre
en esta torre una ventana de ángulo, perfilada en cada lienzo de la fachada, y
decoradas por columnas corintias y grutescos. Sobre el entablamento que tiene
guardado un escudo por serpientes, y dos flameros por acroteras, Un Mainel de
mármol divide la ventana y una leyenda desgastada:
A líen miserum incumbe eta mi
“las ajenas miserias me incumben también
a mi”
Casa de los Trucos.
Mandada construir por la familia Cohen durante el siglo XV. Sergas Cohen
ultimo rabino de la ciudad hasta su expulsión en 1.492, cuenta la leyenda que
se hizo construir habitaciones y pasadizos bajo tierra, dada la afición de este
por los misterios, donde poder refugiarse y en un caso dado salir a escape.
(José Luis Hinojal)
La ciudad cuenta con innumerables
pasadizos, que presuntamente enlazarían unos palacios con otro de la misma
familia, algunos se creen de gran recorrido, desgraciadamente no se ha podido
recuperar ninguno si exceptuamos el del ala de la familia Solís con San
Francisco Javier, visitable hasta la década de los 60 al cambiar la casa de
propiedad
(Alonso
José González Gaitán)
Otro
cronista cuenta:
Palacio de Galarza, casa de la Iglesia o Casa
de los Trucos , calle empedrada antes , ahora general Ezponda, En 1.492
expulsaron a los judíos y D. Diego
González Messia casado a la sazón con
María de Ovando , hija del Capitán D. Diego Cáceres de Ovando se hace con el Palacio en el que habitaba la
Familia Cohen, en el siglo XVI pasa a manos de los Velázquez-Ávila ( peruleros
) así denominados los que habían hecho su fortuna en el nuevo continente ,
concretamente en el Perú, con el comercio entre otras actividades,
De esta familia pasó a manos del
obispo García de Galarza, corría el año de 1595 que según la creencia hizo
aumentar hizo aumentar los misterios que rodeaban a esta casa-palacio de los
Trucos , haciéndose construir un pasadizo que comunicara esta casa con el
palacio episcopal situado intramuros, vivienda habitual del obispo García de
Galarza, pasadizo por donde solía visitar a la familia , a la que había cedido
la casa de los trucos , es conocido que en cierta ocasión el rey Felipe II se
alojó en el palacio Galarza en Marzo de 1.583.
Casa de los Carvajales, o Palacio de
Camarena.
Este linaje que en el siglo XIII,
tuvieron un tronco común y su solar en Plasencia, de donde algunos de sus
miembros se trasladaron a Trujillo, y de esta ad se vino a Cáceres una doña
Gracia de Carvajal, que a la sazón estaba casa con Fernán Pérez de Ulloa, señor
de Malgarrida, más sucedió que el primero de sus hijos, y por lo tanto
primogénito seguido llamándose Ulloa,
pero el segundo y el tercero se llamaron Juan y Pedro de Carvajal, gente brava
estos dos caballeros, y gozando fama de valientes, según nos dice el cronista,
tomaron parte muy activa en las revueltas de Extremadura, aquellas que tuvo que
venir a apaciguar su majestad la Católica Rein.
Seria Pedro de Carvajal, el que fundó
la casa de la calle Amargura, y que con el tiempo fue a parar a la casa de los
Golfines, Juan, la de la calle Empedrada, (General Esponda) que a finales del
siglo XV, los Carvajal-Sande, linaje venido de Plasencia fundaron la que más
tarde iría a parar a la casa Abrantes.
Esto explica por qué el escudo de
Carvajal, procedente de la casa Malgarrida, en el primer cuartel ostenta el
blasón de los Ulloa.
Palacio de la Isla.
Casa del Marquesa de la Isla, ubicada
extramuros en la Plaza de la Concepción, fachada de sillería granítica, con
tres plantas y ventanas de estilo gótico, las del piso primero trilobuladas,
las del segundo un pelín mayores de tamaño en arrabaá, por el contrario las
ventanas del tercer piso son de obra sencilla y cuadradas, la puerta, con
dovelas almohadilladas, encima y dentro de arabaá, se muestran dos escudos en
el que se repite el blasón partido de dos osos y media águila pasmada y
castillo, tiene la fachada un balcón moderno, en la parte alta del arrabaá, y
en dos franjas que forman línea horizontal en toda la fachada, a los dos lados
del balcón se lee en letras grabadas romanas:
Moderata Duran
Nobis-Dat-Animvs-Non-Acta-Partem-Tvm.
Las hojas de la puerta aún conservan
los herrajes originales del siglo XVI, que es la fecha descrita en la fachada.
A lo largo del siglo XVI, llegaron a
la villa cacerense tres hermanos, Juan, Miguel y Luis Blazquez de Cáceres y
Solís, linaje de mucha nobleza, tanta como floja y seca tenían la bolsa, los
dos primeros de los hermanos mencionados, por medio de becas y capellanías se
hicieron clérigos, y con mañas y medros, Juan lo ascendieron a Dean de la
Catedral de Plasencia, Miguel a Tesorero
de la de Coria, y construyeron la casa,
que fue en su día de las más aparatosa de la villa, creando un gran Mayoralgo
para su hermano Luis y su descendencia.
Y sucedió, que, para figurar entre
los nobles, y así quedar eximidos del pago de ciertos impuestos, como por
ejemplo el pago de la moneda forera, impuesto este que solo pagaban los
plebeyos, incoaron pleito, en el que fue parte el Procurador del Común de
Vecinos, interesado en que no dejasen de contribuir al levantamiento de las
cargas generales, empezó a rebuscar para a cumular pruebas en los autos
antecedentes y pruebas de indudable valor.
Presentaros testigos los hermanos, y
hubo quien declaró que, algunos ya ancianos habían conocido a sus padre y
abuelos, otros los tomaron por degeneración de conversos y descendientes de los
Albariños, al menos por parte de la madre, no falto quien declaró que su
abuelo, Gonzalo Blazquez habia sido arriero,
y la mujer de este revendedora de especias, que procedían de bastardos,
y que no solo el dinero agenciado, al que ponían en duda si seria de forma
legal, y los sobornos usados para conseguir que llegaran a ser nobles, y hasta
conseguir varas de justicia, y como es natural no falto quien argumentara del
lema esculpido en la fachada recién edificada, alegase su pretendida hidalguía:
“Por nos seamos buenos e non por nuestros abuelos”
Esto les sirvió para el argumento de,
si hubieran sido de sangre azul, no hubieran menospreciado el lustre del
abolengo, lustre que tanto vestía en la época.
(Fuentes Floriano Cumbreño-Guía)
(Fuente Publio Hurtado-Castillos)
(Fuente Simón Benito Boxoyo)
(Fuente J.L. Hinojal-Misterios)
(Fuente González Guitan)
Agustin Díaz Fernández




Comentarios
Publicar un comentario