BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                                          XXXIV

Cardenal de Sabina

Crónica desde la calle Cuba de mi llopis Ivorra

Sucedió que el día 19 de marzo del año de 1227, falleció el Papa Inocencio III, ocupo su lugar como Pontífice Gregorio IX, y entre los asuntos que dejara pendiente el pontificado anterior, se encontraba lo relativo a la situación eclesiástica de España, donde se cometían gran cantidad de abusos que era necesario corregir, desde la afinidad de los Reyes Catolicos con los moros, en la que en ocasiones eran producto de la política con perjuicio de la Religión, hasta asuntos de disciplina eclesiástica, lo que en aquel tiempo era bastante relajada, por otra parte habia que concertar las relaciones de los monasterios con los obispos diocesanos, y más aún las de estos entre sí, para evitar las escandalosos enfrentamientos que se producían por intereses temporales, o los derechos de jurisdiccionales de cada una de las diocesis. Problemas todos, que cobraron actualidad al presentarse en la Sede Pontificia, los emisarios del Arzobispo de Compostela, esto no debio de ocurrir no antes de mediar el mes de abril de 1227, con el suplicatorio emitido por el monarca, y para el arreglo de todas estas cuestiones el nuevo Papa, decidió enviar a España al Cardenal Juan, Obispo de Sabina (región del Lacio Italia), como legado con plenos poderes para resolver los asuntos eclesiásticos pendientes, y haciéndose portador de del rescripto (Carta o Cedula Real) apostólico, por lo que se autorizaba al Arzobispo de Compostela a pignorar (dejar en prenda una cosa) bienes de su iglesia, al fin de proporcionar al monarca leones los caudales necesarios para la campaña contra el moro, y encargando al legado Papal, que animase en este sentido el celo de Alfonso IX, más el de todos los reyes cristianos de España.

En Agnani (Italia) fue promulgada la Bula concediendo la autorización, en 17 de agosto del año de 1227, y en ella se dice consentir en lo solicitado “ut non amitteret regalia, in quibus ecclesia tua enomiter laederetur” (Para no perder las regalías en las que la iglesia fue perjudicial), y que según el cronista esto demuestra la hipótesis de que el Rey leones, debio de amenazar al arzobispo con suprimirle los derechos jurisdiccionales.

Así las cosas, el Cardenal Juan*, debió salir de Roma en la primera quincena de septiembre y llegar a España, y estar en  Compostela por los primeros días de diciembre, y al punto hizo reunir un concilio en Salamanca en el que tomaron diversos acuerdos sobre disciplina eclesiástica, y prohibió a las personas poderosas y a los concejos fortificarse dentro de las iglesias, salvo en caso de extremo necesidad, bajo penas severísimas a los que invadiesen o detentase bienes pertenecientes a la iglesia o monasterios.

*Muy activo demostró ser el Cardenal Juan, ya que aproximadamente realizo el viaje en 75 días, por el itinerario más corto desde la santa sede en roma hasta Santiago de Compostela, este itinerario era el usado por los viajeros medievales, y recorría desde Roma, Génova, Saona, Narbona y Tolosa, donde para entrar en España, tomaban la ruta que seguían los peregrinos de la Europa Norte, para visitar el sepulcro de Santiago, por Auch, y Ortez, entrando en la península por San Juan de Pié de Puerto, desde este punto y por Pamplona, Logroño, Burgos, León, y Astorga rendirán viaje en Compostela, este itinerario de Roma a Santiago de Compostela, tenía un total de 460 leguas, equivalentes a unos 2530 kilómetros por las actuales carreteras. Esto puede dar cuenta de las prisas que se debio dar el legado Cardenal en llegar a destino, y comenzar su misión*

Seria con motivo de la celebración este concilio, cuando debio de hacer el Cardenal Jua, su presentación al monarca Alfonso IX. Al que recordó la necesidad de seguir la lucha contra los moros,, le rogo la publicación de un decreto facultando a los peregrinos que visitasen la tumba del Apostal Santiago o la Iglesia de San Salvador de Oviedo, para que bien de palabra o ya por escrito, pudiesen disponer de sus bienes en caso de muerte durante la peregrinación, quedando dichos bienes depositados en poder de los obispos a los herederos, y por espacio de dos años, para ser entregados a los herederos, este decreto fue promulgado el día 5 de febrero del año de 1228.

La Conquista Definitiva.

En todo el año de 1228, no hay constancia de que Alfonso IX, acometiese expediciones militares, pero seguía manteniendo una gran actividad con los preparativos bélicos, y celebrando en Castilla entrevistas con el fin de ganar adictos a la guerra, a la que y como ,era costumbre tenian que acudir todas las Ordenes Militares de España, en ello emplea la totalidad del año, y reuniendo dinero suficiente a principio de 1229, ya en 14 de febrero se halla el Rey en Ciudad Rodrigo en disposición de continuar la lucha, y ya en 5 de abril se encuentra frente a los muros de Cáceres.

No hay noticias de las circunstancias de asedio, pero la resistencia almohade no debió ser mucha ni de calidad, ya que el da 23 festividad de San Jorge, se tomó la plaza por el Rey de León, dando fin a ochenta y dos años de dominio musulmán, interrumpidos en apenas seis años, dos años aproximadamente que la villa cacerense cayo en manos del portugués Gerardo de Sampavor y los cuatro desde 1170 hasta 1174 en poder de Fernando II de León.

Las murallas de Cáceres, retrasaron en más de cuarenta años la reconquista de Extremadura, las murallas de Cáceres, fueron levantadas por los ingenieros y alarifes musulmanes para defender la Cuenca del Guadiana de las incursiones cristianas, murallas reconstruidas sobre el cercado romano, durante muchos años cumplieron con eficacia el objetivo para el que fueron edificadas.

A comienzos del siglo XIII, los que conocemos como Extremadura, era zona avanzada de musulmanes en tierra de España, el retraso por esta parte de la reconquista de tierra Hispánica, estaba sin duda más retrasado que en el resto de fronteras peninsulares, y no seria justo culpar del toso al monarca Alfonso IX, un Rey valiente, pero con políticas a veces ambiguas y tortuosas, en se favor hay que contar con que estaba entre dos estados jóvenes y pujantes, regidos por monarcas belicosos y revoltosos, como eran Castilla y Portugal, León, de linaje más antiguo, pero más débil militarmente, se veía con frecuencia  buscar apoyos en los almohades, para neutralizar a los dos reinos vecinos que con frecuencia los asfixiaban, con esta forma de actuar siguió la estela  de su padre, Fernando II, hasta que Alfonso IX comprende que es imprescindible correr sus fronteras hacia el Sur, entre otras cuestiones porque así lo exige la misión histórica de su reino, pero tan poco lo hace con éxito, ya que todas las campañas se da de frente con un gran obstáculo que deshace todos sus planes, este obstáculo es la impresiónate fortaleza de Hins Qazrix, que orgullosa e inconquistable levanta sus murallas de color rojizo erizadas de torres defensivas albarranas, en el camino entre el Tajo y el Guadiana.

Esta magnífica fortaleza, de Hins Qazrix, es la llave del Tajo, ya que de él arrancan dos caminos que conducen a los dos únicos puentes que lo atraviesan Alcántara y Alconétar, (el Puente Grande y el Puente chico) “Alcántara Significa Puente, Alconétar el Puente pequeño, seguramente llamado por antagonismo de Alcántara, ya que la altura de este es muy superior, pero no en longitud”.

Desde la fortaleza de Hins Qazrix, los almohades pueden acudir rápidamente a cualquier punto que los leoneses traten de pasar la frontera, al mismo tiempo la fortaleza es la llave del Guadiana, en sentido contrario, Alfonso IX, no puede emprender ninguna marcha hacia el Sur dejando a sus espaldas la villa cacerense, Hins Qazrix, como fortaleza militar podía albergar entre sus muros al menos diez mil guerreros.

De ahí que todos los planes de expansión hacia el Sur de las fronteras de Alfonso IX de león, tiene como primera etapa la ocupación de Cáceres, cierto, más el problema eran sus altas y fuertes murallas, sus cuarenta torres que la defienden en su totalidad del perímetro, dentro de su imponente Alcázar caben vivieres para demasiado tiempo, y bajo los cimientos, un gigantesco aljibe asegura que sus defensores no pasen sed, Alfonso IX, llega a su cita ante los muros de Cáceres, una y otra vez, y una y otra vez se estrella en ellos, como le ocurrió a su padre Fernando II de León en 1184, hasta el punto de que Hins Qazrix, se vuelve obsesión para el monarca leones, las crónicas como hemos visto en capítulos anteriores, la suerte no le acompaña en las diversas campañas de conquista, 1212, 1218, 1222, 1225, en vano pide gentes, en vano llama a cruzada,  Hins Qazrix es inexpugnable.

Se ha de llegar a una época en plena descomposición Almohade, ya entrado el siglo XIII, para que el tesón del Rey Alfonso IX de sus frutos, y la inconquistable Hins Qazrix, cae en poder cristiano, estamos en 23 de abril de 1229, y ya solo queda como prestigio musulmán al-Ándalus y el extraordinario y valiente Aben Hud, cuya corte de Murcia, queda en realidad muy lejos.

(Fuente Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)

(Fuente Publio Hurtado-Castillos)

(Fuente Benito Simón Boxoyo)

(Fuente Orti Belmonte-Conquistas)



Agustín Díaz Fernández

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