BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                                               XIV

Ceres

Crónica desde la calle Cuba de Mi Llopis Ivorra.

En el capítulo anterior veíamos que:

por fin, , la fijación de la Colonia Norbensis Caesarina ha sido fijada y corroborada por los hallazgos epigráficos, como así mismo se ha podido precisar la fecha de su fundación, Paredes, Blazquez, y Sanchez Albornoz, han establecido la trayectoria lógica de la vía romana, y la distancia de XX millas marcadas en el Itinerario entre las mansiones de Sorores y Castra Caecilia coinciden exactamente con el campamento de Cáceres el Viejo,, mientras que el Castra Servilia, sigue sin aparecer por ninguna parte, algún cronista lo sitúan hacia Santa Olalla, donde afloran algunos restos romanos, pero sin poder demostrarlo.

En el territorio cacerense y en tiempos de los romanos, se registran más de veinte lugares de núcleo urbano en toda su extensión, de estos muy pocos son los que subsisten en las poblaciones actuales, de otros solo restan ruinas, y pocos son las que las localizadas con las menciones de Estrabón, de Plinio o del Itinerario de Antonino, y que son:

Colonia Norbensis Caesarina (Cáceres), Castra Caecilia, campamento de Cáceres el Viejo, identificado por el Itinerario y por las excavaciones,

Sorores, tambien en el Itinerario y su asimilación con el despoblado actual de Santiago de Bencaliz.

 Augustóbriga en Talavera la Vieja, tambien mencionada en el Itinerario.

Túrmulus (Alconetar), tambien justificado en el Itinerario.

 Julia Contrasta, hipotética pero probable su identificación como Valencia de Alcántara, aunque no en el espacio ocupado por la poblacion actual, si no en uno de los poblados de sus cercanías, bien el que se encuentra a la derecha del rio Seber, o bien el que se encuentra en el camino de San Vicente de Alcántara.

 Eberobriga posible casco Ibérico cerca de Talaván.

 Rodacis, en Madrigalejo, sin datos de autoricen su identificación.

Araviense Despoblado a unos siete kilómetros al suroeste de Arroyo de la Luz, en la Dehesa de Castillejo, es un castro Ibérico al que llaman Sansueña, pero también sin datos de identicación.

Turgalium, atestiguada su existencia por las inscripciones y por los escritores de los siglos II y III, su identificación con Trujillo es hipotética e improbable.

Caurium (Coria) justificada por los abundantes en su antiguo recinto, del que se conservan trozos de muralla y dos de sus puertas.

Cappera (Caparra) despoblado en el valle del Ambroz, conserva abundantes restos, como el arco quadrifronte, las murallas, el templo de Júpiter, un pantano y un teatro.

En cuanto a figuras encontradas no son muchos los testimonios romanos conservados, las esculturas de Pensil en Mirabel en Plasencia, cuya procedencia es variada, hay bustos y estatuas de Caparra, otras que son de fuera de la provincia, y algunas importadas de Italia, pero caben resaltar:

La Minerva de Mármol de Alcuescar, y las dos de bronce del Museo de Cáceres, una de ella de procedencia de las excavaciones de Cáceres el Viejo. La estatua calificada como Diana, en el patio del Palacio de Mayorazgo, Pero el ejemplar iconográfico más notable es, sin duda la estatua de Ceres, esta divinidad como protectora de los campos y de las cosechas,  esta divinidad tenía que contar con numerosos adoradores dentro de la poblacion cacerense, fundada con fines colonizadores y agrícolas, se trata de una figura femenina en pie, vistiendo una larga túnica, y sobre ella un manto terciado, que sube por el lado derecho del pecho velando la cabeza, levemente inclinada hacia la derecha y cae por la espalda del mismo lado, el brazo derecho destacaba del cuerpo y doblado por el codo y con la mano derecha sostiene la cornucopia terciada sobre el hombro y cargada de frutos, el rostro femenino de labios finos, ligeramente sonrientes, nariz recta y delicados arcos someros, se ciñe por un peinado en bucle, hacia atrás sobre la frente, continuando el bucle hacia izquierda y derecha del rostro, tapando las orejas.

Fue descubierta en el siglo XV en la Ribera del rio Salor.

 Genio andrógino es una estatua romana que data del siglo I y que en la actualidad forma parte de la colección permanente del Museo Arqueológico Provincial de la villa cacerense

Conocida popularmente como la diosa Ceres, representa una figura humana con los pliegues de sus vestidos muy pronunciados y que sujeta en su mano izquierda el Cuerno de la Abundancia

Una copia de la misma estuvo situada entre 1820 y 1962 en la Torre de Bujaco en la Plaza Mayor. Una de las hipótesis que se barajan sobre el origen del nombre de la torre es precisamente que los cacereños utilizaban el término Bujaco (muñeco de paja) para referirse a la estatua del genio andrógino.

 

 En el siglo XVI el canónigo y beneficiado de Ledesma Gaspar de Castro, en su paso por Cáceres se refiere a ella como la “diosa Fortuna”. Pero muchos de los escritores posteriores como Solano de Figueroa o Rodríguez de Molina, siguieron identificándola erróneamente como la “diosa Ceres”, quizás tal equivocación de Lucio Marinero Sículo, fue debida a sus orígenes. Lucio era oriundo de Sicilia en donde la diosa Ceres fue antaño patrona, y se la representaba habitualmente en una estatua sedente de una bella mujer, de cabellos largos, portando en su mano derecha un haz de espigas de trigo, y en la mano izquierda una antorcha. Y aquella estatua cacereña, con un manojo de espigas en la mano derecha y una cornucopia o cuerno de la abundancia en la izquierda, se le asemejaba, y junto con el nombre dado a la villa debió influir a la hora de identificarla.

Ya en el siglo XVIII, Antonio Ponz, hablan de ella como una representación de la abundancia o la Paz, pero para el pueblo llano cacereño era conocida popularmente como la “Santa de la Plaza”, En época del cronista cacereño Simón Benito Boxoyo, quien la sigue identificando como la “diosa Ceres”, la estatua aún permanecía en atrio del Corregidor.

En el año 1819, Vicente Palomar, dueño de una empresa de carretas que cubría la ruta de Cáceres a Sevilla, obtuvo la concesión por parte del ayuntamiento, para construir una serie de almacenes para guardar sus mercancías en la zona del atrio del Corregidor, a cambio de fabricar por su cuenta un templete sobre la Torre del Reloj, “torre de Bujaco” donde debía colocarse la estatua de la diosa Ceres. Un año más tarde la “diosa Ceres” desde un templete de ladrillos vigilaba y protegía a los cacereños desde lo alto de la torre más significativa de la villa. Otros estudiosos se fijan en la misteriosa estatua, uno de ellos, el arqueólogo José Ramón Mélida, quien lanza una nueva idea, la diosa Ceres es un genio andrógino de la colonia, teoría que también apoya Carlos Callejo.

 En 1962, la estatua de la diosa Ceres es bajada y colocada en el atrio del ayuntamiento, bajo uno de los soportales, hasta que se traslada al museo provincial sito en la Casa de las Veletas.

Más, En la actualidad, estudios recientes como el del catedrático de arqueología Enrique Cerrillo Martín de Cáceres han revelado que la misteriosa escultura, representa a un varón anónimo con toga sacerdotal cubriéndose la cabeza de la época Julio-Claudia.

(Fuente Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)

(Fuente Carlos Callejo-Fundación)

(Fuente Orti Belmonte-Conquistas)




Agustín Díaz Fernández

 

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