BREVE HISTORIA DE CÁCERES
XIII
La Colonia
Norbensis Caesarina II
Crónica desde
la calle Cuba de mi Llopis Ivorra.
a ciudad y
gestionaba en roma todos sus negocios e intereses.
Y así se hizo
en la colonia Norbensis Caesarina, esta era una de las cinco deducidas en la
Lusitania, siendo las otras cuatro, Metellinum (Medellín), Emérita (Mérida),
Paz Julia (Beja) y Scallabis (Santaren).
La extensión
de terreno que en un principio fue designado a la Colonia Norbense, no es fácil
de determinar, pero se pude conjeturar que este fuera de mucha amplitud, Plinio
comenta, tras mencionarla como Contributa sunt in eam Castra Servilia, Castra
Caecilia, con lo que se expresa que las dos únicas entidades de poblacion caían
dentro de su territorio y bajo la jurisdicción de sus magistrados, y estas
fueron las nacidas de los campamentos de Quinto Servilio Cepión y de Quinto
Caecilio Metello, ubicados muy próximos a la ciudad.
Así fue
como quedo establecida la romanización en el territorio cacerense.
Más esta
romanización se mostró de forma muy desigual, en el centro, aparte la colonia y
sus dos contributivas, los datos son muy pobres, y reveladores de una duración
más bien corta, la lucha con el terreno, debio de presentarse desde el
principio, como una empresa de mucha dificultad, con resultados pobres, que
revelan que tuvo una duración efímera, y que según parece los esfuerzos no
compensaban el esfuerzo que requería, con estos mimbres, toda la creencia es
que Norba no debio tener vida larga, la ultima cita de la Colonia Norbensis
Caesarina, data de Plinio, y la más moderna mención data de los tiempos del
emperador Trajano, seguramente su despoblación seria hacia el siglo III, o
incluso antes, si la inscripción encontrada en la fachada del palacio de Godoy,
es pieza de acarreo*, ya que es raro que, estando la Colonia enclavada a
orillas de la Vía Lata, su nombre no aparezca en el itinerario de Antonino. Al
Norte del rio Tajo y sobre todo hacia el Sur los síntomas de poblamiento, sin
que sean de gran densidad, si son numerosos.
*Inscripción
dedicando una estatua al Emperador Lucio Septimio Severo Pertinax en el año
194*.
Los restos
romanos hallados en Cáceres, si no abundantes si son numerosos, pero pocos
tienen carácter documental, el Puente de Alcántara, se ofrece con toda la
grandeza, único, ejemplar, grandioso, las ruinas de Talavera la vieja y las de
Caparra, tambien conservan la grandiosidad, y las vías de comunicación, que
siendo en lo monumental menos importantes, en la historia tuvieron una
participación principal.
Las vías
romanas nacieron por las necesidades militares, si bien después se convirtieron
en medio regular de transito y en vías comerciales, su estructura era muy
variada, la más sencilla consistía en la explanación de un camino aprovechando
el firme natural del terreno, modificándole ligeramente para hacerlo
adecuado las necesidades de circulación, a esto se le llamaba vía
terrena, aunque con mayor anchura, se formaba a la manera de las veredas,
gracias al holladero continuado del paso de hombres, de animales y de los
vehículos, pero la forma ideal, perfecta, la definitiva, era una verdadera obra
de ingeniería, con el trazado previamente establecido, mediante el estudio del
terreno, y una composición del firme ajustadas a unas reglas precisas.
Lo esencial
para los Romanos, era buscar líneas rectas, con el fin de disminuir en todo lo
posible las distancias recorrer, sobre el trazado, se habría la caja de la
carretera con una profundidad que variaba dependiendo del firme que se trataba
de construir, limitándola por la derecha e izquierda con gruesos pedruscos, con
esto evitaban que los bordes del terreno, cayeran al interior, o bien que el
firme se derramase hacia el exterior. Según Vitrubio, una carretera construida
con todo el cuidado se componían de varias capas superpuestas, la primera, la
inferior, era el Statumen o afirmado de fondo, construido con piedras más o
menos grandes, “no mayor que la que caben en un puño, dice Vitrubio”, estas
eran fuertemente apisonadas, sobre esta capa se extendida el rudus, especie de
mortero, hecho con piedras picadas, arena y cal, la tercera capa, la llamada
nucleus, que era de cascajo, formado por tejas rotas, ladrillos pulverizados,
mezclados tambien con arena y cal, disponiéndose sobre todo ello el pavimento o
summa crusta, que podía ser de dos clases, con rollos, al igual que nuestros
empedrados “Vía Glareata”, o con losas rectangulares “Vía Munita” .
Para señalar
las distancias, las vías contaban con postes indicadores
“columnas Miliarias” en los que constaban los números de millas
romanas “Millia Pasuum” mil pasos, igual a mil quinientos metros
aproximadamente, y que se contaban desde el arranque de la vía hasta la
miliaria correspondiente, y de distancia en distancia, equivalente cada una de
estas a una jornada militar, que era de veinte millia, “30 kilómetros”
estableciendo lugares de reposos “mansiones” procurando que coincidiesen en todo
lo posible con poblaciones o campamentos, tambien se establecían a lo largo de
las vías, posadas, mesones, casas de postas “tabernae diversoriae” que
sirvieran paa el descanso del viajero y el relevo de cabalgaduras.
Al llegar los
romanos a la península, la hallaron casi en su totalidad desprovista de vías de
comunicación, los naturales utilizaban ara sus desplazamientos las rutas
naturales de los valles, márgenes de los ríos y desfiladeros, entre las
montañas, al no tener que mover estando en guerra grandes masas humanas ni
pesadas impedimentas, se trasladaban de un punto a otro a campo través, o por
veredas montaraces tan solo conocidas por ellos. Sin embargo, los Cartagineses,
habían construido una vía que llamaban “El Camino de Hércules” que bordeaba la
costa de levante, desde el Pirineo hasta Cartagena, esta fue utilizada por los
romanos para los primeros movimientos de las legiones, pero pronto los
invasores romanos, se dedicaron a construir toda una red de caminos que
cruzaban la península en todas direcciones, enlazando los principales centros
de aprovisionamiento y los puntos de más importancia de concentración de los
ejércitos. Una de estas vía fue la Vía Lata “Ancha” los árabes la denominaron
por su belleza el Camino de la Plata, y los cristianos en la Alta Edad Media,
la llamaron Vía Guinea.
La Vía Lata,
salía de Mérida por el puente tendido sobre el arroyo Albarregas, dirección
Norte y penetraba en tierras cacerenses por el Puerto de las Herrerías, cruzaba
el arroyo Ayuela, siguiendo hasta el rio Salor y por el puerto del Trasquilón y
valle de las Camellas, llegaba hasta Cáceres, bordeando sus muros por Miralrío,
San Roque, Tenerías Altas, Afueras de Villalobos, desde donde la margen
izquierda de la ribera llegaba hasta el Campamento de Cáceres el Viejo*,
partiendo de este punto atravesaba los campos del Casar, para dirigirse al
Tajo, cruzándolo en su confluencia con el rio Almonte, para
continuar por Galisteo y Caparra a Baños de Montemayor, Salamanca, Zamora y
Astorga, este itinerario, es poco más o menos, el de la vía terrena explanada
por el Cónsul Servilio Cepíón, en el 139 a.c. para unir el Tajo con el
Guadiana, pasando por los Castras Servilia emplazada entre ambos ríos, no se
sabe con seguridad el punto de arranque de este camino que, no podía ser
Mérida, que aun le quedaba más de un siglo para su fundación, se
conjetura que seria el recodo del rio en que en el año 79 a.c. estableciera
Quinto Cecilio Metello los Castra Metellina, si se tiene en cuenta que este
general aprovechó la misma calzada para el transporte de sus legiones , la misma
vía explanada por Quinto Servilio, el cronista nos cuenta que es posible,
modificando en algún punto su trazado, para hacerla pasar no por Castra
Servilia, sino por el que él construyera al Noroeste, de las lomas donde
después se elevará Cáceres
Tampoco se
sabe si Metello conservó la estructura primitiva de la Vía Terrena, pero que
esta si cambio por completo a raíz de la fundación de Norba, haciéndose la caja
de la carretera, con todos los estratos constitutivos en muchos de sus tramos,
con trincheras, terraplenes y alcantarillas y la suma crusta, siendo a trozos
Glareata, como las de en Casas de don Antonio, y a trozos Munita, como en
Caparra y Baños de Montemayor
*trayecto
ente el puerto del Trasquilón y los campamentos de Metello, (Cáceres el Viejo)
es hipotético, ya que entre ambos jalones no se encontraron restos de calzada,
pero es el sitio más lógico por donde debio de transitar*
(fuente
Floriano Cumbreño -Historia de Cáceres)
(fuente
Carlos Callejo-Orígenes de Cáceres)
(Fuente Orti Belmonte)
(Fuente Roma-Historia)
Agustín Díaz Fernández
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