BREVE
HISTORIA DE CÁCERES
VI
La
Calzada Romana
Crónica desde
la calle Cuba de mi Llopis Ivorra.
(Vía Lata o
Vía Ancha)
De las 132
Millas que tenía la calzada entre Emérita Augusta y el Vicus
Caecilius (no se conoce la ubicación exacta, pero se cree que en Baños de
Montemayor) se encontraron, sin contar las denominadas como falsas, más de
cuarenta miliarias*, algunas de ellas en el propio sitio, conservando además de
la indicación numérica, sus inscripciones por las cuales se sabe cuál fue el
emperador que hizo construir o reparar la milla correspondiente, fueron
Tiberio, Nerón, Trajano, Adriano, Septimio, Severo y Máximo I.
*Dos de
estas, al norte de las Casas de don Antonio, una aprovechada, sin variarla del
lugar, para la pared de una cerca y la otra, convertida en buzón de correos*.
En el tramo
de la Via Lata, correspondiente a la provincia cacerense, nos cuenta el Sr.
Floriano, existían seis mansiones, y que, enumerados en el itinerario de
Antonino, figuran así:
Item ab
Emérita Caecesaraugustam millia PCasuum DCXXXII
Ad Sorores
millia PCasuum XXVI
Castri
Caecili XX
Túrmulos XX
Rusticiana
XXII
Cappara XXII
Caecilio Vico
XXII.
Lo que indica
que el Itinerario, desde Mérida hasta Zaragoza*, habia 632 millas, a la primera
mansión, (ad Sorores) desde Mérida 26 millas (39 kilómetros) desde está a Casta
Caecilia, 20 millas (30 Kilómetros) igual distancia entre Castra Caecilia y
Túrmulus (Alconetar) y una distancia constante de 22 millas (33 Kilómetros)
entre Túrmulus y Rusticiana (Galisteo) entre Rusticiana y Cappara y entrte
Cappara y el vicus Caeciluis, dando un toral de 132 millas (198 Kilómetro).
*Este
trayecto de la Via Lata, era en realidad, de Mérida-Astorga-Zaragoza, y las 632
millas (948 Kilómetro) cubrian casi en su totalidad los kilómetros que hay por
carretera, el tramo Mérida-Baños de Monte Mayor, 132 millas (198 Kilómetro) hoy
211 Kilómetros*.
A lo largo de
este trayecto, se han reconocido tres tabernae diversoria, uno en el Puerto de
las Herrerías, otro en el puerto de los Castaños, esta estaba junto a las
ruinas del castillo de Grimaldo, la tercera en la dehesa de Buhona, cerca de
Plasencia.
Al no citar
el Itinerario de Antonino la Colonia Norba, como situada en la
Vía, algunos coligen que esta no pasaba por la Colonia,
suponiendo la existencia de un ramal, que partiendo del Rio Salor, se dirigía a
Cáceres y de allí al Puente de Alcántara sin datos que puedan probar esto, y
tambien es muy posible que cuando se redactó el Itinerario, la colonia Norba
Caesarina, ya hubiese sido abandonada, pero conservando la antigua Castra
Caecilia como mansión a efectos de escala de la jornada militar.
Otras
calzadas romanas de la provincia cacerense, de Norba, por Brozas, siguiendo por
el Puente de Segura, de Norba a Scallabis (Santarém, Portugal) por Arroyo de la
Luz, y Valencia de Alcántara, y auqneu varios son la que la mencionan, no se
conoce arqueológicamente testimonios de su existencia.
De Alconetar
por Caurium (Coria) y Hoyos a Miróbriga (Ciudad Rodrigo), esta calzada es la
que con seguridad y durante la Edad Media, fue conocida como Vía Dalmacia.
En gran
número se cuentan los puentes, que en más o menos conservan su fábrica actual
de obra romana, uno sobre el rio Ayuela, rehecho en tiempos medievales casi en
su totalidad, el segundo es en el rio Salor, reedificado totalmente en el siglo
XVII, el tercero es sobre el el rio Almonte, cuyos estribos conservan parte de
la fábrica romana, el cuarto es el de Alconétar, y al Norte del Tajo, loa de
Arroyo Zanganea o Riolobos, sobre el rio Jerte e Carcaboso, el del Ambroz,
cerca de Caparra y el que recibe el nombre del cubo en Baños de Montemayor.
Entre todos
estos, el de mayor importancia es el que se encuentra en Alconétar, a pesar de
estar en ruinas, tambien conocido como Puente de Mantible, tendido sobre el rio
Tajo, en un lugar de mucha anchura y muy cerca de la desembocadura del rio
Almonte, debió ser obra de mucha importancia, contaba con un arco central,
flanqueado por ocho laterales, cuatro a cada lado, terminado por dos abiertos
en muro, a los extremos,
Se supone su
construcción en tiempos de Trajano, y que su ruina debio dar comienzo en 1228,
en que fue cortado por los árabes, para frenar el avance de las tropas de
Alfonso IX, cuando se lanzaron a conquistar el sur del rio Tajo.
Y qué decir
del grandioso Puente de Alcántara, mundialmente conocido, es sin lugar a dudas
la obra de mayor empuje de todo el Mundo romano. Aunque su estructura es
sencilla, ubicado en un recodo del rio donde se amortigua el empuje de la
corriente impetuosa en aquel sitio, ya que el rio Tajo va encajonado en el
estrecho cauce del ribero, seis arcos tres a cada lado del estribo central, con
os que se salvan los 194 metros que tiene la fábrica, de sillería
almohadillada, siendo las dovelas de los arcos dobles, ya que tiene una serie
de dovelas grandes que forman que forman la rosca de los arcos, estos además
van trasdosados con un cerco de dovelas más pequeñas, los machones se perfilan
en Tajamar hasta las impostas de los arcos, formando un resalte sobre el que se
alzan los contrafuertes hasta el pretil, sobre el machón central va un arco
honorifico con inscripciones, que revelan, unas que el puente fue edificado en
tiempos del Emperador Trajano y en el año 104 d.c. y otra en la que fijaran los
municipios que costearon la obra.
A la cabecera
del puente hay un pequeño templo con inscripciones en la que cuenta que el
constructor de tan esplendida obra fue el arquitecto Caius Lulius Lacer.
Con este
puente empareja al de Segura, sobre el rio Eljas, de cinco arcos y de
estructura y fabrica muy parecida al de Alcántara, debiendo haber formado
ambos, parte de la vía que conducía de Norba a Portugal.
A poco más de
dos kilómetros y medio de Cáceres, y dirección Torrejón el Rubio, se encuentran
los restos que apenas visibles, formaron el campamento Romano llamado de
Cáceres el viejo, (este nombre es el de la dehesa en la que estaba
enclavado el campamento, y que perteneció a un miembro de la familia Cáceres,
al que llamaban “el viejo” para distinguirlo de otro del mismo nombre y que
llamaban “el Mozo”. Este campamento, reconocido como tal desde antiguo, fue
explorado inicialmente en 1910 por el profesor Adolfo Schuklten, exploración
que como resultado dio en fijar la fecha de construcción en los últimos tiempos
de la Republica Romana, próxima a la era Cristiana,, más en excavaciones
realizadas posteriormente y entre los años 1927 y 1930, se llego a la conclusión
de que era un campamento construido por el general Quinto Caecilio Metello, en
el año 79-78 a.c. durante las campañas contra Sertorio en el Sur de la
Lusitania.
Es el
campamento un gran rectángulo de 650 por 380 metros, lo que da una superficie
de 22,4 hectáreas, con un parapeto o muro de piedra y su foso, en el interior
las edificaciones, tambien estas de piedra, tiendas para alojamientos de los
legionarios, el pretorio con patio, el foro, la Porta Praetoriana hacia el
Norte, la Decumana hacia el Sur, y la Quintana sinistra hacia el Este.
Según Plinio,
la Colonia Norbense, estaba situada entre dos campamentos. La Castra Caecilia y
la Castra Servilia, que después se convertirían en sendas poblaciones
contributas o dependientes de la Colonia, hasta el momento queda por descubrir
el campamento de Castra Servilia, lo que, partiendo de la noticia de Plinio, y
esto viene de antiguo de determinar cuál de los dos Castras romanos, es el que
se encuentra en Cáceres el viejo.
Según nos
explica el Sr. Floriano, en la segunda mitad del siglo IXX, don Aureliano
Fernández guerra dio por resuelta esta cuestión, el perímetro de
Norba era limitado por la muralla, o la parte alta de la ciudad, Castra
Caecilia, estaba ubicado en el declive del cerro denominado de Peña Redonda, en
dirección de la Ribera, donde hoy se extienden las calles Barrionuevo, Moros,
Sancti Espiritus, Nidos, Canterías, Camberos, Peña Sande, Picadero y contornos,
por lo que se desprendía que el campamento de Cáceres el viejo debía de ser el
de Castra Servilia.
A esta
opinión se adhirieron varios de los historiadores, pero con muchas reservas, y
con el asombro de los historiadores locales, los que se pusieron a
repasar los descubrimientos hallados y esperar descubrimientos nuevos, estos
descubrimientos y estudios se realizaron por fin, , la fijación de la Colonia
Norbensis Caesarina ha sido fijada y corroborada por los hallazgos epigráficos,
como así mismo se ha podido precisar la fecha de su fundación, Paredes,
Blazquez, y Sanchez Albornoz, han establecido la trayectoria lógica de la vía
romana, y la distancia de XX millas marcadas en el Itinerario entre las
mansiones de Sorores y Castra Caecilia coinciden exactamente con el campamento
de Cáceres el Viejo,, mientras que el Castra Servilia, sigue sin aparecer por
ninguna parte, algún cronista lo sitúan hacia Santa Olalla, donde afloran
algunos restos romanos, pero sin poder demostrarlo.
Pero la
colonización se manifestó muy desigual, en el centro y en las dos colonias
contributivas, prestamente absorbidas por la capital, son síntomas son muy
pobres y relevadores de una duración muy efímera , la lucha contra el suelo ,
debió de presentarse desde los comienzos como empresa difícil, donde los
resultados no compensaban el esfuerzo que exigían , bajo estas circunstancias
Norba , no debió durar mucho tiempo , la última referencia de la colonia
Norbensis Caesarina , consta en Plinio ( 23-79 d.c.) y la más modernas mención
data de los tiempos de Trajano, seguramente se despuebla dentro del siglo III o
antes, si la inscripción de la fachada del palacio de Godoy , es una pieza de
acarreo,( inscripción dedicando una estatua al emperador Lucio Septimio Severo
Pertinax, en el año 194 d.c. y que se encuentra actualmente en el museo de
Cáceres) siendo raro que estando la Colonia enclavada a orilla de la Vía Lata,
su nombre no aparezca en el itinerario de Antonino (138-161 d.c.) al
Norte del Tajo y en la periferia , sobre todo las orientales , Trujillo ,
Ibahernando etc. Lo síntomas de poblamientos, sin acusar gran densidad, son,
sinembargos más numerosos, lo que se evidencia claramente, con los restos
arqueológicos encontrados.
Los restos
arqueológicos de la provincia cacerense, son números, pero muy pocas veces
tiene carácter monumental, un edifico insigne, el Puente de Alcántara, se
ofrece con toda la grandeza de un ejemplar único, y las ruinas de Caparra,
conservan una cierta grandiosidad, pero aparte de esto, apenas si se hallan
restos que acusen huellas sensibles de romanización, aún quedan vestigios de
las vías o caminos, que, sin ser monumental, desempeñaron en los histórico un
papel muy principal.
Las vías
romanas , nacieron de las necesidades militares, si bien después se
convirtieron en medio reguilar de tránsito y en vías comerciales, su estructura
era variada, la más sencilla consistía en la explanación de un camino,
aprovechado el firme natural del terreno o modificándolo ligeramente, para
hacerlo el adecuado para las necesidades de la circulación , a esto es lo que
se llamaba Terrena, la cual, aunque con mayor anchura , se formaba a la amanera
de las veredas , es decir, por el holladero continuado del paso de los hombres,
de las bestias o de vehículos, pero la forma perfecta, la definitiva , era ya
una obra de ingeniería, con un trazado previamente establecido por el estudio
del terreno, y una composición del firme ajustada a reglas precisas .
Lo esencial
era para los romanos, buscar la línea recta, con el fin de disminuir en todo lo
posible las distancias a recorrer, sobre este sencillo trazado, se abría
la caja de la carretera, de una profundidad variable, según la categoría del
firme que se tratara de construir, limitándola a derecha e izquierda con
gruesos pedruscos, para evitar que los bordes del camino cáyense al interior, o
bien que el firme derramase por el exterior, Según Vitrubio, una carretera
cuidadosamente construida se componía de diversas capas superpuestas, la
primera era el estatumen o afirmado de fondo, constituido por medios de piedras
más o menos grandes , no siendo mayores que las que suelen caber en un puño,
cuenta Vitrubio que eran fuertemente apisonadas, sobre esta capa se extendia el
Rudus o mortero, hecho de una mezcla de piedra picada , arena y cal, la tercera
capa, llamada nucleus, era la de cascajo, formada por tejas rotas, ladrillos
pulverizados , también mezclados con arena y cal, disponiéndose sobre toso ello
el pavimento o summa crusta . que podía ser de dos clases, o bien con
rollos, como en la nuestra de empedrados o vía Glareata (construida con grava)
o con losas rectangulares o poligonales acopladas como la (vía munita).
Para
señalar las distancias las vías tenían postes indicadores (Columnas Miliarias)
en los que se hacía constar el número de millas romanas ( millia pasuum-mil
pasos = 1.500 metros aproximados) que se contaban desde el arranque de la vía
hasta la miliaria correspondiente , cada una de estas a una jornada
militar (20 millas = 30 kilómetros ) se establecían en lugares
de reposo ( mansiones) procurando que coincidiese en lo posible con poblaciones
o campamentos , también establecían a lo largo de las vías, posadas, mesones ,
casas postas, ( tabernae diversoriae) para descanso de los viajeros para el
relevo de cabalgaduras .
Cuando los
romanos llegaron a la península, la encontraron casi totalmente desprovista de
vías de comunicación, los indígenas utilizaban para sus desplazamientos las
rutas naturales de los valles, márgenes de los ríos y desfiladeros de entre las
montañas, como en la guerra, ni movilizaban las grandes masas humanas ni las
pesadas impedimentas, se trasladaban de un punto a otro a campo través, o por
veredas montaraces, solamente conocidas por los naturales , Los Cartagineses,
habían construido una vía llamada el Camino de Hércules , que bordaba la costa
de Levante , desde el Pirineo hasta Cartagena, y que fue utilizada por ,os
romanos para los primeros movimientos de las legiones, pero pronto los nuevos
invasores se dedicaron a construir toda una red de caminos que cruzaban la
península en todas direcciones, enlazando los principales centros de
aprovisionamiento y los más importantes puntos de concentración de los
ejércitos ,una de estas Vía fue la que unía Mérida con Astorga atravesando la
tierra de Cáceres y pasando por Salamanca a la que llamaron Vía Lata ( Ancha)
los árabes la denominaron por su belleza Camino de la Plata y los cristianos de
la alta edad media, le dieron el nombre de la Guinea.
(fuente
Antonio Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)
(Fuente
Historia Roma)
(fuente
Biografías)
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