BREVE HISTORIA DE
CÁCERES
LXIX
Cáceres
Crónica desde la calle Cuba de mi
Llopis Ivorra
La llamaron algunos, Segeda, Ceriana,
Castra Ceris, Casa Ceris, Castrum Caesaris, Pagum, Castresium, Castra Caecilia
y Norba Caesarina.
Más de todas estas versiones, solo las
dos últimos tienen fundamento, la primeria por que figuran en el itinerario de
Antonino Pio como una de las mansiones de
la Vía Lata, la segunda por que
alrededor de 1600 se encontrara un miliario detrás del convento de Santo
Domingo y sitio del Matadero Viejo, y con la inscripción “CAS-CAE XLIIII”
justificando que esta es la villa del itinerario de Tonino y que nombra como Casta Caecilia, situada a
cuarenta y cuatro millas de Emérita Augusta, lugar de donde arrancaba la Vía
Lata, “Vía Ancha”.
La segunda data de cuando la venida a
la villa Cacerense el sabio profesor Alemán Emilio Hübner en el año de 1861, y
que este profesor siguiendo las indicación de Plinio, afirmaba que Cáceres era
la Norba Caesarina, la que fue nombrada durante siglos por los historiógrafos,
y que fue acreditada otra inscripción encontrada al derribar a finales del
siglo XVIII, un trozo de muralla junto a la puerta de Mérida, en una gran
piedra que decía COOL-NORB-CAESARIN, inscripción de la que el páter Boxoyo da
cumplida cuenta.
Don Publio Hurtado comenta que, Norba
se encontraba en el interior del perímetro murado, y Castra Caecilia estaba
situado en N.E. de la Peña Redonda, que con el tiempo se fue extendiendo por
las calles Parras, el Matadero, Santa Gertrudis Barrionuevo, Moros, Nidos, los
Caños, las Canterías, calle Oscura, Plazuela de Santiago, Picadero, Villalobos
y Caleros, siendo la divisoria el rio llamado Rioverde.
En cuanto a lo de no figurar Norba
Caesarina y si Castra Caecilia, en el itinerario por os que discurría la Via
Lata, según el cronista, es porque la mencionada vía atravesaba, dividiéndola
en dos partes, el poblado fundado por el Cónsul Cecilio Metelo Pio, y pasaba
lamiendo las murallas de la Colonia Norba Caesarina, por la parte de la Calle
Caleros y del Rio angosto.
Como ya sabemos, el Cónsul Cecilio
Metelo Pio, vino a España en persecución del rebelde Quinto Sertorio,
excepcional estratega militar y mano
derecha del gran Cayo Mario, el que fuera elegido Cónsul hasta en siete veces,
enemigo del dictador Lucio Cornelio Silas, y a la sazón tío del gran Cayo Julio
Cesar, esto ocurría en el año 78 a.c., Metelo vino acompañado de dos legiones,
la décima y la vigésima, apellidadas las gemelinas (gemillonarum) una al mando
de Quinto Servilio Cepión y la otra mandada por Licinio Craso, y en al año 77
a.c. para pasar la invernada, Servilio
armó su campamento en la dehesa denominada de Cáceres el Viejo, y Licinio en la
falda oriental de la Peña Redonda, seria en esta donde invernó el Cónsul
Cecilio Metelo Pio, en ambos campamentos quedaron fundados Vicus, o pequeñas aldeas con los nombres de
Castra Caeclia y Castra Servilia, y que al cabo de algunos años pasó por aquí
Julio Cesar, y bien por si o bien por las tropas que acaudillaba, Cayo Norbano
Flaco, en homenaje adulatorio, fundó Norba Caesarina, cuya importancia, tanto
militar como administrativa absorbió los dos poblados que quedaron adscritos a
ella como Vicus tributarios*
*Y fue que durante mucho siglo se
habia aceptado por los más ilustres geógrafos de cada época, de que los Vicus
tributarios de Norba Caesarina, fueron, Castra Caecilia y Castra Julia, siendo
de extrañar que redujeran a Trujillo, como dependiente o arrabal o poblado
inmediato a la colonia, aunque distaba de estas ocho leguas, más el Dr. Hübner,
consultando el original de Plinio, se encontró que donde los antiguos
historiógrafos habían leído, Castra Julia, en realidad era Castra Servilia*
Andando en el tiempo y la historia
Castra Servilia desapareció y seria Castra Caecilia que se expandiera, más
ningún monumento notorio dejaron en los Castros sus fundadores, y seria Norba
Caesarina la que prosperara y de tal manera, que después sería una de las cinco
colonias, en las que se centralizo el gobierno de la Lusitania que compartió
con la Emérita Augusta, Metellinum, Pax Julia y Escalabis*
*Cáceres, Mérida, Medellín, Santarém
(Portugal)*
Y tuvo curia, dunviros, ediles,
cuestores y flamines y augures y Victimarios*.
*Senado, magistrado, ediles,
sacerdotes y Sacerdote Adivino, adivino a través de las entrañas de animales. *
Y a la vez foro, templos, estatuas,
acueductos, baños, inscripciones votivas y sepulcrales, y en fin todo lo que se
podía encontrar en las grandes poblaciones, junto con las murallas coronadas por al menos treinta impresionantes
torres defensivas, y que cuyos cimientos, a pesar de las muchas modificaciones
por la diferente reparación por los diversos pueblos que conquistaron la Norba
Caesarina, aun revelan las construcciones tan peculiares de los romanos de la
época.
De estas torres, quedan constancia de
la Desmochada, la de los Pozos o del Gitano, la del Aire*, la de Roco*, la de
Coria*, la Coraja*, la Buraca*, la de Bujaco, la del Horno, la de la Yerba, la
del Postigo, la de A-Ver, y alguna más de cuyo nombre no queda memoria, de
algunas se pueden ver aun los cimientos incrustados en la muralla, unas seis u
ocho, y otras diez cuando menos que no quedan ni los vestigios.
*Estas ya desaparecidas*
Muchas de estas murallas eran de las
llamadas albarranas, , es decir que avanzada de la muralla hacia afuera,
defendido las puertas de la villa, siendo estas puertas hasta un total de
cuatro, la de Mérida, esta llego a contar hasta con tres torres defensivas, la
del Socorro o de Coria, la del Rio o de la Fuente o del Cristo, y la llamada
del Postigo, las huestes cristianas tras conquistar la villa a los sarraceno,
puso cada puerta a la protección de una divinidad.
La de Mérida a Jesus de Nazareno, la
del Socorro a la virgen del mismo nombre, la del Rio o de la Fuente, al Cristo
Crucificado, y la del Postigo bajo la protección de Santa Ana.
Tras de la reconquista por el
cristiano, se abrió otra puerta, seria en el siglo XV y se la denomino Puerta
Nueva, y donde el don Bernardino de Carvajal y Moctezuma, Marques de la
Enjarada, propietario del Solar de los Toledo-Moctezuma, y para facilitar el
tránsito desde la puerta a su casa, la reconstruyó en el año de 1726, en forma
de arco en esviaje, trabajo encargado a don Manuel de Churriguera, en la que se
colocó una imagen de la Virgen de la Estrella, tallada en Salamanca, Virgen
esta que dio nombre al arco y que resultó un monumento de mucho mérito n esta
entrada a la ciudad murada.
Subió al trono de Roma, Marco Salvio
Otón, este habia sido legado en Lusitania de los Emperadores Nerón y Galba
durante los años 58 al 68 después de Cristo, y agradecido de las muchas
intenciones que recibiera por estas tierras, tratar de enaltecer las principales
poblaciones del país, enviando ramas de las principales familias patricias
romanas, y por las que las inscripciones votivas atestiguan la presencia en
Norba Caesarina, de Cornelios, Norbano, Nigelios, Celsos, Atilios, Rufos,
Quíntanos y otras familias más de
alcurnia, y de parentelas consulares y senatoriales de la ciudad del rio Tíber.
Mas, el elemento romano fue el que
prepondero de siempre en la colonia de Norba Caesarina, y que desde el siglo
II, quedó convertida a la fe cristiana, y que esta fe, seria precisamente causa
de su destrucción.
Al invadir la península las hordas
salvajes del Norte, que tanto desorden y ruina trajeron a los caseríos y
pueblos de la provincia cacerense, y más habiendo surgido la enemiga entre
católicos y arrianos en tiempos del Rey Godo Leovigildo, de pronto vio cómo se
alzaba contra él su hijo primogénito Hermenegildo, que se apoyaba la ortodoxia
cristiana, cuestión que dio ligar a la guerra civil, contando Hermenegildo con
uno de sus principales bastiones en Emérita Augusta, y Norba Caesarina.
Y contra ellas centro una campaña en
el año de 582, cargo cargó contra Norba Caesarina, la cercó, la tomó por la
fuerza y le infligió un grande castigo.
Enseguida continuo su campaña contra
Emérita Augusta, que al igual que Norba le cerró sus puertas, más enseguida
comenzó las negociones con sus ciudadanos, esperando que el duro escarnio
producido sobre Norba, la haría someterse bajo un tratado de paz beneficioso,
pero estando en estos parlamentos tuvo nuevas de que los Norbenses, con refuerzos
recién llegados, habían vuelto a sublevarse en favor de Hermenegildo, al punto
volvió a la colonia Norba Caesarina, venciendo de nuevo, pasando a cuchillo a
sus habitantes y echando por tierras sus casas, quedando la villa cacerense
totalmente destruida.
Ocurrió que cuando el Rey godo Leovigildo, enterado de la rotura del
compromiso de rendición por parte de los habitantes de Norba Caesarina, volvió
de Emérita Augusta con rapidez, y dejando en ruinas la villa romana, y
exterminado su vecindario, no fue así, con el Castra Caecilia, que no sufrió
daño alguno, ya que sin fortificaciones donde defenderse, no pudo seguir el
levantamiento de los Norbenses, y una vez pasado el trance y el miedo en el
cuerpo, fueron ocupando y rehabilitando la ciudad tan desmantelada que hasta
perdió el nombre, quedándole el de Castra Caecilia o Castra Servilia.
Más, vencidas las tropas góticas en el 711, por la gente mahometana, y
adueñas estas de casi toda la península, llegó el momento del reparto del
territorio conquistado entre las diferentes tribus seguidores del Profeta, en
el 741 el Emir Ocba-Ben-Nafe, y cinco años después su sucesor Jusuf-el Fehir,
llevaron a cabo esa medida administrativa, quedando Cazires, (así es como la
llama la crónica árabe)en el clima de Albalate, que comprendía la cora o
comarca de Medellín, Alhange, Cáceres y Trujillo, y que cuya capitalidad
radicaba en el derruido pueblo de Albalat, junto al Tajo, en el término de
Romangordo, cerca del puente de Almaraz, clima que a su vez quedo incorporado a
la provincia de Mérida, tercera de las cinco provincial en las que el Emir
Jucef acabado de elegir, dividió la España Musulmana, según cuenta Al-Idrisi.
Pero es más, este territorio le cayó en el reparto a la tribu Berebere,
la tribu más inquieta, levantisca y belicosa de las expedicionarias y en la que
estaban comprendida la tribu de Nefza o Nafza, tribu esta de la más fanatizadas
a la vez que ignoradas, dispuestas siempre a la revuelta y al pillaje y la que pertenecía Tarif, el que fuera
vencedor del Rey don Rodrigo en los campos de Vejer de la Frontera, el
territorio que “administraba” esta tribu era el comprendido entre Cazires,
Tordjiella (Trujillo) Y Talvis (Talavera la Vieja), habiendo caído la primera
en poder musulmán en el año de 713, en el que Abdelazis, hijo de Muza, estuvo
guerreando y reduciendo a Lusitania al dominio de la bandera de la media luna.
Resulta que los berberiscos cacereños, bravíos y fanáticos, estaban siempre bien dispuestos a tomar las
armas, y no fue pocos los dolores de cabazas que estos paisanos morunos a los
Emires y Califas Españoles, entre los años de 760 y 780, fueron levantados a la
voz de Chakya o Xabuan, o al llamado de Aben Meruan “el gallego” en el año de
815, o a la de Mohmud en el año de 822, que peleo mucho y bien en tierras
cacerenses contra las tropas de Ablderrahmán, unas veces siguieron a
Omar-Ben-Hafs, el de Ronda, en sus renombradas aventuras y en el año 900,
siguiendo al falso Mabhi anunciado por el profeta, y de nombre Ahmeh-Ben-Moama,
un embaucador embustero que llevo a sus seguidores a la derrota de Zamora.
Ya en este tiempo Cáceres gozaba de una importancia estratégica de
excepción, el gran geógrafo árabe Abu-abdala-El Edrisi, habla de su fortaleza y
comenta que allí es donde se reúnen los árabes para devastar y saquear el país
de los cristianos, ya menciona la reconstrucción de alguna de sus torres, como
la desmochada, y la redonda, construidas estas sobre cimientos romanos, y el
aljibe de la casa de las Veletas,
Luca de Tuy en su crónica la llamó “Oppidum fortissimun barbarorum”,
(colina fortísima de barbaros).
Muchas fueron las algaradas en que la morisma cacerense tomaron parte,
destacando contra los reinos de Castilla y León, y muchas tambien fueron contra
los caballeros de la cruz las que llevaron a cabo. Corría el año d 1142, cuando
don Alfonso VII de León y Galicia, y tras haber conquistado la villa de Coria,
baja hasta la capital cacerense y según nos cuenta don Publio Hurtado, la toma
a los almorávides, a los que retorna en breve espacio de tiempos, aunque no
consta la fecha de este hecho, y si en realidad se produjo.
Más, y ya durante el otoño del año de 1170, el Rey Fernando II de León,
vuelve a tomar la plaza cacereña, y donde uno de sus próceres don Pedro
Fernández Hurtado, señor de Fuentecalada y a la sazón pariente del de León,
fundó la Orden Militar denominada congregación de los Caballeros de Cáceres, o
de los Fratres de Cáceres, y que tomaron por insignia una cruz de sangre en
forma de espada, por la que tambien fueron llamados Caballeros de la Espada,
afiliados a la orden cisterciense, estableciendo su casa convento e iglesia en
Cáceres, en el lugar que ahora ocupa la parroquia de Santiago de los
caballeros, en la que se pueden apreciar vestigios y emblemas de la Orden, que
al final concluiría en llamarse Orden de Caballería de Santiago, estamos en 29
de julio de 1170 *
*La Orden de los Fratres es considerada el origen de la Orden de
Santiago. Según las referencias que se conservan de la época, fue el rey
Fernando II de León en el año 1170 quien fundó la Orden de los Fratres,
confirmada después por bula del Papa Alejandro III cinco años después.
El Rey Fernando II de León fundó en Cáceres los Fratres, orden religiosa
y militar, tras conquistarla en 1169
El objetivo inicial de esta Orden era apoyar la Reconquista cristiana de
aquellas zonas que estaban ocupadas por los
musulmanes en la Península Ibérica y defender a los peregrinos que
realizaban el Camino de Santiago.
Doce caballeros liderados por Pedro Fernández, señor de Fuentencalada,
canónigo y militar español, al que se le considera fundador y primer maestre de
la Orden de Santiago.
Por orden del rey leonés, “los Fratres” se ocuparon de manera especial de
la defensa de la ciudad de Cáceres*.
Corría el año de 1171, cuando el Emir árabe Jussuf, salió con su ejercito
de Sevilla, haciendo una correría desastrosa por las fronteras castellanas y
leonesas, desde Toledo hasta Alcántara, saqueando y quemando pueblos y aldeas
que se encontraban a su paso por las orillas del Tajo, y llegaron a pasar muy
cerca de Cáceres, más viendo la fortaleza de esta plaza, y no siendo sus
propósitos más que el saqueo y la captura de animales y de rehenes y botín,
pasaron de largo, no sin antes talar y despojar la campiña.
Más en septiembre de 1173, rompieron paces pactadas entre Fernando II de
León y Galicia y el Emir Abu-Ya’Qub, al frente de aguerridas almafallas, vino a
poner sitio a la villa cacerense, que defendían los caballeros de los Fratres,
estos pidieron socorros a sus hermanos, pero no llegaban, y por la falta de
recursos humanos, tras seis meses de asedio se vieron en la necesidad de
rendirse, al compás de algunos defensores más los últimos cuarenta caballeros
de la Orden, fueron degollados por las hordas árabes, estos hechos corrieron en
el día 10 de marzo de 1174*.
*Algunos cronistas cuentan que el último bastión donde se refugiaron los
últimos defensores de la villa, fue la torre de Bujaco, mientras que otros
sostienen que fue en la torre redonda hoy incrustada en el solar de Carvajal,
como torre del homenaje.
Así mismo, bailan las fechas, don Publio Hurtado sitúa estos hechos en un
año anterior, es decir en 1173, como también esta la duda de que no fuera el
emir Abu-Ya’Qub, quien tomara la villa cacerense, si no que el que vino al
mando fue su lugarteniente Abu-Hasf-Umar.
Seria este en el que el mes de septiembre de 1173, saliera de Sevilla,
pasando por Badajoz y Mérida donde se aprovisiono de gente de guerra y
pertrechos, para en el mes de octubre, dar comienzo al asedio de Cáceres que
duraría hasta su toma en marzo del año siguiente*.
Y así, perdida la Villa, y con ella la casa matriz de la Orden de los
Fratres, el Rey de León como tutor de su sobrino Rey de Castilla, cedió al
Instituto de Caballería la villa de Uclés, en fecha de 7 de enero de 1175,
mientras volvía al poder de la cristiandad a la villa cacerense, hecho que
tardó en producirse hasta en un tiempo de diez años, y durante este tiempo las
huestes leonesas no dejaron de atacar la villa, pero infructuosamente.
*En 1184, el Rey Alfonso VIII de Castilla, atacó a la morisma en la
ciudad de Murcia, y el Emir árabe para defenderla sacó gente de las plazas
extremeñas, y sucedió que el Maestre don Pedro Fernández, estimo propicia la
ocasión, incrementó el celo de monarca leones, y reuniendo tropas acometió la
empresa de conquista, tomando Cáceres al moro en el mes de enero de 1184, restituyéndola
al Maestre don Pedro Fernández por consejo y con la intervención de los
magnates de la corte leonesa*.
*lo dejaremos como hipótesis, probable, posible, pero…, esto es lo nos
cuenta don Publio, pero según otros cronistas no hay pruebas de estos sucesos
de conquista n estas fechas*.
(fuentes Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)
(fuentes Publio Hurtado-Castillos)
(fuentes Callejo Serrano-Cáceres)
Agustín Díaz Fernández
Comentarios
Publicar un comentario