BREVE HISTORIA
DE CÁCERES
XVI
Visigodos
I
Crónica
desde la calle Cuna de mi Llopis Ivorra
En el
capítulo anterior, habíamos dejado al romano terminando de construir sus
puentes sobre la calzada romana, Vía Lata (Ancha), ya establecidas las
colonias, y en pleno rendimiento la que nos ocupa la Norba Caesarina, corría el
siglo II d.c. y no soplaba el viento en buena dirección, para la villa
cacerense.
Cáceres,
desde principios del siglo III, hasta el periodo de su reconquista por las
armas cristianas, el cual empieza hacia la mitad del siglo XII,
desaparece por completo del horizonte histórico, nueve siglos, nueve, de
silencio, durante los cuales ni las crónicas , ni los monumentos, ni siquiera
los documentos , dan nombre ni datos alguno de Ciudad o población que se a
asimilable a Cáceres, cosa que también vale para su territorio, Coria, es la
única que pervive a través de las fuentes Visigodas , y de esta hacia el
Sur, no se encuentra ni un solo núcleo de habitación colectiva, ni constancia
de nombres que indiquen alguna localización, al no ser por las por las pocas
pistas arqueológicas, pocas y escasas, se puede llegar a la consecuencia de que
Cáceres desapareció como población a principios del siglo III, para resucitar
como fortaleza , con las correrías de los árabes almohades, y que el territorio
quedo casi despoblado en su totalidad, siendo tierras de tránsito y
correrías y trasiegos militares, de invasiones y de las consiguientes
luchas de los pueblos barbaros entre sí, más tardes de los musulmanes
entre sí o con los cristianos.
Un eco, casi
apagado por lo legendario , enlaza la sierra Sudeste del llamado Cerro de los
romanos , a cuatro kilómetros al sur de Cáceres, con la piadosa tradición de la
Virgen Eulalia, la mártir emeritense , allí sitúa una tradición el llamado Pago
Pontiano (que fue poblado romano) del que era vecino la granja de
Liberio, donde la santa nació, alguna crónica desde muy antiguo, hablaba de una
ermita dedicada a la santa, y en la abundancia de restos romano por los
alrededores, pero que nadie ha conseguido llegar a ninguna conclusión
satisfactoria.
Al invadir
los barbaros nuestra península, , Cáceres y su territorio no quedaron
incorporados al reino visigodo, hasta bien entrado el reinado de Leovigildo, en
el reparto de tierra que se hizo en el año 411, entre los pueblos invasores,
correspondieron a los Alanos las antiguas provincias romana de Lusitania y la
Cartaginesa, pero el dominio alano, duro muy poco en estas comarcas, Los
visigodos llegaron a España en el 415 a los mandos de Ataulfo, , su sucesor,
(tras el reinado relámpago de Sigerico,)Valía, concierta un pacto con el
emperador Honorio, en el caula a cambio de una considerable cantidad de
vivieres, para saciar el hambre de su ejército, el rey Godo se comprometía a
devolver a Honorio a su hermana Gala Placida, y a combatir como auxiliar,
a los alanos , Vándalos y Suevos, que habían invadido la península, Valía, en
cumplimento de los pactado, emprende en el año 416, una campaña contra los
Alanos y Vándalos Silingos de la Bética con tal fortuna, que en un muy breve
espacio de tiempo consiguió aniquilar a ambos pueblo , que desaparecen del
panorama histórico, estamos en el año 418, y por consiguiente los Alanos no
dominaron sobre el territorio cacerense nada más que un lustro, y no dejaron
tras de sí el menor rastro, pero no quedo por ello, toda Lusitania en poder del
reino Visigodo, el occidente peninsular, no obedecía a ningún dominio, y su
tierra era corrida por toda suerte de barbaros , hasta que los Vándalos pasan a
África, y los Suevos se estabilizan en el noroccidental de la península, y fijando
sus fronteras meridional en los márgenes del Tajo, desde Alconetar hasta
Lisboa.
Los Suevos no
eran, buena vecindad para los Visigodos, y al subir al trono Leovigildo, hizo
en la política unificadores uno de sus objetivos, hacia el año 572 el rey suevo
Mirón , receloso de las conquistas de Leovigildo en la Bética, emprende una
campaña contra los Arragones, estos habitaban en territorios de las
Batuecas, las Hurdes, Coria, Plasencia , más tardes contra los Rucones
que Vivian entre Jaraicejo , Trujillo, Conquista y Logrosan, Esto fue
interpretado por el monarca Toledano como provocación y atacó a los Suevos,
deshaciéndolos de una manera completa, estamos en el año 584 y el estado Suevo
desapareció, todo su dominio quedo incorporado como provincia al reino
Visigodo, y la unificación de la península quedo de este modo conseguida,
Cáceres, quedo incorporada al imperio de los nuevos dominadores.
Las demás
noticias que se tienen del reinado de Leovigildo y su relación con Cáceres, es
referente a la rebelión religiosa de su hijo Hermenegildo, Mérida y Cáceres
habrían abrazado el partido católico, alzándose en favor del príncipe,
Leovigildo ante esto reunió un potente ejército y marcho sobre la Lusitania,
atacando Mérida y Cáceres, por dos veces, consiguiendo apoderarse de ambas
poblaciones.
Fernández
Guerra, relata estos sucesos:
Leovigildo,
se propuso antes, tomar y castigar en la misma provincia a Cesárea (Cáceres)
colonia romana también, y ciudad tripartita, compuesta de la muy antigua y muy
fuerte población de la colonia Norbense que se apellidó Caesarina y estuvo
sobre la finita sierra y de los campamentos romanos de Castra Servilia y Castra
Caecilia muy cerca de su píe, y establecidos por Metello cuando la guerra
contra Sertorio.
Denodadamente
combatió el anciano monarca a la ciudad, la entró por fuerzas de armas y fue
duro en el castigo, sin detenerse, y a fin de que esto sirviere como
escarmiento a los de Mérida, puso a cerco a la población entablo negociaciones
con los ciudadanos, más conspicuos e influyentes deseoso de otorgarles una
paz honrosa, muchos se opusieron y pelearon con bizarría, pero del Rey fue la
victoria.
Cuando de
ella se consideraba muy pagado, supo haberse rehecho los de Cesarea con grandes
refuerzos y vuelto a tomar la voz de Hermenegildo, , aseguro bien la
interesantísima conquista de Mérida y volviendo atrás en una guerra sin
cuartel, cesárea sucumbió, fueron pasados a filo de espadas sus moradores
y el vencedor descansó en Mérida por breves días.
Cuidó de
perpetuar estos sucesos en monedas de oro, la triste suerte de Cesarea, por
ambos lados se ve en ella de frente el busto del rey afeitada la barba muy
rizado caballera, iste paludamento y en una parte dice la inscripción
BI
CAESAREA IV
Y en la otra
+TO
LEOBELDUS
Dos Veces
Cesarea es justo Leobeldus.
No hay más crónicas de Norba Caesarina ni de Cáceres tampoco, solo el apunte del paso de Leovigildo y la destrucción de la ciudad por dos veces, pero esto también es hipótesis, conclusiones sacadas del hallazgo de una moneda, tendremos que esperar hasta mediado el siglo XII que nos invadan la sexta Almohade para volver a ver la luz de la antigua colonia romana.
( fuentes Antonio Floriano-Historia)
(fuentes Orti Belmonte-Conquistas)
Agustín Diaz
Fernández
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