BREVE HISTORIA
DE CÁCERES
CVIII
Las Conquistas VIII
Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
Y parece que, con la entrada del año de 1218, se
reinician las intenciones de conquista de la villa cacerense por parte del
monarca de León y Galicia Alfonso IX, ya emitida la bula papal, a partir de la
fecha indicada dan comienzo nuevos asedios y tentativas de expulsar al moro de
Hins Qazris, algunas de estas tentativas de conquista venia bajo el sello de
cruzada, Guerra Santa contra el infiel.
Más fueron once año de intentonas fallidas, lo que
indican el grado extraordinario de dificultad que implicaba la rendición o toma
de esta plaza fuerte, muy fortificada y muy bien defendida, con su reciento
murado y sus más de 24 torres defensivas que hacía de Cáceres una fortaleza
inexpugnable, a pesar de contar con el apoyo incondicional del Papa y de la
participación de las todo poderosas ordenes religioso-militares, así como de
milicias concejiles y caballeros foráneos en las empresas de conquistas, de expoliación
y destrucción de cada campaña y devastación de los recursos materiales del
punto atacado, y de las contribuciones financieras y organizativas del obispo
de Astorga, unas veces por la crudeza del invierno y las fuertes lluvias, otras
por recibir el rey leones el pago de tributos de los musulmanes para levantar
el cerco, distintas expediciones militares de conquista contra Cáceres
terminaron en tremendos fracasos:
Nueva Intentona
En el año de 1222, de nuevo intenta Alfonso IX, la
conquista de Cáceres, durante el invierno había terminado los preparativos de
campaña, y al comenzar junio el ejército leones, en el que entre sus filas
figuraban, como era habitual, todos los caballeros de las Ordenes Militares,
bajaron a sitiar la villa cacerense, ese ataque seria uno con que más ahínco y
fuerza se efectuara en todos los intentos de conquista, la plaza fue batida por
todos lados, utilizando grandes maquinas e ingenios de guerra, almajaneques o
arietes, especie de vigas oscilante reforzadas con hierro, con las que
golpeaban los muros, hasta abrir en ellos grandes brechas, los moros se
defendían bien, con valor, y haciendo frecuentes y rápidas salidas, con las que
hacían gran número de bajas entre el ejército cristiano, más, insistiendo los
sitiadores en sus ataques, consiguieron derribar torres y acitaras (Antemuro o
muralla baja) y hasta llegando a ganar varios tramos del adarve, todo
presagiaba una inmediata caída de la plaza, cuando se presentaron en el
campamento cristiano emisarios del Rey de Marruecos*, ofreciendo a Alfonso IX,
una gran suma de dineros si accedía a levantar el sitio y renunciar a entrar en
tierras de moros, el Rey leones, quizás por no contar con fuerzas suficientes para
realizar el ataque definitivo, quizás por la promesa de dinero, el caso es que
consintió en la retirada, más pronto que tarde hubo de lamentarlo, los moros no
solo no le pagaron lo convenido, si no que les persiguieron en la retirada,
matándole muchos cristianos y haciéndole gran cantidad de prisioneros.
*Más en aquella ocasión, llegó al campamento cristiano el
embajador del Miramamolín, y en nombre de su amo le ofrece una suma gruesa de
dineros, depositando en el suelo de la tienda del Rey parte de la cantidad
ofrecida para que desistiera de apoderarse de la plaza, advirtió don Alfonso,
que allí no debía haber la cantidad ofrecida, el moro le replico que el resto
se le entregaría en plazos, acepto el monarca, alzó el cerco y se retiró, más
la totalidad de maravedís ofrecida por el moro por el precio de la retirada,
jamás fue satisfecha.
La soldadesca murmuró del proceder de su real caudillo al
recibir la orden de retirada, repitiéndole el adjetivo de Jocó con que los
árabes lo designaban*
Y se tuvieron que juntar varios factores para que Alfonso
IX, consiguiera su sueño de conquista, empresa esta de larga duración que ya
había sido cometida por su padre también si éxito, o éxito efímero, recordemos
que Fernando II de León, su padre, tomó la villa cacerense en el periodo
1170-1174, y no sería hasta el día 23 del mes de abril del año de 1229, cuando
Alfonso IX logro penetrar dentro de los muros de Hins Qazrix, para añadirla al
reino de León, a partir de la toma de Cáceres, la empresa de expansión del
reino de León por la Extremadura, ya se presenta como una empresa rápida
y sencilla.
“Estamos ya en 1230, y Alfonso IX de León y Galicia
dirige su ultima campaña contra los musulmanes por tierras de la Extremadura,
con un ejército compuesto por caballeros leoneses, milicias concejiles y los
contingentes de las ordenes militares, en especial la de Alcántara, se dirige
hacia el Sur, siendo la primera fortaleza que conquista la de Montánchez,
siguiendo avanzando hacia Mérida que a punto monta el cerco, y en el socorro de
Mérida acude Mohammed Ib-Hud con sus tropas, estos se enfrentan a los huestes
de don Alfonso cerca de Alange, en una batalla campal, en la que las huestes
cristianas se alza con la victoria, y donde Ib-Hud abandona el campo de batalla
derrotado y herido, contemplado como sus tropas eran masacradas, derrotados, y
en huida desordenada, lo que contribuye aun más a la matanza, las consecuencias
de la batalla de Alange, fueron enormes, allanado esta victoria el camino a
Alfonso IX para la conquista de Mérida y Badajoz, estas ciudades cayeron en
poder cristiano con apenas inversión de tiempos y recursos, al contrario de la
fortaleza de Cáceres”.
(David Porrinas)
En el Museo de las Veletas, que ocupa en lugar que otrora
fuera lugar de la Alcazaba Árabe, y existiendo datos como existe de una
galería que habia quedado al descubierto por motivos de hundimientos de un muro
en la parte que mira hacia el Sur, y una vez hechas las excavaciones se
descubrió la entrada de una galería, esto sucedió en marzo de 1942,
excavaciones realizados por Don Miguel Orti Belmonte, el que nos cuenta que,
consiste en una escaleras de caracol, de bajada, y después una rampa muy pronunciada
que llega hasta la calle, con salida a la calle de Pereros, aunque esta calle
ha cambiado mucho de su nivel primitivo, y aunque la galería existe, al
construir el convento de las Trinitarias quedó al descubierto y continua la
galería hasta la Torre del Gitano en el Baluarte de los pozos, y en uno de sus
tramos se utilizó como pozo, recogiendo el agua de lluvia, esta torre la
llamada del Gitano, de forma cuadrada, tenia en su historia esgrafiados árabes
poligonales, la entrada de la galería está en un lienzo de la muralla, al pie
de la torre formada por un arco de medio punto que conserva una dovela romana
de piedra, que el pueblo la llama la cueva de la Mora, y que en 1942, estaba
convertida en cuadra y envuelta en una vivienda particular.
El resultado de esta galería debía de ser muy grande, en
el aspecto militar, la villa construida por los romanos, Cayo Norbano Flaco en
el 34 a.c., tuvo en su origen cuatro puertas, de las que solo se pude ver una,
la de la Puerta del Rio, aunque muy remodelada de como fue su original, tras la
conquista y ya en el siglo XV se abrió otra puerta nueva, sobre la que en el
siglo XVIII se elevaría la que hoy se conoce como Arco de la Estrella.
El Alcázar, ubicado en el punto más alto de la ciudad
murada, la dominaba por completo, y le buscaron una puerta independiente de la
ciudad, aprovechando una poterna que quizás fuese romana, o tal visigoda, donde
le construyeron galería con el motivo de poder acceder al Alcázar, sin tener
que penetrar en la ciudad por algunas de sus puertas. De tal manera que se
podía entrar en la ciudad el contingente de tropa sin ser vistas. Con esta
galería se puede y de hecho así lo hicieron el unir la conquista de Cáceres con
la leyenda de la morita enamorada.
Las huestes de Alfonso IX de León y Galicia, penetraron
por ella, y una vez conquistado el Alcázar empezaron a dominar el resto de la
villa, mientras el contingente mayor de la tropa, lo hacía por la puerta que la
tradición la denomina como la del Socorro.
Lo descubierto en 1942, es un trayecto de ocho metros con
bóveda de ladrillos de medio cañón, lo que comprendía el solar donde se
cobijaba el alcázar, es de difícil precisión, digamos que el solar de Diego de
Cáceres de Ovando, Casa de las Cigüeñas, formaba parte de él, nos cuenta el
cronista que, existen documentos en el Historial de Ulloa que dicen que el
Capitán Diego de C áceres y Ovando, obtuvo en privilegio del monarca
Enrique IV, y confirmado más tarde por los Reyes Catolicos, para la construcción
de suj casa con las piedras de las ruinas del Alcázar, al igual que el convento
de San Pablo. La Torre del Gitano y el Baluarte de los Pozos, tambien formaban
parte del Alcázar, y eran sus defensas naturales, por el lado Norte es de más
difícil precisar hasta donde llegaba, toda vez que se construyeron casas de
habitación durante los siglos XVI y XVII, al levantar el convento de los
Jesuitas quedando tan solo un lienzo de muro de mucha anchura entre dos casas
viejas que se apoyaban en él.
Pudo tener el Alcázar, como por otra parte era regla
general, varios jardines y cabe la posibilidad que, en la actual Huerta del
Conde, lugar donde apareció otra entrada de galería, de enormes dimensiones con
bóvedas y una pila en el centro llena de agua. La tradición, y solo la
tradición, la hace legar hasta el actual palacio de las Veletas, y se recobra
en un solo trayecto en las que fueran carboneras del Convento de San Francisco
el Real, el Catedrático Orti Belmonte, cree que no fue todo galería, y que se
alternaria con trayectos al aire libre.
(Orti Belmonte-Las conquistas)
(Floriano Cumbreño-Historia)
(Simón Boxoyo-Noticias)
Agustin Díaz Fernández
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