BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                                                   LXVI

Caballeros de la Villa (IV)

Los Blazquez de Cáceres

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra

La procedencia de los Blázquez, es Asturiana, del territorio de Salas, donde hacia 1020 vivía un tal Blasco Ximeno que, posteriormente, en el reinado de Fernando I, fue persona destacada en la corte de este monarca y adalid de sus huestes, tuvo cuatro hijos Fernán, Fortún, Ximena y Xemén Blázquez, este casado con Menga Muñoz, contribuyo a la conquista de Ávila y recibió  el encargo de Alfonso VI de su repoblación en 1093, más tarde por el conde don Ramón, del gobierno de la Ciudad, los demás hermanos también su instalaron en Ávila junto con el poblador, Fernán, el mayor de los hermanos, fue paladín muy esforzado en las campañas de guerra contra el moro, Fortún contribuyo a la conquista de Ocaña quedando como Alcaide de su castillo en 1106, hasta la entrega de este a la orden de Calatrava, Ximena, consiguió ahuyentar al moro, que en ausencia de los caballeros , habían pesto cerco a la ciudad de Ávila, disfrazando a las mujeres de hombres, ocupando las almenas en posición de defensa, el moro al creer bien defendida la ciudad no se atrevió a atacar (novelesco, quizás, este hecho se repite en varias plazas más, lo que es probable es que Ximena dirigió la defensa de Ávila, hasta la llegada de los caballeros en 1110).

Los hijos de Xemén Blázquez y Menga Muñoz, fueron Novillos Blázquez, Blasco Ximeno II, Sancho Ximénez y Gómez Ximénez, Novillos Blázquez, fue héroe de romance, sucedió a su padre en el gobierno de la ciudad, se habia educado en la corte donde era muy celebrada su gallardía, gracia y donaire, se formo en su entorno una leyenda que pudiera tener un mucho de historia. Cuenta Floriano Cumbreño, que: El Rey Al-Má’mún, de Toledo tenía una sobrina, de deslumbrante belleza, de nombre Aixa Galiana, prometida en matrimonio a Iezmin Haya, moro  persona muy principal de Talavera, Al-Má’mamún envió a su sobrina Aixa, a la corte de Alfonso Vi, para que se educara juntamente con la infanta doña Urraca, allí Novillos Blázquez se enamora de la chica, fue bautizada con el nombre de Urraca, y ambos jóvenes se casa, cosa que molesto y mucho al señor de Talavera, jurando tomar venganza, y fue que, aprovechando una ocasión en que los caballeros de Ávila, entre ellos Novillos, andaban de romería, penetra con gran partida de moros en tierras Abulenses, entra en la ciudad, tras saquear e incendiar y robar todo lo que pudo, rapta a Aixa, quizás de buen grado por parte de la moza, con la que casó nada más regresar a Talavera, Novillos al regreso a la ciudad, y saber de la hazaña del moro, organizó una cabalgada de represalia, llegando a reunir cincuenta caballeros de los más esforzados, y partió al encuentro de su enemigo, era, cuenta la crónica, Novillo Blazquez, muy buen agorero, agüero o adivinador de la buena o mala fortuna por el vuelo de las aves, y con los mejores pronósticos fueron acercándose a las atalayas de Talavera, cerca de ,los muros de la ciudad, hizo detenerse a su gente, escondiéndola en una hondonada, encomendarles no salir hasta el escuchar la llamada  de su cuerno de guerra, entonces deberían acudir con prisas al lugar donde esta sonase, se despojó de sus armas, rompiendo sus vestidos, y segó un buen haz de hierba y con él a las espaldas entro en la ciudad pregonando su mercancía, pedía  precio muy elevado por las yerba y nadie  se la compró, así poco a poco se fue acercando al alcázar, donde Aixa Galiana, al reconocer la voz de Novillos, se asomó a la ventana y envió a una criada a que lo condujera hasta sus aposentos < Como has venido hasta aquí, pregunto la mora, no ves que si el señor de Talavera te sorprende no escaparas convida,> < señora, respondió el adalid, se bien que es cierto cuanto decís, pero es tan grande el amor que por ti siento, que, es tan grande el amor que por ti siento, que si no pudo tenerte junto a mí, mejor quisiera estar muerto> En estas andaban, cuando sintieron que el moro entraba en el alcázar, Aixa hizo Novillo esconderse en un rincón de la estancia, recibiendo al moro con extremadas caricias, < ¿Que me darías señor, si yo te entregara a Novillo ¿ el moro se sobresaltó al escuchar aquella pregunta, sabía que el cristiano era buen agorador, y que podría correrle toda la tierra, no creyendo que hubiese nadie en el mundo que se le pudiese entregar, pero ella insistió < si algo me dieres, yo te lo entregare > El moro quizás picado, le dijo que la daría las mitad de sus señoríos, si ponía en sus manos al cristiano, Aixa Galiana, yendo hacia el rincón donde Novillo se ocultaba, los descubrió y le prendieron < no te valieron los pájaros de agorero, le dijo el moro con sorna, y vas a morir, pero antes te conjuro a que me digas, la muerte que me darías a mi si me tuvieras en tu poder,> <  Puesto que voy a morir, contesto Novillo, no te negare que la verdad, tan grande es la deshonra que me has hecho, que si yo te tuviese en Ávila, como tú me tienes en Talavera, mandaría sacarte fuera y  en el lugar más alto que hubiere, mandaría juntase todos los hombres y mujeres para que viesen como te quemaba vivo, < pues a si vas a morir tú, prometió el moro > mandó llevar mucha leña a un alto, cercano a las atalayas, ordenando se congregasen todos los vecinos de Talavera en aquel lugar, para presenciar su venganza acudiendo él también con Aixa su mujer. Colocaron a Novillo encima de la pira, y cuando el moro se disponía a prenderla, pidió le pusieran la bocina en la boca, para tocarla por última vez, dijo, consistió el moro, y comenzó a tocar su cuerno de guerra, por última vez antes de morir, y los Caballeros emboscados escucharon la señal, se precipitaron a galope cargando contra la multitud, que desarmados no se pudieron defender, matando el cristiano a gran cantidad de moros. En la pira quemaron al moro y entre los cautivos se llevaron a Aixa Galiana, a la que quemaron también ya viendo las murallas de Ávila, en el lugar que llaman Albacova.

Es este un relato novelesco, que tal vez, encierre algo de verdad, pero como principal interés es el unir el nombre de un linaje ilustre al de Cáceres, al arranque de las gestas fronterizas, que en los dos siglos siguientes habrían de materializar en nuestro grandioso romancero.

Durante la memoria de edad de Alfonso VII, su padrastro el Rey de Aragón Alfonso el batallador, se acercó a Ávila pretendiendo le reconociesen por señor, los abulenses negaron tal, esgrimiendo que ya tenían reconocido el señorío del niño don Alfonso, el que andando la historia seria denominado como Emperador, que se encontraba en Traba (la Coruña) en custodia del Conde don Pedro y su mujer doña Gontrodo Rodríguez, don Alfonso afirmó que el niño habia muerto, los abulenses negaron y prometieron presentarlo en el plazo de dos meses y vivo, en caso de que no se cumpliera los plazos lo reconocerían a él como señor, pidió el Rey sesenta caballeros abulenses en rehenes, para asegurarse cumplieran lo pactado, al finalizar los dos meses, presentaron los de Ávila al príncipe y como se negaron a entregárselo, tomo represalia sobre los rehenes, coció a unos vivos en unas grandes calderas, a otros los acercó a las murallas de Ávila metidos en sacos, para que los defensores de la ciudad los matasen creyéndolos enemigos.

Cuando en Ávila fue conocido la bárbara represalia que practico don Alfonso, se produjo la indignación general y varios caballeros, a cuyo frente iba Blasco Ximeno II, y un sobrino suyo, salieron a buscar al Rey, para pedirle explicaciones por su felonía, lo alcanzaron en la aldea que llaman Diaciego (Ávila), Blasco Ximeno II entró en la tienda del Rey, le reprochó su deslealtad y le conminó a que señalase caballeros con los que lidiar, uno por uno, diez por diez, y hasta trescientos por trescientos, pero el Rey, ordeno a sus huestes que atacasen a los retadores, que andaban al descuido apeados de sus monturas, matando entre otros al sobrino de Blasco Ximeno II, este saltando a caballo se puso en fuga perseguidos por los caballeros del Rey Aragón, al que alcanzaron en el lugar llamado aldea de Cantiveros, donde al verse acorralado, les hizo frente, lechando bravamente dio muerte a un hermano del Rey, cayendo el también en el combate.

Sancho Ximénez y Gómez Ximénez, fueron brava gente que como adalides lucieron proezas en las campañas de Andalucía contra el moro Abu-Ya’Qub. Hijo de Blasco Ximeno II, fue Sancho Blazquez, padre del tercer Blasco Ximeno, que fue padre del primer Blasco Muñoz “El Soberbioso” que en las luchas de Castilla y León en tiempos de Alfonso VIII en el 1212 se apodero de la fortaleza leonesa de el Carpio, de este nació Juan Blazquez.

Este Juan Blazquez, es persona histórica para la villa cacerense, viene a la conquista y como noble castellano, seguramente, en los contingentes leones para ayudar en la campaña a Fernando III y debió de distinguirse en la toma de la villa, pues incluyo en sus apellidos el de Cáceres, que se convertiría después en el cognombre distintivo de toda la rama Blazquez, que se asentó en la Villa cacerense. Linaje histórico, con trazas novelescas, así Juan Blazquez es considerado como tronco de una ilustre descendencia que no se podía falseare al existir testimonios de ella, aunque gloriosa se trató de ilustrarla más por la rama femenina, al querer hacerle correr por las venas de los Blazquez de Cáceres sangre de la casa Real de León.

Juan Blázquez, casó con Teresa Alfón, biznieta de Alfonso IX de León, como hija de Gil Alfón, que lo fue de Martin Alfón y de su segunda esposa María González Girón, Infante bastardo nacido de los amores de Alfonso IX y doña María teresa Gil de Soberoso, dama gallega que apenas salida de la adolescencia cayo en las redes del promiscuo monarca Alfonso IX, fue doña Teresa Gil de Soberoso, el ultimo amor extramatrimonial del Rey, y debió de nacer ya bien entrados en el siglo XIII, pues la madre de doña Teresa, llamada doña María Arias de Fórmelos, antes de casarse con Gil Vázquez fue amante del Rey Sancho I de Portugal, más tarde 1198, con el que tuvo dos hijos, Martin Sánchez y Teresa Sánchez, Teresa Gil, nacida del matrimonio con Gil Vázquez con María Arias de Fórmelos, tuvo doña Teresa con Alfonso IX, cuatro hijos, don Martin el abuelo de Juan Blázquez, doña Sancha, doña María y doña Urraca, que no pudieron nacer antes de 1220, las cuentas no dan para que Juan Blázquez estuviese casado con una nieta de don Martin , en aquellas fechas este no tendría si no diez años.

Juan Blázquez, no se establece en la Villa cacerense, sigue al igual que los otros el avance de las huestes conquistadoras, regresa a Ávila, donde con su esposa, Teresa Alfón, “no tiene por qué ser esta forzosamente la bisnieta de Alfonso IX”, tenía varios hijos, entre los cuales un Blasco Monio, segundo de la estirpe con este nombre, es este el que corriendo el año de 1270 se presenta en la villa cacerense, asentado ya aquí, casa con doña Pascuala, hija mayor de Pascual Pérez y de Menga Marín, ricos estos particioneros de las dehesas del Alpoltreque, el nuevo matrimonio se establece en la villa de Cáceres, y convierten la antigua casa labradora en la casa solar de la estirpe de los Blázquez de Cáceres , y como escudo, media águila y medio castillo acodados en el paltimbra la portalada del palacio, conocido hoy como el de Mayoralgo, viene a vivir a la villa cacerense también sus otros dos hermanos, Digo Blazquez, que casó con Inés Ruiz de Saavedra, estos tuvieron una ilustre descendencia y Teresa Blazquez que casa con Gómez Fernández de Solís.

Blasco Monio, ya como Blasco Muñoz, se convierte en el personaje más influyente de la familia cacerense, la nobleza de su estirpe, el recuerdo heroico de sus antepasados abulenses, a lo que también contribuyó y no poco, los cuantiosos caudales de su esposa, forman base de un prestigioso poderío al borde de la sierra de San Pedro y junto a los ríos Ayuela y Salor, junto a la calzada que empezaba a convertirse en cañada, y a la vista de Alcuescar y Montánchez, aprovechando ,os basamentos de lo que fuera atalaya en tiempos de moros, eleva una torre para defensa de sus propiedades, siendo la primera  fortaleza que se construye dentro del término cacerense, después de la conquista, siendo también el primer signo señorial, que se construye prescindiendo del Fuero.

Las criazones y solariegos de los Blázquez descuajan las lomas, llanuras y valles que se extienden por las Sierra hasta el rio Salor, limpian los encinares y una buena extensión de tierras se roturan y ganados de todas las clases, merinas principalmente, pastorean en las faldas de las tierras y así se va constituyendo riquezas, que en un futuro próximo habría de integrar el Mayorazgo de la casa. Blasco Muñoz, no limita sus actividades a la Villa d Cáceres, reanuda los contactos con la corte, interviniendo en las contingencias políticas de su tiempo y al producirse la escisión entre Alfonso X y su hijo don sancho, se declara a favor del infante, inclinando también al concejo cacerense para que tome partido por este, que, en 1287, siendo ya rey viene a Cáceres para agradecerle su agradecimiento.

Al final del siglo XIII, el linaje con los nacimientos de varios miembros del matrimonio de Blasco y Pascuala, esta sólidamente establecido en la Villa de  Cáceres y unidos con otras familias con valiosos enlaces, en los comienzos del siglo XIV, Blasco Muñoz, funda el primer Mayorazgo cacerense, que lo fue por excelencia, que los Blázquez de Cáceres, comenzaron a ser conocidos como los señores del Mayorazgo, se convertiría por aquello de la corrupción el lenguaje en Mayoralgo, que vino a sustituir al apellido Blázquez, conociéndose en el futuro  como Mayoralgo, toda la descendencia. 

(fuente Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)

(Fuente Publio Hurtado-Ayuntamiento)

(Fuente Simón Benito Boxoyo-Noticias)

(Fuente Orti Belmonte-Conquistas)



Agustín Díaz Fernández 

                                 

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