BREVE HISTORIA DE CÁCERES
LXXXIX
Un paseo
por la Villa Cacerense IX
Crónica
desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
Casa y
Torre de la Cigüeña
Al salir
del Aljibe, subiendo por la estrecha y empinada Callejuela, se llega a la
plazuela de las Veletas, de ella se pasa a la plazuela de San Mateo, y aparece
ante nosotros la Casa y Torre de la Cigüeña mansión histórica de
los Cáceres-Ovando, impresionante casona con su altísima torre del homenaje del
siglo XV, la que como merced de los Reyes Catolicos, hacia su capitán Diego de
Cáceres Ovando, le permitió conservar el almenaje completo.
Para ver
el Aljibe se penetra por una escalerilla que está en la rinconada que hace la
pared del jardín con el cuerpo de la edificación. La llave la guardan en mismo
palacio, y amablemente la facilitan al turista.
*Nos
cuenta don Antonio Floriano Cumbreño, en su libro Guía de Cáceres, en la época
que tenía acceso el aljibe del Palacio de las Veletas por la Calle Portería,
hoy Callejón del Gallo*
La
Alcazaba Árabe
No vamos
a hablar de un monumento existente, sino a tratar de solucionar, o encauzar al
menos, una cuestión critica de importancia que ha traído desorientados a
algunos tratadistas y que, merced a investigaciones recientes, puede ser
plantada dentro de sus verdaderos términos.
Tal es la
cuestión del emplazamiento del Antiguo Alcázar árabe, relacionada, y se plantea,
con los dos
edificios
reseñados: La casa de las Veletas y la de la Cigüeña, muchos historiadores,
Vicente Barrantes, Antonio Sanguino, Maestre, Diaz Pérez, Publio Hurtado, José
Ramon Mélida, sitúan el emplazamiento del viejo Alcázar en el lugar ocupado por
la casa de las Veletas, seducidos por la lápida colocada en el patio por el
reconstructor Lorenzo de Ulloa y más fundamentalmente por el dato del Aljibe.
Más solamente
Hurtado adivina que debía extenderse por la plaza de las Veletas.
Algunos
historiadores van más allá, y es que el antiguo Alcázar, ocupó desde San Mateo,
a la casa de las Veletas, comunicándose incluso por pasadizos y reductos hasta
el lienzo de muralla y torre (la llamada de los Pozos) que adarva la ribera
frente a la Fuente del Concejo. En la parte histórica comentaron tambien que,
durante las luchas entre el Maestre y el Clavero, aquel, D. Gome de Solís,
siguiendo el partido del infante D. Alfonso, proclamado rey, vino a Cáceres
venció a los partidarios de D. Enrique IV (El Impotente) que acaudillaban las
gentes del Clavero don Alonso de Monroy, y destruyo el Alcázar.
Premio de
esta hazaña fue el que el joven presunto rey le concediera el palacio llamado de
los reyes que a por linderos, dicen los documentos,
“de la
vna parte el cimenterio de la iglesia de Sant Mateos, e de la otra parte
la iglesia de la Madalena, e de las otras partes los
dichos solares del Alcázar.
La
iglesia de la Magdalena estaba según autorizadas opiniones de varios
historiadores, hacia la parte suroeste
de la actual casa de las Veletas y fue un pequeño templo construido en el siglo
XIII y que en el XV desapareció, y si tenemos en cuenta que el deslinde que
acabamos de transcribir se escribía en el año 1466, fecha en que San Mateo no existía
tal cual hoy es, y su cementerio ocupaba todo el ábside de la iglesia actual,
comprenderemos que el Alcázar debio ocupar desde este punto hasta la parte suroeste,
de la actual casa de las Veletas, encerrando dentro de si ambas plazuelas y los
edificios de la Torre de la Cigüeña, iglesia de San Pablo y Casa de las
Veletas. Más: en una carta de D. Alfonso, el infante presunto rey, y con el título
de tal, dada sin lugar ni día, en el mes de marzo de 1466 leemos que:
D. Gome de Solis hizo gracia e
donacion pura e perfecta e non revocable a... Diego de Cáceres, del
palacio (debían ser sus ruinas) que se dice de los Reyes,
Y que está situado en los solares del alcázar
viejo, nos
dice el cronista que el palacio de los reyes, fue una parte del antiguo Alcázar,
y que estuvo situado en el lugar que actualmente ocupa la Torre de la Cigüeña, que
fue la casa construida sobre dicho palacio por el capitán Diego de Cáceres.
Este
documento por si solo bastaría para demostrar la sospecha respecto a la extensión
que tuvo el alcázar moro. Diego de Cáceres, al adquirir el palacio llamado de
los Reyes, lo hizo, edificar con la idea de construir su casa y quizá con ello
no obedeciese a iniciativa propia, sino a más elevadas sugestiones. Pero los
tiempos habían cambiado, muerto el infante D. Alfonso, como Isabel se negara a recibir
la corona mientras viviese su hermano Enrique IV, quedaba la cuestión dinástica
por lo menos aplazada y no habia más rey que este; y como quiera que Diego de Cáceres
y Ovando tenía el mencionado palacio merced a una violencia cometida contra la
corona, aunque él no fuese el que la cometiera, acudió al rey D. Enrique en
suplica de que diera valor legal a su posesión, máxime cuando no se habia contentado
el capitán con el palacio, sino que además habia tomado una buena parte del resto
del Alcázar, y de las ruinas de este, toda cuanta piedra necesito para la edificación
de su casa.
El rey
accede a la petición del Capitan y este
continua su obra ya sin ninguna clase de temores, Llegan los Reyes Catolicos,
se enteran de los disturbios habidos en la Villa y de como por causa de
algunas torres que están en algunas casas principales, se han fecho grandes “escandalos e
mouimientos e ruidos e feridas e muertes de ornes”, e inmediatamente
mandan en carta dada en Madrigal a 12 Mayo de 1476, que las justicias en el
plazo de 30 días, hagan derribar todas las torres, por manera que
queden y guales con las otras casas donde están hechas.
Esta
orden tan terminante tiene una excepción dentro de la misma carta y es la de la
casa del Capitan Diego de Cáceres, acerca la cual dice el documento mencionado
que le dejen y consientan labrar su casa en” la forma e manera quel
quisiere”, lo que explica que la Torre de la Cigüeña sea la única verdaderamente
medieval que se ha conservado intramuros, La mencionada excepción tenía su razón
de ser,
“No fue y
conviene que se aclare, por premiar los servicios prestados por el Capitan en
la batalla de Toro, sino para tener en respeto a los otros nobles asegurando el
poderío de un incondicionalmente adicto. Con la construcción de la Casa de las
Veletas y por lo que se refiere al emplazamiento del Alcázar, ocurrió en
principio algo parecido, a lo acaecido con la Casa de la Cigüeña. El rey D.
Enrique concedió a Diego Gómez de Torres, los solares y aljibes del Alcázar
viejo, esto es, la mitad oriental de este Alcázar cuya otra mitad era la
concedida al Capitan Diego de Cáceres y Ovando, donación
que le fue confirmada por los Reyes Catolicos, en carta dada en Tordesillas
a 30 de junio de 1476. Comenzó Diego Gómez de Torres la edificación y
Gonzalo Espadero, que se creía tambien con derecho, se ignora el porqué,
a los terrenos
del Alcázar, le pone pleito que fallan los reyes en su ejecutoria de
Sevilla, a 23 de septiembre
de 1477 a favor del primero, especificando el suelo que al de Torres pertenecía que era:
“el
ladrillado e los aljibes del dicho Alcagar fasta dar en la madalena, e
fasta casa de caruajal, e del otra cabo fasta dar en el muro”.
limite este último que induce a creer que se extendiese hasta la
muralla por su parte oriental.
Dos restricciones se ponen a la obra comenzada ya por Gómez de Torres
que son: la de que no construya en ella nada con aspecto de fortaleza, defensa
o casa fuerte, y la servidumbre
del agua de los aljibes que podrían ser utilizados por el común de los
vecinos, valiéndose de la puerta que nuevamente ha sido
practicada para dar acceso exterior al monumento
Mas adelante Juan de Saavedra el Navarro, pone tambien pleito a Diego Gómez
de Torres, que igualmente fallan los reyes a favor de este, quien termina la construcción
de su casa, la cual, en reformas y reconstrucciones posteriores ha llegado a
nuestros días en la forma en que la contemplamos
Si esto es así, nos encontramos con que, el antiguo Alcázar o
fortaleza de la Villa, probablemente una ciudadela o castillo, fue destruido no
se sabe cuándo, aunque hay quien afirma que fue cuando don Pedro I lo arranco
violentamente a los Giles,
con lo que Publio Hurtado no parece conforme.
Sobre una parte del solar o ruinas de dicho castillo, que se extendía
por toda la plazuela de San Mateo (en la parte de San Pablo) casa de la Cigüeña,
plaza y casa de las Veletas,
continuando sus reductos hasta el muro oriental, se construyó un
palacio para el alojamiento de los reyes. Este palacio fue derruido por D. Gome
de Solís y concedido por este al Capitan
Diego de Cáceres en tiempos de Enrique IV; entre dicho capitán y Diego
Gómez de Torres se reparten el solar del Alcázar viejo,
tocando a aquel la parte del palacio y a este la de los algibes quienes elevaron sobre ellas sus respectivas casas que son las de la Cigüeña y la de las Veletas.
La Iglesia de San Mateo
Es una de las cuatro parroquiales y se ignora
la fecha de su fundación, el cronista cree que
fue elevada en el lugar ocupado por la mezquita,
lo que es verosímil si se supone que fuese la mezquita del Alcázar,
pero ello no pasa de ser una hipótesis sin base sólida para más rotunda afirmación.
Sabemos que en la primera mitad del siglo XIV ya existía la iglesia,
pues la vemos citada en documentos de 1345, y que debía ser mucho más pequeña
de lo que ahora es, lo demuestran las precedentes observaciones relativas
al Alcázar. Al finalizar el siglo XV se hace un plan general
de reformas, y ya en el XVI se encarga de su realización un maestro
Ezquerra que levanta la cabecera extendiéndola por lo que era el antiguo
cementerio parroquial, y eternizadas las obras por sucesivas paralizaciones, se
llega al final del siglo sin haberse volteado las bóvedas, aunque teniendo ya
tendidos los
arcos y nervaduras. Rápidamente se. hicieron las plementerías
de ladrillo y el basamento de la torre, que no pudo ser terminada
hasta fines del siglo XVIII.
(Fuentes Antonio Floriano Cumbreño-Guia de Cáceres, Historia de
Cáceres, Cáceres y la Reina Católica)
(Fuente Publio Hurtado-Castillos)
Agustin Díaz Fernandez



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