.                       BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                                        CLXII

La Batalla del Monte de las Vigas

                                       (1465-1472)

Rotas las hostilidades, don Alonso de, tras escapar de su prisión en Alcántara, empezó a reunir gente para su guerra contra el Maestre, con ochenta de a caballo y algunos infantes, no inquietaba en demasía a don Gómez de Solís, el cual disponía de una lúcida hueste con ochocientas lanzas, don Francisco de Hinojosa, incondicional a su poderoso cuñado, era uno de sus más dedicados y valientes paladines.

En Maestre don Gómez de Solís, estaba por entonces en la cúspide del poder, que pronto principiaría su decadencia, el desplante con que en un principio le pareció la rebeldía del Clavero, fue convirtiéndose poco a poco en preocupación, don Alonso de Monroy, corría sin cesar las tierras extremeñas, causando mucho daño a su enemigo, consciente a su inferioridad numérica de sus tropas, no plantaba batalla en campo abierto, todo eran escaramuzas y golpes de mano, esa inquietante lucha del tipo guerrillero, tan eficaz en todos los tiempos.

Hubo tregua al poco de comenzar las hostilidades, y fue con motivo de la venida del Rey a Extremadura, fueron a verle el Maestre Solís y el Clavero Monroy, que llegaron a reconciliarse por orden del monarca, no mucho después, tuvieron lugar los sucesos, por los que se dejó arrastra el inconstante y desagradecido Solís, quien no puso repararos en entrar en el grupo de grandes señores descontentos, que llegaron a deponer de la dignidad real a Enrique IV, y a proclamar rey a su hermano, el Infante don Alonso, como la ocasión no podía ser más favorable al Clavero don Alonso, en el aco tomo partido a favor del Rey don Enrique IV, quien le escribió una carta desde Salamanca, en 5 de junio de 1465, encomendándole hacer guerra al Maestre don Gómez Solís.

Al Maestre, la suerte se le empezaba a volver contraria, su enemigo el Clavero, contaba ahora con el favor real, pese a la proclamación del infante don Alonso, el Rey enrique IV, aunque mermada su autoridad, seguía en el trono, en este periodo la lucha por el Maestrazgo de Alcántara, entraba en una fase dura, y en la que una mujer, la duquesa de Arévalo, vendría a sacar partido a favor de su hijo don Juan de Zúñiga.

Poco reposo tuvo don Francisco de Hinojosa desde el  mismo día de su boda, repuesto al poco de la herida que le provoco el clavero, se vino de Cáceres a Trujillo, donde su esposa doña Juana de Solís, dio a luz al hijo que ya habían concebido al casar, Álvaro de Hinojosa, como el abuelo paterno, fue el nombre elegido para el vástago, doña Juana concebido después otro hijo y una hija, el varón se llamó, como su ti Gómez de Solís, y a este recién nacido le dio el Maestre la Encomienda de Herrera, que es de gran calidad y rica, la que gozo el padre toda su vida, la hija se llamó doña Inés de Solís.

Decididamente intervino en la contienda don Francisco de Hinojosa contra el Clavero, al comenzar la lucha más decisiva sum cuñado Gómez de Solís, le envió a Alcántara cabeza del Maestrazgo, para la defensa de aquella plaza, y su castillo de posibles intentos de conquista, su esposa doña Juana, enamorada de él, no consistió en dejarlo ir solo, y marcho en su compañía. Y allí, en Alcántara, se hallaba el matrimonio cuando en 1469 se quiso arrebatar esta plaza del poder del Maestre don Gómez, ya para entonces, habían ocurrido en estas guerras numerosos episodios, y había muerto el Infante don Alonso en 1468.

En 1469, vino el Rey a Trujillo, volvió a verle don Gómez de Solís, para solicitar el perdón por su deslealtad, se le otorgó el monarca, sin duda pensando que con anterioridad le había servido bien, concediendo además el monarca mercedes a los hermanos del Maestre, como el Condado de Coria que le concedió a don Gutierre de Solís. El Rey, había venido a Trujillo, con el fin de entrega la ciudad al Conde de Plasencia, a quien se la había cedido en premio por sus servicios, pero ante la resistencia de los trujillanos, cambió la merced por la villa de Arévalo, con título de Duque.



Estando en Trujillo don Gómez de Solís, fue invitado a cenar por el Maestre de Santiago, el cual le dijo:

-En poridad creo, hermano, que dormís sin perro,

Decidme que recaudo tenéis en la villa de Alcántara

-Tengo en su guarda - dijo don Gómez – un hermano mío

Muy buen caballero.

-Pues enviadle, luego decir, - dijo el de Santiago- que mire

Bien de quien se confía, que el clavero vino a mí en secreto

Que le favoreciese y no quise, él ira ahora a la Duquesa de

Plasencia, la cual sin duda le dará favor, por ende, ved, lo

Que hoy cumple Maestre.

Gómez de Solís, dio aviso a su cuñado Hinojosa, del peligro que se avecinaba, al poco el Clavero don Alonso, estaba con su gente sobre Alcántara, dispuesto a tomarla, habia venido desde Zalamea con quinientos de a caballo y quinientos infantes, y aunque por algún trato en secreto pudo don Alonso de Monroy, ocupar una entrada  en la villa de Alcántara, la Fortaleza y el famoso puente, estaban bien defendido, siendo imposible su ocupación, decidió entonces, poner cerco, instalando su campamento en el cerro de las Vigas. 



Al recibir el aviso don Francisco de Hinojosa, de parte del Maestre don Gómez de Solís, su dedico a prevenir la defensa, lo que no evito que, un traidor, facilitase a don Alonso de Monroy, la ocupación de una puerta, propiciando su entrada en la Villa de Alcántara, un fraile de San Francisco, que enseñaba leer a los niños fue el traidor, los defensores tras brava pelea, recuperaron parte de lo perdido, y , consiguieron averiguar quién los habia traicionado, hizo morir al fraile don Francisco de Hinojosa, preceptor de sus hijos, arrojándolo al rio Tajo desde lo más alto, del monumental puente romano, andando el tiempo, la muerte del fraile, fue el hecho que más pesar produjo en la vida de Hinojosa.

El Maestre don Gómez de Solís, al recibir noticias de la empresa del Clavero, al punto reunió gente de armas, partiendo con ochocientos e a caballo y más d dos mil infantes, convencido de que Alcántara, podía resistir mucho tiempo, se dirigió primeramente a Zalamea, que estaba en poder de los Monroy, de la que por sorpresa se apoderó, el Maestre, nombró alcaide de esta plaza a Francisco de Hinojosa, este ausenté entonces, no fue a ella hasta mucho después.

Mientras el Maestre don Gómez de Solís, se dirigía hacia Alcántara, Hernando de Monroy, el llamado “Bezudo” primo del Clavero don Alonso de Monroy, juntaba gente de armas, para ir en socorro de su pariente, tal noticia, retuvo al Maestre, quien se dedicó a reclutar más gente para aumentar el número de su tropa, esta dilación, permitió que el Clavero tambien se reforzara con doscientas lanzas, que le envió el Conde de Plasencia y con la llegada de la gente de su hermano don Hernando de Monroy, señor de Belvis.

Ordenó marchar hacia Alcántara por fin el Maestre, con lucidas tropa a sus órdenes, un ejército compuesto de mil quinientos caballos ligeros, seiscientos hombres de armas y más de mil quinientos peones, el Clavero don Alonso de Monroy, aun después de completar su gente con los refuerzos, solo disponía de quinientas lanzas y cuatrocientos peones, sin prestar mucha atención a la diferencia de numérica de tropa, el Clavero, hombre valeroso y decidido, una de las grandes figuras históricas cacerenses, se dispuso a dar la batalla, supliendo la inferioridad con la audacia, observando el campo donde debía librarse la batalla, mandó abrir hoyos, luego cubiertos con disimulo, amanera de trampas, clavando estacas puntiagudas, obstaculizando el paso de la caballería, tras los preparativos, inicia de la famosa batalla del Cerro de las Vigas.

La estrategia del Clavero, fue un rotundo éxito, la gente de armas del Maestre Solís, una gran fuerza de choque, inicio el ataque con muchos bríos, cayendo en los hoyos los caballos, y rodando por tierra los caballeros, que fueron en su totalidad muertos, o apresados por los peones del Clavero Monroy, ordenó entonces avanzar la vanguardia, mandada estos por los dos humanos Monroy y por Garci Laso de la Vega, cundía el desconcierto entre las filas del Maestre, pese a los esfuerzos de esto por mantener su formación,  luchando en el puesto de más peligro, ordenó mover la batalla muy poco a poco, y  a sus peones que soltaran gran golpe de saetas, una de las cuales hirió muy someramente por ser el tiro lejano, al Clavero en una pierna, esto produjo a los guerreros de su parte gran turbación, porque asustados los que estaban cerca de la sangre de la herida, y al correrse la voz, acudían por ver a su gran capitán de su guerra, más el clavero, viendo esto, se sacó la saeta de un fuerte tirón, animando a su gente as la lucha, diciendo no ser nada la herida, los dos Hernando Monroy y Garci Laso de la Vega, y oros buenos caballeros de que llevaban la delantera, penetraron por el lugar seguro que el clavero habia dejado para los suyos, arremeten contra la gente del Maestre, y mezclándose los unos con los otros muy bravamente, tanto que daba espanto verlos combatir, Hernando de Monroy “el Bezudo” hacia tales cosas, que se señalaba bien por donde llegaba, que desde que tronco la espada, con su espada derribo a cuatro jinetes, la que traía teñida de sangre hasta la mano, hacían cosas los hombres de armas del Clavero que parecía cosa de no creer, algunos hombres de los postreros de la tropa del Maestre, viendo como habían caído en el engaño los primeros, volvían las riendas no queriendo entrar en la pelea, pero los peones del Clavero, que tenían a cargo descabalgar a esa gente, se llegaban a ellos y les cortaban las riendas y daban al caballo un gran golpe en las ancas, de tal manera que el caballo partía en dirección a los hoyas o se salía del campo de batalla, en esto el Maestre Solís, viendo como huían sus peones y hombres de armas, se puso a la cabeza, arengando a los suyos cuanto podía, viendo como combatía Hernando de Monroy “el Bezudo” con Antón Galíndez, que era deudo del Maestre, vio como el Bezudo dándole un fuerte golpe, una manga de malla le corto junto con medio brazo, Antón Galíndez se apartó como hombre mal herido, al darse cuenta el Maestre Solís, arremetió contra Hernando de Monroy, al pasar le dio dos golpes de espada sobre las armas, el Bezudo, que conocía bien al Maestre, se lanzo a por el cómo un león bravo a darle muerte, pero sus guardadores se le pusieron delante y el caballo del Bezudo, que muchas heridas tenia a estas alturas de la batalla, al lanzarlo con fuerza para alcanzar al Maestre, cayó muerto al suelo con él, pronto se puso en pie, siendo socorrido por dos caballeros deudos suyos, que miraban mucho por él, uno Rodrigo de Monroy, el otro Añaya de Monroy, y por la gente que acudieron, y al punto sus criados le pusieron otro caballo.

A esta hora, los hombres del Clavero, desbarataron y destrozaron a las huestes del Maestre Solís, poniéndoles en huida y haciéndole cruel matanza en ellos, mataron a mucha gente haciendo grande en número de presos, más de quinientos, el Maestre don Gómez de Solís, fue herido en la cara durante la refriega.

Diose esta batalla del Cerro de las Vigas, un sábado de mañana, a seis días del mes de febrero del año de mil cuatrocientos setenta, bien se pude decir que esta batalla es digna de ser conocida, siendo tampoco los de un lado, y tantos los de la otra parte, llevasen los que tan menos tan grande victoria, haciendo muchos romances y coplas, alabando al Clavero y su victoria.

Tras la sangrienta lucha, el Maestre don Gómez de Solís, emprendió la fuga, acompañado de la poca gente que le quedaba en pie, quedando victorioso y dueño del campo de batalla, aquella memorable mañana, el Clavero de la Orden de Alcántara don Alonso de Monroy, cuyo eco recorrió toda la Extremadura, 

Sábado mañana del día 6 de febrero del año de 1470

La batalla del Cerro de las Vigas por don Alonso Maldonado, testigo presencial y participe en ella.

(Orden de Alcántara-Maldonado)

 


Agustín Díaz Fernández

           

 

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