BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                                         CXLVIII

Linajes Cacerenses XXXIV

Téllez o Tello.

Crónica desde la Calle cuba de mi Llopis Ivorra

En la villa cacerense, estos dos apellidos se funden en uno, pues de Tello provino el Téllez, como de Fernando el Fernández, o el de Rodrigo Rodríguez y así más de más.

No se sabe con exactitud la procedencia de este linaje, aunque algún cronista lo sitúan oriundos de un Tel Pérez, Señor de Meneses y alguna que otra merindad de Castilla, y que en el siglo XI vivía por esas tierras, sigue el cronista situándolos en Castilla, León, en Galicia y en Portugal, por lo que se ve abundaban por todas partes los Tellos y Téllez, en el siglo XIII, siglo que tuvo el rescate definitivo la villa cacerense del moro, a la que llamaba Hins Qazrix, fueron de la partida y de forma muy principal, y por ello mismo, fue muy cuantiosa la parte que le correspondió en el repartimiento, que en forma de recompensa, hizo el Rey Alfonso IX de León entre los caballeros que le habían secundado en la jornada de la conquista, de gran parte del término de la villa.

Y para apreciar más si cabe su importancia, fue designado Gómez Tello, como uno de los doce alcaldes del concejo, al constituir el rey Alfonso IX el Cabildo Municipal, y que este Tello fue el padre de doña Maria Gómez Tello dama que hacia 1265 casó con Alfón Pérez Golfín, el primero de esta casta y que abandonando su vida de salteador de caminos, se sometió a la obediencia real, y asentó en la villa cacerense, quizás vencido más por el atractivo de la dama en cuestión que por las armas reales, y que por este enlace la casa de los Tellos, que estaba ubicada donde hoy tiene su solar los Golfines de Abajo, vino a parar a Cáceres.

Hijo de Gómez, fue también otro Gómez Tello, también Regidor del ayuntamiento, al que el Rey Sancho IV, mandó diese a Alfón Pérez Golfín, que ya era dueño de Torre Arias, nueva dehesa para que apacentasen sus ganados, y que fuera tan grande i tan buena, “como las han aquellos que mejores dehesas hy han”, y ´Gómez Tello, así como su compañero también Regidor de la villa Muño Ximeno, le dieron la Casa Corchada en 1291.

Mandó Sancho IV Real Carta, a los regidores mandándoles dar a Golfín la mencionada dehesa, aparece otro Tello, del cual no hay más noticias más que la cita Cebrián Tello, cuando el Rey nombre a Gómez Tello, añade, “tío de Cebrián Tello” dando a entender que este fuera persona más conocida que el mismo Gómez, aun siendo regidor, pero nos cuenta el cronista que quizás debió ser el tal Cebrián servidor de la casa Real, desde los tiempo de Fernando II de León, no faltaron los Tello en la Cámara Regia, que asentándose ya fuera en Cáceres, o bien en Sevilla, o donde más le placía, eran largamente heredados.

Gómez Tello, fue uno de los ayunteros, o regidores, que en representación del concejo cacerense, se convino con el de Alburquerque, estamos en el año de 1306, para zanjar las querellas que unos y otros vecinos reproducían diariamente con ocasión del aprovechamiento de los montes linderos de uno y otro termino por el ganado porcino.

Gil Téllez y Alfón Téllez.

Tambien regidores de la villa cacerense, intervinieron en el otorgamiento de dicho convenio, y el segundo fue además Procurador de Cáceres, para la adquisición de la aldea de Alpotreque en 1312 y que perteneció al Conde de Barcelos.

Tambien con el nombre de Gómez Tello, nombre que se repite una y otra vez en esta familia, aparece otro caballero, hijo al parecer de otro Gómez, y que tambien fue regidor del ayuntamiento cacerense, y que en el año de 1333juró en las cortes establecidas en Valladolid, en representación de la villa, como heredero del trono al infante don Fernando, hijo primogénito de Alfonso XI de Castilla.

Gozó este Gómez Tello de larga vida, y en las contiendas habidas por todo el reino, con motivo de la rivalidad de los hijos bastardos del Monarca y el legitimo don Pedro, se puso al lado de este, y fue el capitán en Cáceres a sus parciales, contra los adeptos a la causa del conde de Trastamara y sus hermanos, capitaneados en la villa cacerense por los Giles, Alcaides estos del soberbio Alcázar cacereño y familia no menos poderosa y de gran influencia, rivalidades que dieron en que Gómez Tello hiciese venir a Cáceres, con sigilo al soberano, corre el año de 1367, y que personándose en el Alcázar, exigió a los guardadores que se lo entregasen y se sometiesen a su obediencia, los Giles eludieron el mandato Real, alegando el juramento prestado con anterioridad de conservarlo con lealtad, y no entregarlos a ninguno de los dos bandos rivales, si no se cumplían antes algunas ciertas condiciones, sin más el Rey Pedro I “el Cruel”  los mando degollar.

Hacia 1406, otro de esta familia, tambien era Regidor Municipal, pasan los años y la influencia de ese linaje sigue perdurando, Diego Fernández Tello, gestor de los derechos de la villa sobre las dehesas de la Zafra y la Zafrilla, contra las pretensiones que sobre ella tenía Arroyo del Puerco.

Y perpetuando este linaje, figuran los nombres de Gil Téllez, que con ese apellido fueron conocidas varias dehesas, como la de Medel Gómez Tello, propiedad en 1468 de Maria Téllez, mujer del comendador Fernando de la Rocha.

Cuando la reina Isabel la Católica, sorteó a los caballeros cacereños para formar el gobierno de la villa, figuró Gonzalo Téllez entre los cuarenta y ocho que insaculó como los más principales de los de la villa, tal como en 1583, cuando llego a la villa el Rey Felipe II, formaron en la comitiva de Hidalgos que salieron a recibirlo, Pedro Téllez, Francisco Téllez y un hijo de este último.

Entre otros y variaos personales de este linaje, aparece un Francisco Téllez Machado, Alhondiguero entre los años 1600 y 1601, con un saneado capital, se diría que excelente, tenía en posesión esclavos de ambos sexos, y que al casarse entre ellos tomaban el apellido del amo.

Todavía en 1751, conservaban algo del lustre y del crédito de sus antepasados Francisco Téllez Golfín, que obtuvo mediante arrendamiento la vara de Aguacil Mayor del Campo.

Poco después el linaje de esta familia perdió todo su esplendor, y vino a peor su fortuna, el cuantioso vinculo de los Téllez, pasó a otras familias por casamientos, y sus descendientes tuvieron que ganarse el pan con oficios manuales, y conformarse con el recuerdo de los que fueron, alguna de las mujeres de este linaje, famosas por su belleza, logro sentarse en el trono de Portugal.

Tenía este linaje por escudo de armas, seis luneles de plata en campo azul.

(Fuente Simón Benito Boxoyo-Noticias)

(Fuente Publio Hurtado-Ayuntamiento)

Agustín Díaz Fernández

 

      

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