BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                                           XVII

 Visigodos II

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra.

 El capítulo anterior lo dejábamos en:

Un año más tarde la “diosa Ceres” desde un templete de ladrillos vigilaba y protegía a los cacereños desde lo alto de la torre más significativa de la villa. Otros estudiosos se fijan en la misteriosa estatua, uno de ellos, el arqueólogo José Ramón Mélida, quien lanza una nueva idea, la diosa Ceres es un genio andrógino de la colonia, teoría que también apoya Carlos Callejo.

 En 1962, la estatua de la diosa Ceres es bajada y colocada en el atrio del ayuntamiento, bajo uno de los soportales, hasta que se traslada al museo provincial sito en la Casa de las Veletas.

estudios recientes como el del catedrático de arqueología Enrique Cerrillo Martín de Cáceres han revelado que la misteriosa escultura, representa a un varón anónimo con toga sacerdotal cubriéndose la cabeza de la época Julio-Claudia.





La fisura del primitivo cristiano y visigodo

Desde el siglo III, más o menos y hasta el periodo de la reconquista de Cáceres, por las tropas cristianas hacia la mitad del siglo XII, desaparece casi por completo del confín de la historia, fueron nueve siglos de silencio, durante los cuales, ni las crónicas ni documentos dan reseña ninguna de ciudad o población asimilable con Cáceres, Coria es la única que pervive a través de las fuentes visigodas, y de Coria al Sur hasta las sierras, no se encuentra ni un solo centro de población colectiva, ni constancia de nombres que indique una localización, y a no ser por los hallazgos arqueológicos, pocos, ni significativos, se podría decir que Cáceres desapareció como población al principio del siglo III, y fue para resucitar como fortaleza durante las correrías hacia la marca de los almohades, en un terriotorio prácticamente despoblado, siendo tierra de transito en los trasiegos militares de las invasiones y en las luchas de los pueblos barbaros entre sí, y ya con los musulmanes las guerras entre ellos y con los cristianos.

Una cierta claridad, por lo tradicional, enlaza la falda Sudeste del llamado Cerro de los romanos, a cuatro kilómetros dirección sur de Cáceres, con la tradición de la Virgen Eulalia, la Mártir Emeritense, es allí donde sitúa la tradición el Pago Ponciano de la que era vecina la granja de Liberio, lugar de nacimiento de la Santa, o por lo menos vivió su llegada al martirio, de lo que pueda dar algún apoyo, aunque débil de la subsistencia de muy antiguo de una ermita consagrada a Santa Eulalia, y en la abundancia de restos romanos en sus alrededores.

Según parece, al invadir los bárbaros la península Ibérica, Cáceres y su territorio, no quedaron incorporados al reino visigodo hasta bien entrado el reino de Leovigildo.

En el reparto de tierras que en el año 411, que se hizo entre los pueblos invasores, les correspondieron a los Alanos, las antiguas provincias romanas de la Lusitana y la Cartaginesa, más el dominio Alano duro poco en estas provincias, Llegados los Visigodos a la Península en el año 415, al mando de Ataulfo, y tas el reinado relámpago de Sigerico, su sucesor Valia, pacta con el Emperador Honorio, que a cambio de una gran cantidad de víveres para calmar el hambre de su ejército, por el que el Rey Godo, se comprometía a devolver a Honorio a su Hermana Galia Placidia, y a combatir como auxiliar a los alanos, Vándalos y Suevos que habían invadido la península y que, cumpliendo lo pactado, emprende una campaña en el año 416, contra los Alanos, y los Vándalos Silingos e la Bética, y fue tal la fortuna, que al poco consiguió aniquilar a ambos pueblos, en el año 418, con lo que Los alanos, no dominaran las tierras cacerenses mucho tiempo, sin dejar rastro alguno, pero no por su desaparición quedo toda la Lusitania incorporada al Reino Visigodo, el Oeste peninsular no tenía ningún pueblo dominador, y su tierra era corrida por todas las tribus bárbaras, y continuando así, hasta que los Vándalos pasan a África, Los suevos se estabilizan y ocupan todo el Noroccidental de la península, fijando su frontera meridional, más o menos, en las márgenes del rio Tajo, desde Alconétar hasta Lisboa.

No era buena vecindad la de los Suevos para los Visigodos, que al llegar al trono Leovigildo, tenía un objetico de unificación, hacia el año 572, el Rey suevo Mirón, receloso de las conquistas hechas por Leovigildo en la Betica, emprende una campaña contra los Arragones, que habitaban por los territorios actuales de las Batuecas, Las Hurdes, Coria y Plasencia, más tarde contra los Rucones, estos vivían por la zona de Jaraicejo, Trujillo, Conquista de la sierra, Logrosan, apoderándose de estos pueblos, esta campaña, le interpreto el rey Leovigildo como de provocación, y ataco a los suevos, impetuosamente, deshaciéndolos de forma efectiva y completamente. Así las cosas, con el estado suevo desaparecido en el año de 584 todo su dominio, quedo incorporado, como provincia al reino Visigodo, y así la unificación de la península, quedo conseguida, Cáceres tambien quedó incorporada al imperio de los nuevos dominadores.

La relación del reinado de Leovigildo en lo referente a tierras cacerenses, se refieren a la rebelión religiosa de su hijo Hermenegildo, y se refieren a que Mérida y Cáceres, había abrazado el partido católico, y por la causa del príncipe Hermenegildo, Leovigildo, reunió un poderoso ejército, y marcho sobre la Lusitania, atacando Mérida, y hasta en dos ocasiones a Cáceres, consiguiendo tomar las dos ciudades.

*Ante la desobediencia de estas dos ciudades, Leovigildo se propuso, tomar y castigar en la misma provincia de Cesarea (Cáceres) colonia romana tambien y ciudad tripartita, compuesta de la antigua y muy fuerte poblacion de la colonia Norbense, que se apellidaba Caesarina y estuvo sobre la finita sierra, y de los campamentos romanos, de Castra Caecilia y Castra Servilia, mjy cerca de su pie, establecidos por Cecilio Metello en sus guerras contra Sertorio.

Con denuedo combatió el viejo monarca la ciudad, entro por la fuerza de las armas y fue duro el castigo.

Y sin detenerse, y con el fin de que esto sirviera de escarmiento a los de Mérida, puso cerco a la poblacion y entablo negociaciones con los ciudadanos, los más conspicuos e influyentes, deseoso de otorgarles una paz honrosa, pero ocurrió que muchos de estos personajes se opusieron, y pelearon con bizarría, pero del Rey Leovigildo fue la victoria.

Cuando de ella se consideraba muy pagado, supo haberse hecho rehecho, los de Cesarea, con grandes refuerzos y vuelto a tomar otra vez de Hermenegildo, aseguro bien la interesantísima conquista de Mérida, volvió atrás, abriendo una guerra sin cuartel, y Ocurrió que, Cesarea sucumbió, fueron pasados a filo de espada sus moradores, y el vencedor se detuvo después en Mérida pocos días.

Y cuido de perpetua estos sucesos en monedas de oro, la trister suerte de Cesarea.

Monedas que por ambos lados se ve en ella de frente el busto de Rey, afeitada la barba, muy rizada la caballera, viste paludamento, y en una parte dice la inscripción

BI CAESAREA IV

Y otra + TO LEOBELDUS

Dos veces Cesarea es justo Leobeldus.

Fernández Guerra*

Según nos cuenta don Antonio Floriano, no se sabe de que fuente extrajo estos datos el sr. Fernández Guerra, que da cuenta del martirio de Cáceres, no pudiendo deducirle de la lectura de la moneda a que aluda, y cuya atribución a Cáceres le parece bastante discutible.

De todo esto, se deduce según cuenta don Carlos Callejo, que la doble destrucción de Norba por Leovigildo, hay que ponerla entre las muchas fabulas que corren por la historia cacerense, según el Sr. Callejo, Norba debio ser destruida por algún ejercito que proviniese del Norte, según debe conjeturarse por la destrucción total de las poblaciones de la Via Lata (Vía ancha) o Via de la Plata, Salmantica apenas hay vestigios romanos, salvo el puente sobre el rio Tormes, cuyo origen es romano, Caparra fue destruida totalmente y a conciencia, salvo el arco cuadrifonte, que fue respetado, sin duda por el capricho de algún jefe, Rusticiana, poblacion de regular importancia, y que además del Itinerario la cita Tolomeo, fue barrida por completo, hasta el punto que solo existe una leve idea de donde estuvo enclavada, En cuanto a Norba Caesarina, solo quedo de ella la cimentación y algún resto de sus murallas, sobre las que más tarde edificaron los almohades, en cuanto otras ciudades que estaban fuera de la Vía Lata, (Vía de la Plata), como Caurium (Coria) se conservaron intactas.

La fecha de la destrucción de Norba Caesarina no la fijan los cronistas con exactitud, algunas posibilidades comentan, de que vivieran aun, en los primeros tiempos de la dominación germánica y que bien pudo ser el Rey Leovigildo, el que la destruyera, como lo fue de toda la menarquia Sueva y a la que Norba debió  pertenecer, los cronistas árabes no hablaban de esta ciudad, mientras escriben de otras de menos alcurnia que ella, pero en el mismo sitio, aparece y en el transcurso del siglo diez un Hins Qazrix.

(Fuente Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)

(Fuente Orti Belmonte-Conquistas)



Agustín Díaz Fernández 

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