BREVE HISTORIA DE CÁCERES

                                             XXVII

1174 la Hecatombe

Las relaciones entre almohades y leoneses por estas fechas, era pacificas pero solo en apariencias, sabedores los moros que si Fernando II, lograba consolidar su dominio en la vertiente Sur del rio Tajo, pensaría más pronto que tarde en atacar la zona Norte del rio Guadiana, el monarca leones, a su vez, que los moros con un califa al frente del temperamento de Abu Ya’Qub, no iba  resignarse a una situación de inferioridad, precisamente en la parte con más peligro de la frontera.

Al llegar el verano de 1173 el Califa Abu Ya’Qub, rompió las paces que tenía ajustadas con Fernando II de León, invadiendo con sus tropas la Cuenca del Tajo, “los cronistas árabes, culpan del comienzo de las hostilidades a Fernando II de León, alegando que, quizás por las treguas firmadas por el Califa con Castilla, hizo una algarada por Andalucía, en represalia Abu Ya’Qub comenzó la invasión”.

Al frente de las tropas moras venia el Sayyid Abu Hasf Umar, quien salió de Sevilla el día 3 de septiembre, recogiendo gente de refuerzo en Mérida y Badajoz, y con un numeroso ejercito invadió la tierra cacerense, llegando a los muros de la villa defendida por los caballeros Freyres, y tras sangriento asedio la tomó al asalto.

Como en muchas otras cuestiones en la historia de la villa cacerense, nos encontramos al repasarla, que existen algunas discrepancias sobre las fechas en las que las tropas moras ocuparon Cáceres y quien venía al mando de las mismas, por ejemplo, mientras el Sr, Floriano nos habla de 1174, don Publio Hurtado lo hace variar en un año menos, y nos cuenta que:

En 1171 el emir Jussuf Abu Ya’Qub, saliendo son su ejército de Sevilla, hizo una correría con resultados desastrosos, por la frontera castellana y leonesa, desde Toledo hasta Alcántara, robando y quemando los pueblos haciendas y lugares de la orilla del Tajo. Pasó por las cercanías de Cáceres, pero viendo las defensas impresionantes de esta fortaleza, y no siendo su propósito más que el saqueo y el botín, siguió sin detenerse, solo lo justo para talar y despojar su campiña.

En el mes de septiembre del año 1172, nos sigue diciendo don Publio, Abu Ya’Qub, al frente de aguerridas y valientes tropas, vino y puso sitio a la villa cacerense, que defendían los caballeros santiagueses, pidieron estos socorros a sus hermanos que no llegaban, y así careciendo de elementos defensivos, se vieron obligados a rendirse al cabo de seis meses de asedio, al par que, de otros defensores cuarenta caballeros del Orden, que fueron inhumanamente degollados.

Perdida la villa, y con ella la casa matriz de la naciente Orden, el Rey de León, como tutor de su sobrino el Rey de Castilla, dio al Caballeresco Instituto, e 7 de enero de 1174 la villa de Uclés, mientras se volvía a reconquistar Cáceres, que duro más de diez años en volver al poder de los cristianos, durante los cuales, las tropas leonesas atacaron infructuosamente la villa cacerense.

Llego el año de 1184, l Rey Alfonso VII de Castilla, atacó a la morisma, y el Maestre don Pedro Fernández, creyendo propicia la ocasión, avivó el celo del monarca leones, y reuniendo tropas acometió la empresa tomando Cáceres en el mes de enero de 1184, restituyéndola al Maestre don Pedro Fernández,

Persiguiendo el desquite, el emir agareno a la cabeza de un poderoso ejército vino contra Sentaren, y destacó una parte del mismo contra los cristianos de entre el Tajo y el Guadiana, tras apoderarse Trujillo, Montánchez, Medellín, sitió a Cáceres, defendida por el Maestre, que delicado de salud yacía en cama donde falleció el 11 de julio del mismo año, como al campamento de moros, llegó en aquellos días la noticia de la muerte repentina del Emir Jussuf entre los muros de Sentaren, lo sitiadores levantaron el cerco y se retiraron a Andalucía.

Y sigue narrando don Publio Hurtado:

“Que esta es la verdad histórica y lo que debio de ocurrir, pero don Gil González, en su Historia eclesiásticas de las iglesias de España, explica la retirada de los sarracenos que asediaban la villa cacerense, afirmando que el motivo fue la presencia e intervención del Apóstol Santiago en una salida que hicieron los sitiados, y que, a fuerza de matar infieles, les hizo abandonar el cerco.”

Es una de las cien apariciones milagrosas en que se hace batallar al patrón de España, ayudando a las huestes cristianas contra las tropas infieles del moro, y ciertamente hay algún autor más que mencionan al Santo Apóstol, con intervención visible a favor de la gente de la Cruz y en contra de los de la Media Luna, a esta sarracina hubo quien atribuyó el nombre de dehesa de Matamoros al Sur, muy cerca de la capital. Sigue don Publio contándonos, que no hay noticias de que los leoneses y santiagueses, perdieran de nuevo la plaza hasta 1196 en las que el Miramamolin almohade, habiendo triunfado en 1195 en la batalla de Alarcos, volvió belicoso a tierras cacerenses, apoderándose de Cáceres y luego los pueblos y comarcas de Plasencia, Trujillo, Santa Cruz de los Templarios, Albalat alguno más de las tierras de Cáceres.

Más existe en Cáceres la tradición recogida del Santoral de las Ordenes Militares, de que los moros, sitiaron la villa durante seis meses, tomando murallas y torre por torre, hasta que reducidos los defensores en un ultimo baluarte, que fue la torre que defendía la puerta Oeste y que se encastillaron en ella, sucumbiendo ante la superioridad numérica de los moros, quienes degollaron a cuantos encontraron dentro, entre ellos a cuarenta caballeros de la Orden de Los Fratres.

La crónica árabe aclara que no fue Abu Ya’Qub, quien lideraba la tropa mora en esta expedición, si no que fue su lugarteniente Abu Hafs, y que el nombre dado a la torre de Bujaco como derivado del Califa, es históricamente impropio, tambien puede tenerse a corrección las fechas que da don Publio Hurtado, y que sitúa como hemos visto esta conquista en 1171, la crónica árabe cita como el verano de 1173 cuando rompieron las paces con Fernando II de León.

Y así las cosas, como hemos visto, rompieron las paces y por los motivo ya sabidos en verano de 1173, en septiembre del mismo año ordenó a su lugarteniente Abu Hafs, aplicar correctivo al leones, cogiendo refuerzos en Mérida y Badajoz, llegaron ante los muros de la villa cacerense en otubre del mismo año, y montaron el cerco, y tras seis meses de asedio en 10 de marzo de 1174 tomaron la villa, de lo que nos cuenta don Publio de que Cáceres volvió a poder de los leoneses en 1196, no hay nada que lo afirme.

Los almohades ya dueños de Cáceres, a la que llamaron Hins Qazrix, se dirigieron a Alcántara apoderándose de esta fortaleza y de Nadux, volviendo hacia el Noroeste, recuperando los castillos de la Milana, Santibañez, y cabeza de Esparragal y tras talar la comarca de Albalat se apoderaron de Portezuelo, desde donde y subiendo por la Calzada Dalmacia llegaron a Al-Sibtat (Ciudad Rodrigo).

Fernando II, que no esperaba este ataque se hallaba por tierras de León, los de ciudad rodrigo se defendieron con bravura, detrás de las barricadas formadas por carros y toda suerte  de enseres domésticos, avisado el Rey, acude presto al socorro de los sitiados, pronto se establece la batalla, matando mucho las gentes de León, tuvieron que levantar el sitio y les empujó causándole mucho quebranto hacia el Sur de las montañas, Esto libró a Coria a caer en manos nuevamente musulmanas, ya que Abu Hafs al tratar de apoderarse de Ciudad rodrigo, lo hacia con la idea de ocupar el nudo principal de las comunicaciones con el Sur para después caer sobre Coria, plaza de mucha fortaleza, cuando no pudiera recibir el socorro de los cristianos. La derrota que Fernando II de León infligió al moro en Ciudad Rodrigo, fue ciertamente gloriosa, pero no compensaba el tremendo contratiempo que para los cristianos representaba el hundimiento total de la Transierra, de el no se repusieron tras la exitosa expedición de 1177 que hicieron en tierras de Arcos y Jerez, que a pesar de sus triunfos con los que empezaron, termino con un gran desastre.

(Fuente Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)

(Fuente Publio Hurtado-Castillos)

(Fuente Orti Belmonte-conquistas)



Agustín Díaz Fernández

 

 

 

 

 

 

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