BREVE HISTORIA DE CÁCERES
XXVIII
El
Fracaso de 1184.
En esto y
hasta 1181, no se vuelve a tener noticias de más empresas militares de monarca
de León Fernando II por la comarca cacerense, sin embargo, en la Transierra
castellana se produce un hecho de gran importancia. Tal fue la fundación de
Plasencia.
El Rey de
Castilla Alfonso VIII, ganó la ciudad de Cuenca y al año siguiente, se acerca
hasta la frontera leonesa con el propósito de establecer una posición que fuse
de avanzada hacia León y como frontera musulmana, para ello y en un altozano a
las orillas del rio Jerte, en el lugar donde existía una pequeña aldea llamada
Ambroz o Ambracia, perteneciente al Obispado de Ávila, puso los cimientos de
una nueva ciudad, a la que en 1189, le concedió su Carta de Población y le dio
el nombre de Plasencia , ut Placeat deo et bominibus (para que agrade a dios y
a los Hombres), esta ciudad seria llamada a grandes destinos, y a ser una de
las más ricas e ilustres de la provincia cacerense.
Pero en
1181, Fernando II de León, vuelve a preocuparse por los asuntos de la
Transierra, y comenzó los preparativos para una campaña de revancha. Entrego al
Conde Armengol las fortalezas de Almenarilla y santa Cruz de Paniagua, rehízo
los castillos de la frontera del Tajo, y empezó a concentrar en ellos las
fuerzas destinadas a la invasión por tierras musulmanas. Objetivo principal
Hins Qazrix (Cáceres), el de León estaba en la seguridad que el éxito de la
empresa de invasión hacia el Sur, dependía de la posesión de esta plaza, siendo
inútil cualquier intento sobre el Guadiana, mientras la vertiente Sur del Tajo,
no estuviese asegurada, también sabía que sin Cáceres en su poder que vigilara
los pasos de los puertos de la sierra, en especial la sierra de San Pedro, las
incursiones del enemigo y los ataques del moro por sorpresa eran inevitables,
Para evitar esto, Cáceres tenía que cerrar todo el paso musulmán hacia el
Norte, la línea defensiva estaba asegurada con la posesión de Coria y
Alconétar, esta defendía el punto más importante del sector Este, el puente del
mismo nombre y sobre la Calzada Guinea, además asegurado el enlace de este vía
con la Dalmacia. Así las cosas, si se aseguraba Cáceres se desarticulaba la
Marca, y expulsar a los moros del territorio ganado en la campaña de 1174, se
convertiría en una sencilla operación de limpieza.
Para
llevar a cabo esta campaña, era prioritario a todas luces no distraer fuerzas,
asegurar paces con Castilla, y como preciso era buscar su colaboración. En
abril de 1183 el monarca leones viene a
Coria, de la que dice estar Faucibus Sarracenorum (en la garganta de los
sarracenos)y tras donar a la Iglesia de Compostela las Atalayas de Pelay
Vellidiz y Ranconada, se encaminó a la frontera de Castilla donde firmó con
Alfonso VIII el tratado de Lavandera-Fresno*, en el que aseguraba la paz entre
ambos reinos, acordándose que ninguno de los dos soberanos podría en adelante
firmar paces ni treguas con los musulmanes, por el contrario, cada uno de ellos
se obligaba a hacerles la guerra por el área de expansión de sus respectivos
estados.
*Fernando
II, el rey de León se encontraba Fresno el Viejo, que era el último lugar de su
reino, mientras que Alfonso VIII, rey de Castilla, estaba situado en Lavandera,
en el actual municipio de Carpio. En las conversaciones que mantuvieron los dos
monarcas se llegó a un nuevo acuerdo, que fue confirmado bajo juramento y
robustecido con el compromiso de los obispos de los reinos de obligar a
cualquier infractor con su autoridad sagrada y con la del Papa a cumplir lo
pactado, lo que dio lugar al Tratado de Fresno-Lavandera.
En este
tratado de paz se fijaron las villas y lugares que pertenecerían a cada reino
delimitando así, de nuevo, la frontera entre los mismos y ambos monarcas se
comprometieron a respetar durante 10 años la frontera trazada en el tratado de
Fresno-Lavandera, que serviría de base para una paz definitiva entre los dos
reinos.
Una vez
expiradas las treguas que Fernando II de León tenia concertadas con los
almohades, se dispuso a romper las hostilidades, desde antes del mes de
noviembre empezaron los preparativos de guerra, y a finales de año tenía sus
ejércitos situados a lo largo de las fronteras, y el día 19 de enero, se
encontraba ante los muros de Cáceres, estamos en el año de 1184.
La
Campaña y sitio del año de 1184, según nos cuenta don Antonio Floriano, tenía
serios problemas críticos y que la carencia de fuentes narrativas sobre estos
acontecimientos, y las afirmaciones sin consistencia de varios historiadores
locales que, desorientados por eruditos del siglo XVIII, incitaron a dar por
cierto que esta campaña Fernando II de León, fue todo un éxito, siendo coronado
este con la toma de la villa cacerense.
Se daba
por cierto que el Califa almohade, para defender las plazas que Alfonso VIII de
Castilla amenazaba región murciana, sacó fuerzas de las que guarnecían Cáceres
y su territorio, y que de este modo quedaron sin tropas suficiente para
contener las huestes cristianas de León, que por esta parte de la frontera
ejercer. Añaden que, viendo estas circunstancias como muy favorable, don Pedro
Fernández, Maestre a la sazón de la Orden de Santiago, y ocasión propicia para
recuperar Cáceres, solar de su Orden, acrecentó el celo en el monarca leones,
culminándole a emprender la campaña, durante la cual la Villa Cacerense, cayo
en poder de Fernando II, hecho que aconteció en la primera quincena del mes de
enero, quien restituyo al Maestre, por consejo y con la intervención de los
magnates de su corte..
Y narran
aun más, el Califa, buscando el desquite al descalabro, dividió su ejército en
dos partes, una de ellas la lanzó sobre las fortalezas del Este, conquistando
las de Trujillo, Montánchez, y Medellín, con la otra se dirigió con el propio
Califa a la cabeza hacia Santarém, las tropas que ejercían sus operaciones en
el Este y una vez logrados sus objetivos, marcharon sobre Cáceres, defendida
por el Maestre de Santiago, apretaron el cerco sobre la Villa, y cuando estaban
a punto de caer en sus manos, llegaron al campo moro, la noticia que el Califa
Abu Ya’Qub, ante los muros de Santarém, habia fallecido, lo que hizo levantar
el sitio y retirarse a Andalucía.
Este
relato llama a la confusión, mezcla de hechos reales con grandes falsedades, la
supuesta toma de Cáceres por Fernando II, procede según don Publio Hurtado, de
un documento que se dice insertó en el Tumbo Menor de León, de donde al parecer
la tomó Ferrera, esta cita es errónea, nos cuenta Floriano Cumbreño, que la
carta inserta en dicho códice y lugar de referencia, es un privilegio de
Fernando II, fechado “Apud Cáceres” en 22 de febrero de 1184, por el que él
monarca dona a la Orden de Santiago y a su Maestre “dilectissimo nostro Pedro
Fernández”, no la villa de Cáceres, como se pretende crrer, si no la aldea de
Villoruela cerca de Salamanca, diciendo en efecto hacer esta donación “pro bono
Servicio” y con el consejo de su Curia. Si no lo hicieron con mala fe,
confunden haber tomado Cáceres por Villoruela, como objeto de la donación de la
monarca hecha por el Maestre, deduciendo que la Villa cacerense, se encontraba
en poder de Fernando II.
De las
fuentes narrativas árabes dice Floriano Cumbreño, y de los documentos, se
deduce otra versión, totalmente distinta del desarrollo de esto sucesos y que,
según estos Fernando II de León, en los primeros días del año de 1184 y por el
camino, desde Ciudad Rodrigo por la calzada Dalmacia hasta Coria y Alconétar y
a partir de Alconétar descendiendo por la Vía Guinea, llegó antes los muros de
Cáceres, dentro de la primera quincena de enero, teniendo establecido el sitio
el día 19 del mismo mes, y con un lúcido y numeroso ejército, en el que todos
rivalizaban en bríos y valentía, se sabe que el moro resistió con tenacidad y
Fernando hubo de conformarse con talar los campos, teniendo que levantar el
sitio después de casi cinco meses de asedio, retirándose sin tomar la villa
cacerense, al llegarle la noticia de que se aproximaba un nutrido y poderoso
ejercito almohade, al que no se atrevió a hacer frente, por estar agotadas sus
tropas, después de tan larga campaña.
No
obstante debieron ser muchas las acciones heroicas y los buenos servicios que
se prestaron en la fracasada empresa, fueron muchos los elogios que se
prodigaron, y largas las recompensas, uno de los que más se distinguieron fue
el Obispo de Oviedo don Rodrigo, quien ayudó en la campaña con hombres de
guerra y dineros, dando el Rey los 700 Aureos como recompensa que acaba de
recibir del pleito sostenido con el Obispo de Burgos sobre la jurisdicción de
las iglesias de Asturias de Santillana.
Otro
prelado de los que tambien demostró gran entusiasmo y generosidad, fue el de
Compostela, don Pedro Suarez que empeño, gran cantidad de bienes de su iglesia
y de su patrimonio personal, para contribuir a los gastos de la expedición,
tambien se distinguieron en el empeño, como por otra parte estaba obligados,
los Caballeros de la Orden del Señor Santiago, que ansiaban en recuperar su
soler, el Alférez Peláez, que lucho bravamente, a decir de la crónica, contra
moros y cristianos enemigos.
Así pues,
la campaña de 1184 cierra el ciclo de Fernando II de León, con relación a la
reconquista de la villa de Cáceres y su territorio.
Monarca
valeroso e inteligente, tambien impulsivo, consiguió, si no consolidar su poder
del Sur del Tajo, al menos si asegurar las comunicaciones en la parte
meridional del reino, para consolidar el poderío cristiano sobre la Transierra.
Fue incesante su afán de apoderarse de la villa cacerense, con el fin de tener
de este modo anchura suficiente para emprender futuras acciones sobre su aérea
de expansión, lo que da una idea de su visión de estrategia, ya que la villa de
Cáceres, era la clave, como base de operaciones para poder realizar el asalto
al Guadiana, lo que no seria hasta el reinado siguiente cuando habría de
llevarse a cabo, dejando despejadas para la reconquistas la+ ruta hacia
Andalucía.
(fuente
Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)
(fuente
Publio Hurtado-Castillos)
(fuente Biografía
Fernando II)
Agustín
Díaz Fernández
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