BREVE HISTORIA DE
CÁCERES
XXXI
Alcántara
en poder cristiano y
Ataque a Hins Qazrix “Cáceres.
Crónica
desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
Y sucedió
que, tras la victoria de las Navas de Tolosa en 1212, a la que el monarca
Alfonso IX de León, no contribuyó en persona, aun cuando estuvieron presentes muchos caballeros
leoneses por su propia iniciativa, ambos Reyes de Castilla y León, pactan una
colaboración para seguir combatiendo al musulmán, reafirman paces, y determina
que cada uno de ellos, ataque al enemigo común por sus respectivas fronteras, y
teniendo en cuenta que el impero almohade estaba debilitado, o al menos esa era
la apariencia, tanto por los ataques que le producía el cristiano como por la
disenciones internas, y toda vez que Alfonso IX, tenia ya a punto los
preparativos y contando que le correspondía la parte más difícil, y siendo
conocedor de que era mucho más extensa el terreno a recorrer y mas grande en
numero las fortalezas a conquistar, en 1213 toma la iniciativa, llevando en su
hueste 600 caballeros castellanos, mandados estos por don Diego Lope y de su
hijo Lope Díaz, que fueron cedidos para esta campaña por el Rey Alfonso VIII de
Castilla, comenzó la partida el ejercito desde Ciudad Rodrigo, y pasando las
sierras por los puertos de Acebo y de Perales, llegaron hasta Coria, desde
donde y por el ramal de la calzada que bordeaba la orilla izquierda del rio
Alagón, se dirigió a Alcántara, esta plaza se defendió tibiamente, cayendo en
manos de los cristianos, la que dejaron bien guarnecida, rehaciendo buena parte
de sus fortificaciones, continuaron después hacia Cáceres*
*Don
Publio Hurtado, nos comenta que, pudiera ser esta villa de Alcántara la
Brutobriga de los romanos, fundada por el cónsul Junio Bruto que el año de 138
a.c. sostuvo guerra con los lusitanos, fortificando con castillos las riberas
de Tajo, por donde entraban abastecimiento de boca y de guerra.
Fue
colonia romana como indica Plinio, y el aumento de la poblacion y su mayor
apogeo, fue en tiempos del Emperador Trajano, durante cuyo imperio Cayo Julio
Lacer, inmortalizó su nombre construyendo el magnifico puente sobre las aguas
del Tajo.
En 1167
el Rey Fernando II de León, después de conquistar las fortalezas de Santibáñez
la Milana, cayó sobre Alcántara cuya reducida guarnición le opuso escasa
resistencia, y tomándola la donó a don Armengol, conde de Urgel, que lo habia
ayudado y mucho en esta empresa.
La volvió
a perder el cristiano al poco, en unas de las correrías que hizo por Portugal y
la Extremadura Abu Ya’Qub, fue objeto de varias expediciones reconquistadores
del Rey Alfonso IX, quien en 1213, bajando de Coria la sitió, pidieron ayuda
los muslimes a su amigos de Cáceres, Montánchez, Medellín, Mérida, y Badajoz,
mandaron estos las que pudieron, pero al cabo de once meses de sitio y a pesar
de haber cortado los árabes el puente, volvió a poder de los cristianos, dando
el Rey la villa y castillo a al Orden Militar de Calatrava, que lo habia
prestado gran ayuda a tomarla, más, surgieron diferencias entre este instituto
y sus congéneres de San Julián de Pereiro, ocurriendo además que, esta plaza
estaba distante del núcleo de población de la de Calatrava, esta, no pudiendo
defenderla y atenderla, como era su deber, se pusieron de acuerdo con la Orden
del Pereiro, y se la cedió, a cambio de cierta dependencia por la cesión de la
villa y castillo de Alcántara, estamos en el año de 1218.
Una vez
posesionados de la plaza los caballeros de San Julián, de la codiciada villa,
trasladaron a ella su convento en 1219, que emplazaron, como el castillo,
extramuros de la población, y en adelante titularon la Institución como
caballeros de la Orden de Alcántara, que, en lo largo del tiempo, cosecho
tantas y tantas glorias.
Desde
esta época ya no tuvo nada que temer la plaza de la morisma, que ante de
Alcántara disfrutar de una paz duradera, tanto por ser frontera con Portugal, o
bien por ser la capital de la Orden Militar de la Orden*.
Encontraron
la villa cacerense, bien apercibida y en condiciones de defensa, más la sitiaron,
no obstante, y la atacaron en varias ocasiones, con todo, y como los musulmanes
no dieran muestras de sentir el asedio, y entendiendo que habría de prolongarse
este cerco, por varios meses, con el peligro de sorpresas que pudieran a
carrearle el enemigo, decidieron levantar el sitio y continuar hasta Mérida.
No debía
de tener Alfonso IX de León mucha gente, la estación estaba muy avanzada y la
tropa desgastada sobre manera como consecuencia de los asedios que habían
sostenido, y sucedió que desoyendo los consejos de don diego López, que mandaba
la caballería castellana, el Rey Alfonso IX, decidió regresar a su reino de
León.
Don Diego
con sus caballeros y en una marcha audaz y complicada, fue a juntarse con su
Rey, este sitiaba Baeza, sitio que tambien Alfonso VIII tuvo que levantar,
acosado por el hambre que diezmaba a su ejército, y a la que se hubiese
expuesto Alfonso IX, de haber seguido adelante, pues en los años de 1212 y
1213, por causas de las guerras, falta de lluvias y por deficiencias en las
sementeras, no habían producido un solo grano, por los tanto hombres como
acémilas del ejército, no encontraban forma de sostenerse*
El hambre
debía ser espantosa, en los anales Toledanos III, se lee que:
*Era M CC
LL anno este rei don Alfonso fue cercar Uaeçça, e tanta fue la fambre que los
de la ueste comien carnes a onbre, no acostumbradas e descercola del consejo de
los suios*.
El
interés de Alfonso IX, más que avanzar a la aventura por las tierras del Sur de
la divisoria con el rio Guadiana, era asegurar la posesión de lo conquistado en
la cuenca del Tajo, con el fin de proporcionarse nuevas posiciones y puntos de
apoyo para nuevas campañas, pero se encontraba con la dificultad de dotar las
plazas que se iban consiguiendo de una guarnición compuestas de tropas reales,
por lo que el único recurso que cabía era de ponerlas en manos de las Ordenes
Militares, los que con sus propias milicias quedaban encargadas de la defensa
de las plazas. En el año de 1217 y en día de 27 de mayo, estando el rey en Toro
(Zamora) expidió privilegio mediante el cual donaba a don Martin Fernández,
Maestre de la Orden de Calatrava, la villa y castillo de Alcántara,
señalándoles como termino e limite con Portugal por el Oeste, Coria y Galisteo
por el Norte, por el Este Alconétar y la tierra de Sarracenos por el Sur, esta
cesión tenia como condición a que tanto el Maestre como su Orden, sirviesen al
Rey de León, tanto en la pz como en la guerra, y que elevasen en la villa una
Casa-Convento.
Más, las
intenciones del monarca con esta cesión eran inexplicables, la Orden Leonesa de
Santiago, atravesaba malos momentos de crisis, y sus caballeros apenas si
bastaban para guarnecer las posiciones de las fronteras, esta donación fue muy
mal vista por las Ordenes Leonesas, principalmente la de Pereiro, estos estaban
en el convencimiento que tenían más mérito para que la villa recayera en ellos,
por estar en la línea de fortificaciones fronterizas con Portugal, y cuya
guarda les estaba encomendada, estos Caballeros de San Julián, argumentaban que
la Orden de calatrava era instituto Castellano y no podía atender debidamente
tan comprometida plaza como era la de Alcántara, y que por otra parte, estaba
muy separada de su casa-matriz.
Esto dio
liar a pleitos, que, después de cierto tiempo terminó en una avenencia, y en 16
de julio de 1218, juntos el Rey y los Maestres de ambas Ordenes en Ciudad
rodrigo, se acordó la cesión al Pereiro de la villa de alcántara, con la
obligación simbólica de “recibir visita”, del Maestre de Calatrava y la
hermandad se tituló en adelante Orden Militar de los Caballeros de Alcántara,
siendo el primer Maestre de esta nueva Orden don Pedro Fernández Barroso.
(fuente
Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)
(fuente
Publio Hurtado-Castillos)
(Fuente Orti
Belmonte-conquistas)
Agustín
Díaz Fernández
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