BREVE HISTORIA DE
CÁCERES
XXXIII
Nueva
Intentona de Conquista
Crónica
desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
En el año
de 122, de nuevo intenta Alfonso IX, la conquista de Cáceres, durante el
invierno había terminado los preparativos de campaña, y al comenzar junio el
ejercito leones, en el que entre sus filas figuraban, como era habitual, todos
los caballeros de las Ordenes Militares, bajaron a sitiar la villa cacerense,
ese ataque seria uno con que más ahínco y fuerza se efectuara en todos los
intentos de conquista, la plaza fue batida por todos lados, utilizando grandes
maquinas e ingenios de guerra, almajaneques o arietes, especia de vigas
oscilante reforzadas con hierro, con las que golpeaban los muros, hasta abrir
en ellos grandes brechas, los moros se defendían bien, con valor, y haciendo
frecuentes y rápidas salidas, con las que hacían gran número de bajas entre el
ejército cristiano, más, insistiendo los sitiadores en sus ataques,
consiguieron derribar torres y acitaras (Antemuro o muralla baja) y hasta
llegando a ganar varios tramos del adarve, todo presagiaba una inmediata caída
de la plaza, cuando se presentaron en el campamento cristiano emisarios del Rey
de Marruecos*, ofreciendo a Alfonso IX, una gran suma de dineros si accedía a
levantar el sitio y renunciar a entrar en tierras de moros, el Rey leones,
quizás por no contar con fuerzas suficientes para realizar el ataque
definitivo, quizás por la promesa de dinero, el caso es que consintió en la retirada,
más pronto hubo de lamentarlo, los moros no solo n l pagaron lo convenido, si
no que les persiguieron en la retirada, matándole muchos cristianos y
haciéndole gran cantidad de prisioneros.
*Más en aquella
ocasión, llegó al campamento cristiano el embajador del Miramamolín, y en
nombre de su amo le ofrece una suma gruesa de dineros, depositando en el suelo
de la tienda del Rey parte de la cantidad ofrecida para que desistiera de
apoderarse de la plaza, a divirtió don Alfonso, que allí no debía haber la
cantidad ofrecida, el moro le replico que el resto se le entregaría en plazos,
acepto el monarca, alzó el cerco y se retiró, más la totalidad de maravedis
ofrecida por el moro por el precio de la retirada, jamás fue satisfecha.
La
soldadesca murmuró del proceder de su real caudillo al recibir la orden de
retirada, repitiéndole el adjetivo de Jocó con que los árabes lo designaban*
(de
Publio Hurtado-Castillos)
Serían
aún más las intentonas de conquista, hasta tres, por esta parte de la frontera,
una en 1223, la segunda en 1225, en la que se produjo una correrías por los
campos, arrasando viñedos, huertas y olivares, sin más trascendencia, y en 1226 la tercera, de ninguna hay noticias
ciertas de que se acercara a la villa de Cáceres y de la ultima se sabe que la
hizo conjuntamente con el monarca Portugués, corriendo tan solo por el sector
Oeste, teniendo como base de operaciones el castillo de Alburquerque, a la sazón
punto de confluencia de las tres fronteras.
Pero al
llegar a principios del año de 1227, Cáceres seguía en poder del moro, y este,
teniendo conciencia de la importancia de la posición de la plaza cacerense para
él, la mantenía constantemente bien abastecida y en inmejorables condiciones
para su defensa, más, tambien sabia el cristiano el valor estratégico que
representaba la plaza, que teniendo en poder la villa cacerense, tenia paso
franco hacia su área de expansión, por esta causa Alfonso IX de León, en los
años siguientes, se dedica en exclusiva a preparar la conquista en una campaña
que sea la definitiva, con la que coronaria de gloria su reinado, a la par que
alcanzaba el fin de su vida.
Preparativos
Entre los
motivos que concurrieron al fracaso de Alfonso IX en la expediciones militares
para la conquista de Cáceres, destaca en primer lugar, y posiblemente el que
supeditarse a todos los demás, y este fue el dinero, la falta de liquidez, el
reino leones estaba arruinado, pasaba por una estrechez económica enorme, por
causas de la guerra que de manera continua y desde los tiempos del Emperador
Alfonso VII de León, y aunque el Rey habia hecho muchos esfuerzos durante los
primeros años de su reinado, introduciendo cierto orden en la hacienda y en la
defensa del realengo, recuperando donaciones abusivas y restringiendo las
concesiones de rentas sobre los caudales procedentes de la tributación, más no
pudo pese al esfuerzo remediar en demasía el quebranto que el erario real habia
producido las larguezas de su padre.
El mismo
Alfonso IX, se habia visto en la necesidad de gastar grandes caudales en sus
expediciones, y al llegar el momento definitivo de realizar un ultimo esfuerzo,
se encontraba por la falta de dineros en la posición de no poder realizarlo.
El
segundo de los factores que condicionaron los fracasos, fue la improvisación, habia
un objetivo claro, la toma de Cáceres, pero nunca tuvo el de León, un plan de
campaña, dejándolo todo al acaso y al azar, aquellas empresas, más que campañas
militares era aventuras en las que el compás lo marcaban las circunstancias,
como prueba de ello, fueron los últimos ataques a la villa cacerense, de 1218 y
1222, el segundo donde se tachó a Alfonso IX de haberse prestado con demasiada
facilidad al soborno de los moros, termino en una desastrosa retirada, y todo
producto de la falta de la previsión táctica que aconsejaba tener dispuestas
reservas necesarias, para completar la ocupación de la villa en un ataque
decisivo, y para mantenerla una vez conquistada, en previsión de una
contraofensiva por la tropas moras de Trujillo, Santa Cruz, Montánchez, Mérida.
Alfonso
IX, ya sabía que los moros de Cáceres estaban aislados en 1227, y siendo él, el
dueño del Ribero, desde el que tenia la defensa de los pasos por el Tajo,
fortificado en Alcántara, Alburquerque, Coria, Portezuelo, Alconetar, y
raziados los valles del Ayuela y Salor, hasta los bordes de las sierras,
procedió actuar con cautela, rectificar los descuidos anteriores, preparo una
campaña con presteza, pero si apresurarse.
El
problema del dinero, se puso rápidamente a resolverlo, para ello acudió en
primer lugar al que sabia que las mejores condiciones para proporcionarlo, el
Arzobispo de Santiago, don Bernardo, prelado munificente, este , que era muy
afecto a la corona Real de León, quizás por que la iglesia habia sido de
siempre muy favorecida por los monarcas, y desde Sabugal, donde se encontraba
en diciembre de 1226, se trasladó a Galicia, hallándose en Compostela el día 23
de enero de 1927, al punto formuló su petición al Arzobispo, quien puso a su
disposición los caudales que existían en la iglesia, pero estos, a causa de las
obras que a la sazón se estaban realizando
en la Basílica de Compostela, no eran en verdad cuantiosos, más bien
insuficientes para la guerra que proyectaba, el Monarca pidió a don Bernardo,
que con el fin de completar lo que se necesitaba, empeñase algunas tierras
propiedad de la iglesia Compostelana, esto ya se había hecho antes,
concretamente su antecesor don Pedro Suarez en otra ocasión semejante. Pero
parece que el prelado puso reparos a esta pretensión, más el Rey le recordó la
protección permanente que los reyes leoneses venían prestando a la iglesia de
Compostela, a la que habían colmado de privilegios y mercedes de gran
consideración, entre los cuales figuraba la cesión por parte de la Corona, de
los derechos jurisdiccionales que en materia civil, ejercían los obispos de
Compostela, derechos estos, que era fácilmente revocables, don Bernardo pillo
la indirecta, consintió el prelado al requerimiento, pero puso la condición de
que para hacer lo pretendido, se obtuviese primero la autorización de la Santa
Sede.
Hubo de
resignarse don Alfonso, y en los primeros días de febrero de 1227, salieron
hacia Roma los emisarios del arzobispo de Compostela, con la suplicación para
el Santo Padre.
Continuó
Alfonso IX de León, su camino por Galicia, buscando más dineros por otros
conductos, a cambio de mercedes y privilegios, cosa corriente en aquellos
tiempos, y se sabe que, en 6 de febrero
estaba en Palaz del Rey, el 10 en Lugo, el 11 y 12 de Marzo en Villanueva del
Rey y el 27 de vuelta a Lugo, encontrándose en 30 de abril en Villafranca del
Bierzo, desde allí va a con dirección a Asturias , el 1 de mayo estaba en
Cubillo, el 17 en Avilés, desde donde baja hacia Zamora en el mes de julio,
estando el día 9 en Bretou y el 13 3n Zamora.
(Fuente
Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)
(Fuentes
Orti Belmonte -conquistas)
(Fuente
Publio Hurtado-Castillos)
Agustín
Díaz Fernández
Comentarios
Publicar un comentario