BREVE HISTORIA DE CÁCERES
(IV)
Quinto Sertorius I
Crónica desde
la calle Cuba de mi llopis Ivorra
En el
capítulo anterior veíamos como Viriato fue asesinado en su tienda, mientras
dormía. Y así, víctima de la felonía, cayó el héroe con más señas de identidad
hispana, que registra la historia de la antigüedad, corría el año de 139 a.c.
Seis años más
tarde de la muerte de Viriato, es decir en el 133 a.c. con la caída de Numancia
se pone termino a la guerra celtibérica, tras estos sucesos, llegan tiempos de
paz, solo crean un poco de intranquilidad las bandas de montañeses, que de
cuando en cuando bajaban a las campiñas Beticas, en incursiones rápidas de
bandidajes, y que Seria el Cónsul Mario el que acabó con ellas en el año 114
a.c. dando pie a una paz que en apariencias estaba asegurada por mucho tiempo,
el Levante y el Sur de la península, iban poco a poco digiriendo la
romanización, la Meseta y el Norte iban en la inteligencia que toda resistencia
era inútil, a fuerza de las durísimas derrotas que sufrieron, quizás si
hubieran realizado políticas humanas, leal y compresivas por parte de las
legiones invasoras, hubiera favorecido la absorción, más surgió la codicia por
parte del romano y se malogro cualquier esperanza.
Era necesario
de organizar la administración de los territorios conquistados, y la
explotación de las riquezas, pero al tratar de realizar esto Roma pensó que
tenía que resarcirse de los cuantiosos gastos que le había producido la
conquista y de forma rápida, y en vez de tratar un método prudente en
establecerse para extender su cultura en el territorio, lo hizo
precipitadamente y con toda la violencia que fueron capaces de desarrollar, con
el único objetivo de sacar el mayor aprovechamiento en su empresa, sin reparar
en los procedimientos, siendo impresionante el trato brutal e inhumano que se
daba en las minas a los esclavos.
Y por si era
poco, a todo esto se les unía una bandada de Questores (Magistrados) que se
repartían por toda la España ocupada, con el fin de cobrar los tributos, que
cada vez eran más frecuentes y cuantiosos, mas una cantidad ingente de
negociantes, traficantes y usureros, venidos desde todas las partes del Mundo
Romano, cayó sobre España, llevando a los naturales hasta el borde de la
miseria, el fisco actuaba de manera implacable, alzándose con los ganados y las
cosechas de los que no podían pagar, incluso reduciendo a la esclavitud a los
morosos, cuando artos de proceder del romano, se levantaba alguna rebelión, era
rápida y sangrientamente sofocada, como la que se produjo en Celtiberia en el
año 99 a.c. reprimida por el Cónsul Tito Didio, que en una mortífera campaña
que remato con una traición que igualaba a la de Galba, o la promovida por los
Lusitanos que en el año 94 a.c. dio fin de la misma forma el Pro Cónsul Publio
Licinio Craso.
Mientras esto
ocurría en España, en roma la rivalidad entre los partidos aristocráticos y
popular, preparaba la Guerra Civil, Sila, jefe de los patricios, Mario el
caudillo del partido popular, enconados en una lucha que con mucha frecuencia
ensangrentaban el suelo de la metrópoli y de otras ciudades de la republica
romana, y fue en el año 81 a.c. cuando Sila consigue apoderarse de Roma e
implantar la dictadura, su triunfo dio pie a un periodo de tiranías y
crueldades, se cometían ejecuciones que se contaban por ciento, Quinto
Sertorio, una de los más inteligente y valerosos generales del partido de
Mario, tuvo que huir de Roma, para vagar por distintas comarcas, tratando de
levantar una rebelión contra el dictador Sila, llega al Norte de África, donde
luchando con los príncipes indígenas afectos a Sila, consigue una resonante
victoria con la toma de Tánger, pronto llega la fama de estas hazanas de
Sertorio hasta la península, y los Lusitanos, que a pesar de parecer sumisos,
no pensaban en otra cosa que en vengar la felonía cometida en la persona de
Viriato, enviaron una embajada al fugitivo, invitándole a venir a su país, para
ponerse al frente de la insurrección que preparaban contra el Pretor de la
Hispania Ulterior, Tufidio, enviado por Lucio Cornelio Silas Felix, para
sujetarlos.
Quinto
Sertorio, llega a Lusitania en el año 80, llego como el héroe soñado por los
españoles, benigno, compresivo, prudente, de arrolladora simpatía personal y
dotado de una gran capacidad organizadora, tanto que impresiono a los naturales
del país.
El terreno
cacerense, juntamente con la parte portuguesa comprendida entre el rio Tajo y
el rio Guadiana, fue el marco de las primeras luchas del caudillo Sertorio,
contra los mejores generales de Roma, en un escenario dividido en tres partes,
la comprendida entre el Alentejo y el Algarve hasta el mar, la segunda formada
por la comarca de Cáceres, y por último la oriental que desde el rio Tamuja se
extendía hacia el Este, yendo por la actual Sierra de Altamira hasta la actual
Jara Toledana, llamando a todo este territorio la Lusitania Inferior, que
aunque los Lusitanos no habitaban sino la parte de la costa entre el rio Duero
y el rio Tajo, más los refugios de sus montañas, Servio Cepión, a raíz de la
guerra contra Viriato, habían diseminado por toda la comarca muchas familias
lusitanas, que se mezclaron con los Célticos y Vetones.
Sertorio en
los comienzo de la lucha, para mover y trasladar a su ejército, compuesto por
romanos, norte-africano y españoles, utilizo la vía aplanada por Servilio en
las guerras contra Viriato, y que permitía el rápido desplazamiento y
transporte de efectivos desde las Sierras de Gredos y Gata hasta el rio
Guadiana, los romanos ante tanto empuje, se vieron obligados a abandonar la
comarca cacerense rápidamente, Sertorio al descender por esta vida, no los
encuentra hasta el Sur del rio Guadiana, y tiene que avanzar hasta el Betis,
para conseguir que Tufidio le hiciera frente, y lo hizo para su mal, fue
completamente derrotado, quedando en el campo de batalla más de dos mil
romanos.
Tras esta
victoria, volvió Sertorio a la Lusitania Meridional, y ocupándose todo el resto
del año 80 a.c. en preparativos para la guerra, en los que desarrollaba una
paciente minuciosidad, conocedor del terreno y de sus hombres, se dispuso a
realizar una campaña a fondo, utilizando movimientos combinados de la táctica
romana y la guerra de guerrillas, de la que eran maestros los naturales,
realizó algunas incursiones por la España Citerior, acudió desde el Ebro Marco
Domicio Calvino, con la intención de contenerle, uniéndose a este Quinto
Cecilio Metelo, que enviado rápidamente por Cornelio Silas, alarmado por los
derroteros que estaba tomando la rebelión.
Experimentado,
frio prudente, calculador, pero quizás un poco lento, era Quinto Cecilio
Metelo, pero de una extraordinaria capacidad militar, acostumbrado a la
disciplina de los campamentos militares, en los que habia pasado la mayor parte
de su vida, desde su juventud, acompañara a su padre Numidicio en la guerra
contra Yugurta, hombre ya de edad, y que despectivamente Sertorio le llamaba
“la vieja”.
Llego a
España con el cargo de Pro-Cónsul de la Ulterior en el año 79 a.c. al mando de
dos legiones las que se sumaron los efectivos que tenía en la península Domicio
Calvino, más algunos contingentes españoles, con ellos reunió alrededor de
ochenta mil hombres, y que Plutarco hace reunir hasta los ciento veinte mil,
con evidente exageración, por el contrario, Sertorio solo contaba con ocho mil
soldados, ente de difícil carácter, mal equipados, y de distantes clases y
naturaleza.
A pesar de la
tremenda inferioridad, Sertorio, hizo frente al enemigo, su lugar teniente
Hirtuleyo, salió desde la región cacerense dirección Este, siguiendo la línea
de la divisoria y en Consábura (Consuegra) cogió por sorpresa al ejército de
Calvino, derrotándolo y dándole muerte al general, mientras Sertorio se
enfrentaba con las legiones del legado L. Thorio Balbo, a quien Metello enviara
en ayuda de Calvino, tambien resultaron derrotados los romanos, quedando el
legado en el campo de batalla.
Metello
mientras ocurrían estos sucesos, habia penetrado en la Lusitania por el Sur,
desde donde comenzó su acercamiento al rio Guadiana, donde siguiendo su curso
por la orilla derecha, estableció su cuartel general en un recodo del rio,
enfrentando los pasos de la sierra de Montánchez, en este mismo año, o quizás
en el siguiente, tomó desde este lugar*, el camino del Norte, aprovechando
tambien la explanación de la vía que en su día hizo Servilio, y cruzó el rio
Tajo, subiendo hasta la confluencia de Gredos con Gata, esperando sorprender a
su enemigo, pero Quinto Sertorio, se encontraba muy lejos de esta posición.
*Este
lugar y en honor de Cecilio Metello, paso a denominarse Metellinum (Medellín).
(Fuentes
Antonio Floriano Cumbreño-Historia de Cáceres)
(Fuente Roma-Historia)
Agustín Díaz
Fernández
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